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LOS
TRES DEPARTAMENTOS DE LA JERARQUÍA
Ya hemos tratado el tema de la fundación de la Jerarquía de la Tierra, vimos
cómo vino a la existencia, y nos ocupamos de ciertas crisis ocurridas, que aún
afectan a los actuales acontecimientos. Al tratar del trabajo y de los objetivos
de los miembros de la Jerarquía, no es posible decir cuáles han sido, ni
considerar en detalle quiénes fueron los personajes activos durante los pasados
milenios, desde que vino a la existencia la Jerarquía.
Muchos grandes Seres, de origen planetario y solar, y a veces provenientes de
fuentes cósmicas, prestaron Su ayuda en determinados momentos y residieron
brevemente en nuestro planeta. Por la energía que fluía a través de Ellos y por
Su profunda sabiduría y experiencia, estimularon la evolución terrestre y
contribuyeron en gran medida a la realización de los propósitos del Logos
planetario. Después siguieron Su camino, y Sus lugares fueron ocupados por esos
miembros de la Jerarquía que estaban dispuestos a someterse a un entrenamiento
específico y a una expansión de conciencia. A su vez, los cargos de estos
adeptos y Maestros fueron ocupados por iniciados, por eso los discípulos y
hombres y mujeres altamente evolucionados, continuamente tuvieron oportunidad de
entrar en las filas de la Jerarquía, y así hubo una constante circulación de
nueva vida y sangre, y la llegada de quienes pertenecen a un período o época
especial.
Algunos de los grandes nombres de las últimas épocas son conocidos en la
historia como Shri Sankaracharya, Vyasa, Mahoma, Jesús de Nazareth y Krishna, y
también los iniciados menores como Pablo de Tarso, Lutero y algunas luminarias
destacadas de la historia europea. Estos hombres y mujeres siempre han sido
agentes para llevar a cabo el propósito de la raza, lograr condiciones grupales
y fomentar la evolución de la humanidad. A veces han aparecido como fuerzas
benefactoras, trayendo consigo paz y bienestar. Con frecuencia han llegado como
agentes de destrucción de las antiguas formas religiosas y de gobierno, para
poder ser liberada la vida dentro de la forma en rápida cristalización,
construyendo para sí un nuevo y mejor vehículo.
Mucho de lo que aquí se dice es bien conocido y fue expuesto en diferentes
textos esotéricos. Sin embargo, en la sabia y cuidadosa enunciación de los
hechos recopilados y su correlación con lo que podría ser nuevo para algunos
estudiantes, llega la eventual captación sintética del gran plan y la
comprensión inteligente y uniforme del trabajo de ese gran grupo de almas
liberadas que, con absoluta autoabnegación, permanece silenciosamente detrás del
panorama mundial. Por el poder de Su voluntad, la fuerza de Sus meditaciones, la
sabiduría de Sus planes y Su conocimiento científico de la energía, dirigen las
corrientes de fuerza y controlan a esos agentes constructores de la forma que
producen lo visible y lo invisible, lo activo y lo inactivo, en la esfera de la
creación en los tres mundos. Esto, unido a su vasta experiencia, los capacita
para ser agentes distribuidores de la energía del Logos planetario.
Como ya se ha afirmado, a la cabeza de todas las actividades, controlando cada
unidad y dirigiendo toda evolución, se halla el REY, el Señor del Mundo, Sanat
Kumara, el Joven de los Eternos Veranos, y el Manantial de la Voluntad
(demostrándose como Amor) del Logos planetario. Colaborando con Él y como Sus
consejeros, hay tres Personajes llamadas Pratyeka Budas, o Budas de Actividad.
Estos cuatro Seres encarnan la voluntad activa, amorosa e inteligente. Son el
pleno florecimiento de la inteligencia, habiendo logrado en un sistema solar
anterior lo que el hombre está ahora tratando de perfeccionar. En anteriores
ciclos de este sistema, Ellos comenzaron a demostrar amor inteligente y, desde
el punto de vista del hombre, el ser humano común, son el amor e inteligencia
perfectos, aunque desde el punto de vista de esa Existencia que en Su cuerpo de
manifestación abarca también nuestro sistema planetario, ese aspecto amor se
halla aún en proceso de desarrollo y la voluntad es sólo embrionaria. Será otro
el sistema solar que verá fructificar el aspecto voluntad, así como el amor
madurará en el nuestro.
En torno al Señor del Mundo, pero separados y ocultos, hay otros tres Kumaras,
que completan los siete de la manifestación planetaria.
