LUGH
Nunca te canses de intentarlo
LA
HISTORIA CELTA DE LA ENTRADA DE LUGH EN LOS SALONES DE TUATHA DE DANANN ES
UNA DELICIOSA LECCIÓN SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA PERSEVERANCIA POR ENCONTRAR
NUESTRO LUGAR CORRECTO EN EL MUNDO. LA VOCACIÓN PUEDE SER UNA LLAMADA DESDE
EL INTERIOR, PERO REQUIERE ADAPTABILIDAD AL MUNDO EXTERIOR, ASÍ COMO
COMPROMISO INTERIOR. LUGH ES UNA FIGURA MERCURIAL —EN PARTE UNA DIVINIDAD Y
EN PARTE UN
TRAMPOSO—, Y EN ESTA HISTORIA SU VERSATILIDAD CAMALEÓNICA REFLEJA UNA
CUALIDAD MUY IMPORTANTE PARA AQUELLOS QUE INSISTEN EN ENCONTRAR SU CAMINO EN
LA VIDA.
CIERTO día tuvo lugar una gran asamblea en Tara, en la que los Tuatha De
Danann, el pueblo de la diosa Danu, tenía la costumbre de reunirse. El rey
Nuada estaba celebrando su regreso al trono con una fiesta. Cuando la fiesta
llegaba a su apogeo, se presentó a las puertas del palacio un extraño,
vestido como un rey. El portero le preguntó el nombre y lo que deseaba.
—Soy
Lugh —replicó el extranjero—. Soy el nieto de Diancecht por Cían, mi padre,
y el nieto de Balor por Ethniu, mi madre.
—Sí,
sí —dijo el portero impaciente— pero no te he preguntado tu genealogía.
¿Cuál es tu profesión? Porque aquí no se admite a nadie si no es maestro en
algún arte.
—Soy
carpintero —contestó Lugh.
—No
tenemos necesidad de carpinteros. Ya tenemos uno muy bueno; su nombre es
Luchtainé —aseguró el portero.
—Soy
un excelente herrero —aseguró Lugh.
—No
necesitamos herreros. Tenemos uno muy bueno; su nombre es Goibniu —replicó
el portero.
—Soy
guerrero profesional —dijo Lugh.
—No
tenemos necesidad de eso. Ogma es nuestro campeón —declaró el portero.
—Soy
arpista —manifestó Lugh.
—Tenemos un arpista excelente —repuso el portero.
—Soy un guerrero renombrado por la habilidad, más que por la mera fuerza
—afirmó Lugh.
—No
lo necesitamos —dijo el portero.
—Soy
poeta y cuentacuentos —añadió Lugh.
—No
tenemos necesidad de tal cosa —admitió el portero—, tenemos un perfecto
poeta y cuentacuentos.
—Soy
brujo —dijo Lugh.
—No
necesitamos brujo. Tenemos muchos brujos y druidas —contestó el portero.
—Soy
médico —añadió Lugh.
—Dianchet es nuestro médico —expuso el portero.
—Soy
copero —siguió Lugh.
—Ya
tenemos nueve —confirmó el portero.
—Soy
artesano del bronce —dijo Lugh.
—No
te necesitamos. Ya tenemos un artífice del bronce. Su nombre es Credné
—objetó el portero.
—Entonces pregunta al rey —declaró Lugh— si ya dispone de un hombre que sea
maestro en todas esas artes al mismo tiempo, porque si lo tiene no hay
necesidad de que yo me quede en Tara.
Así
que el portero se fue dentro y le dijo al rey que había llegado un hombre
que se hacía llamar Lugh loldanach, que significa «El maestro de todas las
artes», y que aseguraba saber de todo. El rey envió a su mejor ajedrecista
para que jugara con el extraño. Lugh ganó, inventando un nuevo movimiento
llamado «Cierre de Lugh». Entonces el rey lo invitó a pasar. Lugh entró, y
se sentó en la silla a la que llaman «asiento del sabio», reservada para el
hombre más sabio.
El
campeón, Ogma, alardeaba de su fuerza, pues era capaz de empujar una piedra
portabanderas tan grande que se hubieran necesitado ochenta parejas de
bueyes para moverla. A pesar de lo grande que era, esta piedra era solo un
fragmento de una roca más grande todavía. Lugh la levantó con las manos y la
volvió a dejar en su sitio. A continuación el rey le pidió que tocase el
arpa. Lugh tocó la «tonada del sueño», y el rey y toda su corte se quedaron
dormidos y no se despertaron hasta la misma hora del día siguiente. Después
Lugh tocó una tonada triste, y todos se pusieron a llorar. Y a continuación
tocó una pieza alegre que los transportó a un estado de gozo.
Cuando el rey vio sus numerosos talentos, pensó que una persona con tantos
dones sería de gran utilidad contra los enemigos de su pueblo. De modo que
entre todos formaron un consejo y decidieron ceder el trono a Lugh durante
trece días. Y así Lugh se convirtió en el guerrero líder para los Tuatha Dé
Danann.
COMENTARIO: «Maestro de todas las artes» puede que sea una serie de
cualidades demasiado vasta para que una persona aspire a ella. Y normalmente
no se requiere una maestría tan amplia cuando solicitamos un trabajo. Pero
la historia de Lugh nos habla de que puede que necesitemos adquirir
múltiples habilidades si hemos de encontrar un lugar en nuestro mundo de
cambios constantes. Este antiguo relato celta, resulta extrañamente práctico
y actualizado, porque nos presenta la importancia de adquirir muchos
conocimientos, aun cuando solo aspiremos a trabajar en uno de ellos. La idea
de especializarse y ser buenos en una sola cosa puede que fuera apropiada
hace unas décadas; el mercado de trabajo era diferente, y los tiempos del
ordenador todavía no habían llegado. Ahora el mundo está cambiando con
rapidez increíble, y puede que necesitemos la plenitud mercurial de Lugh si
hemos de superar a la competencia y abrirnos camino hacia nuestras metas.
Lugh
también es persistente., y esta cualidad es vital, si hemos de lograr que
nuestras aspiraciones se vuelvan realidad. No se marcha despechado al ser
rechazado por primera vez, ni se enfada ni se muestra arrogante; se limita a
oponer a cada rechazo un nuevo ofrecimiento. Sabe que no tiene que convencer
al rey de que es el mejor arpista, guerrero o carpintero, sino de que es
capaz de realizar cualquiera de esas artes y que, por tanto, vale por varias
de las demás personas, teniendo en cuenta los recursos que puede ofrecer. Su
confianza reside en su conocimiento de sí mismo y en su entrenamiento en
muchas artes. En resumen, es capaz de convencer a cualquiera de su valor,
incluyendo al rey, porque cree en sí mismo; y esta creencia no se fundamenta
en una visión agrandada por él mismo, sino en la sólida experiencia
práctica.
En
este mito tan pragmático se nos presenta una descripción vívida de lo que
necesitamos para armarnos ante el mundo externo y de cómo debemos
presentarnos ante aquellos de los que buscamos algún favor. Uno casi puede
oír al rey sopesando la relación de costo-beneficio por hacerse con un
hombre que es capaz de realizar el trabajo de seis. Lugh es una deidad
sumamente moderna, muy enterada de las fuerzas del mercado. Existen muchos y
más profundos aspectos relacionados con el seguimiento de una vocación que
podemos explorar a, través de otros mitos. Pero la historia de Lugh puede
enseñarnos que nuestro viaje debe comenzar teniendo los pies bien asentados
sobre el suelo.
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