ESPERAR QUE LAS MUJERES REACCIONEN COMO SI FUERAN HOMBRES, O LOS HOMBRES COMO SI
FUERAN MUJERES
Parece
evidente, pero algo tan razonable, tan coherente, seguramente es uno de los
aspectos que más les cuesta recordar y asumir a los dos miembros de la pareja.
Las
mujeres se empeñan en que los hombres tienen que reaccionar como lo harían
ellas, y los hombres esperan lo mismo, pero en sentido contrario.
Desde el
punto de vista de la psicología, ambas posturas obedecen más al área del deseo
que de los hechos; esas expectativas no tienen ninguna base científica, y sus
probabilidades de ocurrencia, salvo casos excepcionales, son mínimas.
A grandes
rasgos, las mujeres no deben cometer el error de esperar que los hombres:
— Sepan
escuchar, como lo hacen sus amigas.
— No se
precipiten y den soluciones, u ofrezcan consejos que no les han pedido.
— Tengan
parecida sensibilidad y den importancia a las cosas que son fundamentales para
las mujeres.
Los
hombres muestran una especial torpeza para decir «No te preocupes» cuando la
mujer está angustiada y se siente incapaz de quitar esa preocupación de su
pensamiento.
— Se
fijen en los detalles, se acuerden de las fechas y las sorprendan con propuestas
creativas.
— Sean
capaces de no quedarse en la literalidad de las palabras que dicen las mujeres y
sepan captar las emociones que se reflejan en su comunicación no verbal.
— No
interrumpan a la mujer cuando habla.
— No
reaccionen mal cuando están haciendo algo y las mujeres les pregunten o les
pidan su cooperación o ayuda para una tarea específica del hogar.
De la
misma forma, los hombres no deben cometer el error de esperar que las mujeres:
— Sean
concretas cuando hablan, no se pierdan en los detalles y no den rodeos para
exponer lo que quieren.
— Hagan
las cosas de una en una; cuando su naturaleza les permite realizar varias tareas
a la vez con la mayor espontaneidad y eficacia.
— Sepan
que ellos no son buenos conversadores y no pretendan hablar con ellos cuando
llegan a casa.
— Dejen
de ser románticas y se muestren pragmáticas en las relaciones afectivas.
En
definitiva, si no hubiera diferencia entre los hombres y las mujeres, sería
lógico que esperásemos iguales reacciones, pero no tiene sentido sufrir por lo
imposible.
Vamos a
presentar en el siguiente espacio las principales reglas de oro, que nos
ayudarán a mejorar y clarificar las relaciones afectivas.
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