SEGUIR CON LA PAREJA CUANDO LA RELACIÓN ESTÁ AGOTADA
Seguramente éste es uno de los errores más dolorosos que podemos experimentar.
Muchas parejas me preguntan cuáles son los síntomas que evidencian que una
relación está agotada.
No es
fácil contestar a esta pregunta, y en función de cómo sea cada persona,
existirán unas u otras razones; no obstante, podemos adelantar algunas señales
que claramente nos indican el final de una relación:
— Cuando
al menos uno de los integrantes de la pareja ha perdido el respeto hacia la otra
persona.
— Cuando
uno disfruta con la humillación del otro.
— Cuando
el sistema de valores que representaba la pareja se ha caído por completo.
— Cuando
hayamos comprobado una incoherencia permanente entre lo que nuestra pareja dice
y lo que hace en aspectos esenciales de la vida.
— Cuando
de forma continuada sintamos pena por nosotros mismos, y/o por los hijos que
hemos tenido en común.
— Cuando
la desesperación ha desplazado a la ilusión.
— Cuando
sólo sentimos dolor al imaginarnos el futuro en común.
— Cuando
la falta de control de un miembro de la pareja haya dado lugar a la vejación del
otro, y la persona sin control y equilibrio emocional no admita que necesita
ayuda inmediata para superarlo y no se someta al tratamiento indicado.
— Cuando
nos sentimos prisioneros de nuestra relación, y desearíamos que esta persona
desapareciera de nuestra vida.
— Cuando
nuestra pareja ya no nos suscita ninguna de las emociones que antes nos hacían
vibrar, soñar o disfrutar de la forma en que únicamente él/ella lo conseguía.
— Cuando
sintamos que no hay cariño mutuo en la relación.
— Cuando
las diferencias en aspectos cruciales sobre cómo enfocar la vida sean
insalvables.
— Cuando
hayamos comprobado la imposibilidad de alcanzar acuerdos en las áreas básicas de
la convivencia o de la educación de los hijos, y/o cuando esta discrepancia cree
confusión e inseguridad en los hijos.
Pero no
nos confundamos...
...
Llegará un momento en que se nos pasará el apasionamiento de la atracción
inicial, y eso no significará que la relación esté terminada; si así lo
creyésemos, estaríamos cambiando de pareja cada pocos años. Un tema muy
diferente es que se hayan terminado el cariño, el respeto, la sintonía, la
complicidad en aspectos básicos de la vida, la posibilidad de sentirse bien cada
día, de reírse y disfrutar juntos, de compartir actividades, ocio, ilusiones...,
entonces tendremos que poner punto final a lo que hacía tiempo estaba agotado.
Otro de
los errores que nunca deberíamos permitir son las vejaciones o ataques a nuestra
dignidad, de nuevo ésas serían señales inequívocas para terminar con la
relación. Este tema en concreto lo trataremos en el siguiente espacio.
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