QUÉ ES EL AUTISMO
El
autismo es un extraño y dramático trastorno del neurodesarrollo, que afecta
preferentemente a los varones. Su incidencia en la población es relativamente
baja (3-6 casos por cada 10.000 habitantes) pero muy importante, dadas las
consecuencias personales, familiares y sociales que lleva consigo.
Hasta el
año 1943, en el que Leo Kanner publicó sus estudios sobre estos niños, el
autismo no había sido suficientemente bien descrito ni encuadrado dentro de la
psicopatología infantil. Este autor, y al año siguiente Hans Asperger, describió
el comportamiento de unos niños que presentaban una gran incapacidad para
establecer relaciones con los demás y unas «fascinantes peculiaridades». A estas
manifestaciones las denominaron «alteraciones autistas del contacto afectivo» y
al problema que las motivaba «trastorno autista». A partir de entonces, se han
ido perfilando cada vez mejor las características que definen este problema,
señalando como síntomas fundamentales:
•
Dificultades en la interacción con los demás.
•
Problemas en la capacidad de comunicarse.
•
Restricción importante de los intereses y actividades.
Como parece obvio, condicionan en el niño un particular estado de aislamiento
del entorno y de los demás, que es la característica que mejor define al
autismo.
En la
actualidad, se considera que el autismo es una de las psico-patologías que
forman parte de los llamados trastornos generalizados del desarrollo, que se
caracterizan por tener:
•
Alteraciones cualitativas en la interacción social.
•
Alteraciones cualitativas en la comunicación.
•
Alteraciones cualitativas en las actividades y los intereses.
Como se
pone de relieve, lo que mejor define a estos trastornos es la presencia de
alteraciones cualitativas en esos tres ámbitos de la conducta, mucho más que las
de tipo cuantitativo. Es decir, es más característico de estos trastornos sufrir
una distorsión o anomalía en el modo de relacionarse con los demás, en la forma
de comunicarse con los otros o en el tipo de intereses y actividades, que
presentar una alteración en la intensidad (en más o en menos) de estas
conductas.
Dentro de
los trastornos generalizados del desarrollo, también se incluyen el síndrome de
Rett, el síndrome de Asperger y el trastorno desintegrativo infantil. Todos
ellos comparten con el autismo las características señaladas y se diferencian
por algunas peculiaridades que comentamos en espacios posteriores.
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