CONSEJOS A LOS PADRES PARA
EDUCAR A NIÑOS AGRESIVOS
• Que no
nos vean usar ningún tipo de violencia; al contrario, aprovecharemos para
condenarla cuando la presenciemos y explicaremos las conductas alternativas
adecuadas.
• Ante
respuestas agresivas, evitar por todos los medios pegarle o gritarle al niño, ya
que estas respuestas pueden aumentar la agresividad, consiguiendo el efecto
contrario al deseado.
• Tras
una conducta agresiva hay que evitar estar constantemente explicando las
reiteradas razones por las que eso no está bien. Lo verdaderamente eficaz es
parar la conducta agresiva y aplicar cuanto antes la consecuencia apropiada.
•
Conviene evitar el uso de las amenazas, ya que sólo sirven como estímulos de
recuerdo; los niños se acostumbran a ellas y no consiguen evitar las conductas.
• Nunca
se ha de descalificar al niño, sino centrarse únicamente en la conducta. Esto es
importante para evitar en lo posible que el niño crezca interiorizando que es
malo y que lo único que se puede esperar de él es precisamente eso,
comportamientos agresivos.
• Valorar
frecuentemente lo positivo resulta muy adecuado para que el niño vea cuáles son
las respuestas correctas y lo que se espera de él. Con ello conseguiremos
aumentar su autoestima; es decir, hará que tenga una visión de sí mismo mucho
más positiva y que vea que puede conseguir objetivos personales y sociales con
recursos alejados de los comportamientos agresivos.
RECUERDA
La
agresividad infantil engloba una serie de conductas en el niño, como responder
con dureza física, verbal o gestual, tanto a adultos como a sus ¡guales, que se
mantienen en el tiempo, convirtiéndose en respuestas habituales y frecuentes.
Los
registros de conducta permiten diferenciar a los niños agresivos de los que
esporádicamente o en determinadas fases evolutivas muestras algunas conductas de
este tipo. A partir de esos datos objetivos se puede estudiar la conducta
agresiva, sus consecuencias y variables influyentes.
Técnicas
como el refuerzo, la extinción o el coste de respuesta servirán para remitir
este tipo de conductas y otras como el entrenamiento de habilidades adecuadas
serán útiles para desarrollar conductas alternativas normalizadas.
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