Su trabajo es necesariamente incomprensible para nosotros. Los tres Budas
exotéricos o Kumaras, son la totalidad de la actividad o energía planetaria, y
los tres Kumaras esotéricos encarnan tipos de energía que no están en plena
manifestación en nuestro planeta. Cada uno de estos seis Kurnaras es un reflejo
y un agente distribuidor de la energía y fuerza de uno de los otros seis Logos
planetarios, los restantes seis espíritus ante el Trono. En este esquema sólo
Sanat Kumara se sostiene y se basta a Sí Mismo, porque es la encarnación física
de uno de los Logos planetarios, pero no puede ser revelado cuál de ellos, por
ser uno de los secretos de la iniciación. A través de cada uno de Ellos pasa la
fuerza vital de uno de los seis rayos, y al considerarlos se podría resumir Su
trabajo y posición de la manera siguiente:
1. Cada uno encarna uno de los seis tipos de energía, siendo el Señor del Mundo
el que sintetiza y encarna el perfecto séptimo tipo, nuestro tipo planetario.
2. Cada uno se caracteriza por uno de los seis colores, y el Señor del Mundo
manifiesta el pleno color planetario, siendo éstos también los seis
subsidiarios.
3. Por lo tanto, Su trabajo no sólo consiste en distribuir la fuerza, concierne
a la entrada de los egos que buscan experiencia terrestre en nuestro esquema y
que vienen de otros esquemas planetarios.
4. Cada uno de Ellos está en comunicación directa con uno de los planetas
sagrados.
5. De acuerdo a las condiciones astrológicas y al giro de la rueda planetaria de
la vida, así estará activo uno de estos Kumaras. Los tres Budas de actividad
cambian de vez en cuando y se trasforman a su vez en exotéricos o esotéricos,
según sea el caso. Únicamente el Rey permanece constante y alerta en activa
encarnación física.
Además de estos personajes principales que presiden la Cámara del Concilio de
Shamballa, existe un grupo de cuatro Seres que representan en el planeta los
cuatro Maharajáes, o los cuatro Señores del Karma en el sistema solar, y se
ocupan específicamente de la evolución del reino humano en la actualidad. Estos
cuatro Seres tienen relación con la distribución del karma o destino humano, en
lo que afecta a los individuos y, a través de los individuos, a los grupos.
1. El cuidado y clasificación de los archivos akásicos. Éstos se ocupan de la
Sala de los Archivos o de las "anotaciones en los libros”, según se dice en la
Biblia cristiana. En el mundo cristiano son conocidos como los ángeles
registradores.
2. La participación en los concilios solares. Sólo Ellos tienen derecho, durante
el ciclo mundial, a pasar mas allá de la periferia del esquema planetario y
participar en los concilios del Logos solar. Debido a esto, son literalmente
mediadores planetarios, que representan a nuestro Logos planetario y a todo
aquello que le concierne en el esquema mayor, del cual Él es sólo una parte.
Cooperando con los Señores del Karma hay grandes grupos de iniciados y devas que
se ocupan del correcto reajuste de
1. el karma mundial,
2. el karma racial,
3. el karma nacional,
4. el karma grupal,
5. el karma individual,
y son responsables ante el Logos planetario de la correcta manipulación de esas
fuerzas y son agentes constructores que traen a los Egos de los distintos rayos,
en los momentos y temporadas exactos.
Poco tenemos que ver con todos estos grupos, porque sólo los iniciados de
tercera iniciación y los de rango aún más excelso, entran en contacto con ellos.
Los otros miembros de la Jerarquía se dividen en tres grupos principales y
cuatro subsidiarios; cada uno, como se observará en los diagramas que
encontrarás en el
Menú de este tema,
está precedido por uno de los que denominamos los tres Grandes Señores.
El
Trabajo del Manu.
El Manu preside el primer grupo. Se Lo llama Vaivasvata Manu, y es el Manu de la
quinta raza raíz. Es el hombre ideal o pensador, y determina el tipo de nuestra
raza aria, habiendo presidido sus destinos desde su comienzo, hace casi cien mil
años. Otros aparecieron y desaparecieron, y Su lugar será ocupado por algún
otro, en un futuro relativamente cercano. Entonces pasará a realizar un trabajo
de mayor excelsitud. El Manu o prototipo de la cuarta raza raíz, trabaja en
íntima relación con Él, y su centro de influencia se halla en China. Es el
segundo Manu que ha tenido la cuarta raza raíz, y ha ocupado el lugar del
anterior, durante las etapas finales de la destrucción de la Atlántida. Ha
permanecido para fomentar el desarrollo del tipo racial y provocar su
desaparición final. Los períodos de actuación de los diversos Manus se
superponen; actualmente no queda en el globo ningún representante de la tercera
raza raíz. El Vaivasvata Manu reside en los Himalayas y ha reunido a Su
alrededor, en Shigatsé, a algunos de los que están relacionados directamente con
las cuestiones arias en la India, Europa y América, y a aquellos que más tarde
se ocuparán de la futura sexta raza raíz. Los planes se preparan para épocas
futuras; se constituyen centros de energía, miles de años antes que sean
necesarios, y por la sabia previsión de estos Hombres Divinos, nada se deja al
azar, sino que todo se mueve en cielos ordenados y bajo regla y ley, aunque
dentro de limitaciones kármicas.
