IDEAS
IRRACIONALES HABITUALES: CONOCIENDO A «NUESTRO ENEMIGO»
Además de
las diferentes categorías generales de pensamientos irracionales enunciados en
los espacios anteriores, en la década de los años setenta el doctor Albert Ellis
formuló una serie de once ideas irracionales básicas (en las décadas siguientes
el propio doctor Ellis reformuló estas tesis en diversos trabajos científicos y
publicaciones) que frecuentemente utilizamos las personas para amargarnos la
vida. Estas ideas son:
• Los
seres humanos necesitamos apremiantementc ser amados, respetados y aprobados por
cualquier persona significativa de nuestro entorno (familia, trabajo,
barrio...).
• Para
considerarnos válidos como personas debemos ser muy competentes y capaces de
lograr cualquier cosa en todos los aspectos posibles.
• Ciertas
personas son viles y malvadas, y deben ser severamente culpabilizadas y
castigadas por ello.
• Es
terrible y catastrófico que las cosas y las personas no sean como a nosotros nos
gustaría que fueran.
• La
desgracia humana es atribuible a causas externas a nosotros mismos, y por tanto
apenas podemos hacer nada para controlar nuestras penas y perturbaciones.
• Si algo
puede ir mal o ser peligroso, hemos de preocuparnos terriblemente por ello, y
permanecer en constante estado de alerta ante la posibilidad de que tal cosa
ocurra.
• Es más
fácil evitar las responsabilidades y dificultades de la vida que afrontarlas.
• Siempre
necesitamos a alguien fuerte en nuestro entorno, en quien poder confiar y de
quien poder depender.
• La
historia personal de cada uno es determinante en nuestra conducta actual, y
cualquier cosa que nos haya conmocionado en algún momento de nuestra vida nos
seguirá afectando indefinidamente.
• Debemos
sentirnos tremendamente preocupados por los problemas y perturbaciones de los
demás.
• Siempre
existe una solución perfecta para los problemas de las personas, y si no somos
capaces de encontrarla, inevitablemente nos sobrevendrá la catástrofe.
Recuerda!
• Las personas nos generamos los estados emocionales que sentimos en cada
momento.
• Tales
estados emocionales, y los comportamientos que efectuamos como consecuencia de
los mismos, no dependen de hechos o acontecimientos previos, sino de lo que
pensamos respecto de los mismos.
• Si
deseamos llegar a controlar nuestros estados emocionales hemos de aprender a
detectar los pensamientos que nos perturban y modificarlos, comprenderlos y
cambiarlos por otros más razonables y realistas.
• La
secuencia lógica de aplicación de la terapia racional emotivo-conductual
consiste, por tanto, en:
— Caer en
la cuenta de cómo nos estamos sintiendo en cada momento y detectar lo antes
posible los estados emocionales desagradables.
— Tan
pronto hayamos percibido el estado de malestar emocional, pararnos y fijar
nuestra atención en los pensamientos que estemos teniendo en ese preciso
instante.
— A
continuación pondremos en tela de juicio esos pensamientos mediante el recurso
de la disputa, debatiendo la veracidad o falsedad de tales pensamientos, y
eventualmente cambiándolos por otros más ajustados a la realidad.
—
Mediante este proceso cabe esperar que nuestro estado emocional se modifique,
mejorando notablemente.
A lo
largo de este espacio hemos intentado dar una visión clara de lo que son las
ideas irracionales y de cómo influyen en nuestros estados emocionales y nuestras
formas de actuar. Esperamos igualmente haber definido de un modo comprensible y
conciso las características esenciales de la TREC —terapia racional
emotivo-conductual—, de modo que cualquier persona pueda comenzar a aplicársela
directamente. No obstante, hemos de hacer notar que la brevedad de un estudio
como el presente no permite profundizar en los numerosos aspectos a considerar
para poder aplicar la TREC de un modo ortodoxo y riguroso, por lo que remitimos
al navegante interesado a profundizar en el tema si lo cree necesario.
Como en
otras ocasiones, volvemos a recordar la obviedad de que en aquellos casos que
implican estados emocionales intensamente afectados y de larga duración
(depresiones profundas, problemas de ansiedad o estrés muy arraigados, ira y
agresividad intensas...), o comportamientos fuertemente arraigados (como pueden
ser los múltiples y variados problemas de adicciones), aconsejamos vivamente
recurrir a la ayuda de profesionales de la psicología, que son quienes habrán de
determinar los tratamientos más pertinentes que realizar, y llevarlos a cabo.