IDEAS
IRRACIONALES Y TERAPIA RACIONAL EMOTIVO-CONDUCTUAL: RECUERDA!
• Las personas nos generamos los estados emocionales que sentimos en cada
momento.
• Tales
estados emocionales, y los comportamientos que efectuamos como consecuencia de
los mismos, no dependen de hechos o acontecimientos previos, sino de lo que
pensamos respecto de los mismos.
• Si
deseamos llegar a controlar nuestros estados emocionales hemos de aprender a
detectar los pensamientos que nos perturban y modificarlos, comprenderlos y
cambiarlos por otros más razonables y realistas.
• La
secuencia lógica de aplicación de la terapia racional emotivo-conductual
consiste, por tanto, en:
— Caer en
la cuenta de cómo nos estamos sintiendo en cada momento y detectar lo antes
posible los estados emocionales desagradables.
— Tan
pronto hayamos percibido el estado de malestar emocional, pararnos y fijar
nuestra atención en los pensamientos que estemos teniendo en ese preciso
instante.
— A
continuación pondremos en tela de juicio esos pensamientos mediante el recurso
de la disputa, debatiendo la veracidad o falsedad de tales pensamientos, y
eventualmente cambiándolos por otros más ajustados a la realidad.
—
Mediante este proceso cabe esperar que nuestro estado emocional se modifique,
mejorando notablemente.
A lo
largo de este espacio hemos intentado dar una visión clara de lo que son las
ideas irracionales y de cómo influyen en nuestros estados emocionales y nuestras
formas de actuar. Esperamos igualmente haber definido de un modo comprensible y
conciso las características esenciales de la TREC —terapia racional
emotivo-conductual—, de modo que cualquier persona pueda comenzar a aplicársela
directamente. No obstante, hemos de hacer notar que la brevedad de un estudio
como el presente no permite profundizar en los numerosos aspectos a considerar
para poder aplicar la TREC de un modo ortodoxo y riguroso, por lo que remitimos
al navegante interesado a profundizar en el tema si lo cree necesario.
Como en
otras ocasiones, volvemos a recordar la obviedad de que en aquellos casos que
implican estados emocionales intensamente afectados y de larga duración
(depresiones profundas, problemas de ansiedad o estrés muy arraigados, ira y
agresividad intensas...), o comportamientos fuertemente arraigados (como pueden
ser los múltiples y variados problemas de adicciones), aconsejamos vivamente
recurrir a la ayuda de profesionales de la psicología, que son quienes habrán de
determinar los tratamientos más pertinentes que realizar, y llevarlos a cabo.