El trabajo del Manu concierne en gran parte al gobierno, la política planetaria
y el establecimiento, dirección y disolución de tipos y formas raciales. A Él se
le confía la voluntad y el propósito del Logos planetario. Sabe cuál es el
objetivo inmediato para este ciclo de evolución que debe presidir, y Su trabajo
consiste en hacer cumplir esa voluntad. Trabaja en más estrecha colaboración con
los devas constructores que con Su Hermano el Cristo, pues Su misión es
establecer el tipo racial, segregar los grupos por los cuales se desarrollarán
las razas, manipular las fuerzas que mueven la corteza terrestre, levantar y
hundir continentes, dirigir la mente de los estadistas de todas partes, para que
el gobierno racial proceda como es de desear y se logren las condiciones que
proporcionarán el personal necesario para fomentar cualquier tipo racial
particular. Ya se observa en América del Norte y en Australia un trabajo
similar.
La energía que afluye a través de Él, emana del centro coronario del Logos
planetario y Le llega a través del cerebro de Sanat Kurnara, que centraliza en
Sí toda la energía planetaria. Actúa por medio de la meditación dinámica,
llevada a cabo en el centro coronario, produciendo resultados por Su perfecta
comprensión de lo que debe realizarse, por Su poder de visualizar lo que debe
hacerse para lograr la realización, y por Su capacidad de trasmitir energía
creadora y destructora a quienes son Sus ayudantes. Todo esto se realiza por el
poder de la emisión del sonido.
El
Trabajo del Instructor del Mundo, el Cristo.
El segundo grupo está presidido el Instructor del Mundo. Es ese gran Ser que los
cristianos denominan Cristo. En Oriente es conocido como el Bodhisattva y el
Señor Maitreya, y por los devotos mahometanos, como el Iman Madhi. Ha presidido
los destinos de la vida desde el año 600 a. C.; es Quien apareció entre los
hombres y a Quien se espera nuevamente. Es el gran Señor de Amor y Compasión,
así como su predecesor, Buda, fue el Señor de Sabiduría. A través de Él fluye la
energía del segundo aspecto que Le llega directamente desde el centro cardíaco
del Logos planetario, a través del corazón de Sanat Kurnara. Actúa por la
meditación centrada en el corazón. Es el Instructor del Mundo, el Maestro de
Maestros y el Instructor de Ángeles, y se Le ha confiado la guía de los destinos
espirituales de los hombres y el despertar del reconocimiento de que cada ser
humano es una criatura de Dios y un hijo del Altísimo.
Así como el Manu se ocupa de proporcionar el tipo y las formas a través de las
cuales la conciencia puede evolucionar y adquirir experiencia, haciendo posible
la existencia en su sentido más profundo, así el Instructor del Mundo dirige esa
conciencia inmanente en su aspecto vida o espíritu, tratando de energetizarla
dentro de la forma, para ser ésta descartada a su debido tiempo, y el espíritu
liberado volver a su origen. Desde que dejó la Tierra, como dice con relativa
exactitud la Biblia (aunque con muchos errores en los detalles), siempre ha
permanecido con los hijos de los hombres. Nunca nos ha abandonado, sino en
apariencia, y quienes conocen el camino pueden hallarlo en cuerpo físico en los
Himalayas, trabajando en íntima colaboración con Sus dos grandes Hermanos, el
Manu y el Mahachohan. Diariamente imparte su bendición al mundo, y permanece
todos los días bajo el gran pino de Su jardín, a la puesta del sol, con las
manos en alto, bendiciendo a quienes tienen verdadera y fervorosa aspiración.
Conoce a todos los buscadores, y aunque no tengan conciencia de Él, la luz que
de Él afluye estimula sus deseos, fomenta la chispa de vida naciente y espolea
al aspirante hasta el amanecer del gran día en que se enfrente con Aquel Que "al
ser ascendido" entendido esotéricamente atraerá hacia Sí a todos los hombres,
como Iniciador de los sagrados misterios.
El
Trabajo del Señor de la Civilización, el Mahachohan.
El
Mahachohan encabeza el tercer grupo. Su autoridad sobre el mismo persiste
durante un período más extenso que el de Sus dos Hermanos, y puede desempeñar Su
cargo durante varias razas raíces. Es la totalidad del aspecto inteligencia. El
actual Mahachohan no es el que originariamente ocupó el lugar al establecerse la
Jerarquía en los días de Lemuria entonces era ocupado por uno de los Kumaras o
Señores de la Llama que encarnaron con Sanat Kumara ; y el Mahachohan ocupó Su
lugar en la segunda subraza de la raza raíz atlante. Había logrado el estado de
adepto en la cadena lunar, y por medio de Su complementación, un gran número de
seres humanos avanzados vinieron a la encarnación a mediados de la raza raíz
atlante. La afiliación kármica con Él, fue una de las causas predisponentes que
hicieron posible esta eventualidad.
Su trabajo es fomentar y fortalecer la relación entre espíritu y materia, vida y
forma, yo y no yo, cuyo resultado es lo que llamamos civilización. Maneja las
fuerzas de la naturaleza, y es en gran parte la fuente emanante de energía
eléctrica, tal como la conocemos. Por ser reflejo del tercer aspecto o creador,
la energía del Logos planetario fluye hacia Él desde el centro laríngeo, y es
Quien de muchas maneras hace posible el trabajo de Sus hermanos. Le presentan
Sus planes y deseos y por Su intermedio llegan las instrucciones a un gran
número de agentes dévicos.
Así tenemos Voluntad, Amor e Inteligencia, representados en estos tres Grandes
Señores; tenemos el yo y el no yo, y su relación sintetizada en la unidad de la
manifestación; tenemos gobierno racial, religión y civilización, constituyendo
un todo coherente, y la manifestación física, el aspecto amor o deseo, y la
mente del Logos planetario, exteriorizándose en objetividad. Entre estas tres
Personalidades existe la más íntima colaboración y unidad, y todo movimiento,
plan y acontecimiento, tienen su existencia en Su previo conocimiento unido.
Están en continuo contacto con el Señor del Mundo en Shamballa, y la dirección
de todos los asuntos descansa en sus manos y en las del Manu de la cuarta raza
raíz. El Instructor del Mundo ocupa Su lugar, en conexión con las razas raíces
cuarta y quinta.
Cada uno de estos guías departamentales dirige cierto número de cargos
subsidiarios, y el departamento del Mahachohan está dividido en cinco secciones,
que abarcan los cuatro aspectos menores del gobierno jerárquico.
A las órdenes del Manu trabajan los regentes de las distintas divisiones del
mundo, como por ejemplo, el Maestro Júpiter, regente de la India, el más antiguo
de Los que trabajan ahora para la humanidad en cuerpo físico, y el Maestro
Rakoczi, que es el regente de Europa y América. Debe recordarse que aunque el
Maestro R., por ejemplo, pertenece al séptimo rayo y está sujeto al departamento
de energía del Mahachohan, sin embargo, en el trabajo jerárquico puede
desempeñar, y desempeña, temporariamente, el cargo bajo el Manu. Estos regentes,
aunque desconocidos, tienen en Sus manos las riendas del gobierno de los
continentes y las naciones, guiando así, aunque en forma desconocida, sus
destinos, inspirando a estadistas y gobernantes; vierten energía mental en los
grupos gobernantes, logrando los resultados deseados cuando encuentran
colaboración e intuición receptiva entre los pensadores.
El Instructor del Mundo preside el destino de las grandes religiones, por medio
de un grupo de Maestros e Iniciados que dirigen las actividades de las
diferentes escuelas de pensamiento. A título de ilustración, el Maestro Jesús,
inspirador y director de las Iglesias cristianas de todo el mundo, aunque es un
adepto de sexto rayo en el departamento del Mahachohan, trabaja actualmente bajo
el Cristo en bien de la cristiandad; otros Maestros ocupan puestos similares en
relación con los grandes credos orientales y las diversas escuelas de
pensamiento en Occidente:
En el departamento del Mahachohan, gran número de Maestros, en quíntuple
división, trabaja con la evolución dévica, y el aspecto inteligencia del hombre,
y corresponde a los cuatro rayos menores de atributo,
1. el rayo de armonía o belleza,
2. el rayo de ciencia concreta o conocimiento,
3. el rayo de devoción o idealismo abstracto,
4. el rayo de ley ceremonial o magia,
así como los tres guías de departamentos representan los tres rayos mayores de:
1. Voluntad o poder.
2. Amor o sabiduría.
3. Inteligencia activa o adaptabilidad.
Los cuatro rayos o atributos de la mente, con el tercer rayo de la inteligencia,
están sintetizados por el Mahachohan y constituyen la totalidad del quinto
principio de la mente a manas.
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