|
El RAYO DEL EGO O YO SUPERIOR
El rayo al cual pertenece el cuerpo causal del hombre, el rayo egoico,
debería determinar el tipo de meditación. Cada rayo requiere un método
diferente de acercamiento, porque la finalidad de toda meditación es la
unión con lo divino. En esta etapa es la unión con la Tríada espiritual, que
tiene su reflejo inferior en el plano mental. Permítaseme ilustrar
brevemente:
Cuando el rayo egoico es el primero, o Rayo de Poder, el método de
acercamiento debe ser la aplicación dinámica de la voluntad a los vehículos
inferiores, denominándoselo logro por un enfocamiento intenso; una potente
concentración de propósito, que anula todos los obstáculos y, literalmente,
abre un canal, impeliéndose a sí mismo hacia la Tríada.
Cuando el rayo egoico es el segundo, o Rayo de Amor-Sabiduría, la línea de
menor resistencia se halla en la expansión y en la inclusión gradual. No es
tanto un impulso hacia adelante, sino más bien la gradual expansión desde un
centro interno, hasta incluir a los que nos rodean, al medio ambiente, a las
almas afines y a los grupos de discípulos dirigidos por algún Maestro,
incluyéndolos a todos en la conciencia. Llevada a su culminación, esta
expansión da por resultado la final desintegración del cuerpo causal, en la
cuarta iniciación. En el primer caso -la realización a través del Rayo de
Poder- el impulso hacía adelante y hacia arriba tendrá el mismo resultado,
el cauce abierto da paso a la afluencia descendente de la tuerza o fuego del
espíritu y el cuerpo causal es igualmente destruido a su tiempo.
Cuando el rayo egoico es el tercero, a Rayo de Actividad-Adaptabdidad, el
método es algo diferente. No es el impulso hacia adelante ni la expansión
gradual, sino la adaptación sistemática de todo el conocimiento y de todos
los medios para alcanzar la meta percibida. En realidad es el proceso de
utilizar a los muchos para el uso de uno; es más bien el acaparamiento del
material y de las cualidades necesarias para ayudar al mundo, y la
acumulación de información, por medio del amor y de la discriminación, que
oportunamente desintegra al cuerpo causal. En estos "Rayos de Aspecto" o de
expresión divina, si puedo denominarlos así, la desintegración es
ocasionada, en el primer caso, por el ensanchamiento del canal, debido a la
fuerza impulsiva de la voluntad; en el segundo caso, por la expansión del
huevo áurico inferior, el cuerpo causal, debido a la inclusividad del rayo
sintético de amor y sabiduría, y en el tercer caso, por la rotura de la
periferia del cuerpo causal, debido a la facultad acumulativa y la absorción
sistemática del Rayo de Adaptabilidad.
Estos tres métodos diferentes dan el mismo resultado, siendo
fundamentalmente formas de un gran método empleado para lograr el desarrollo
del amor o sabiduría -meta de esfuerzo del actual sistema solar.
Tenemos así la voluntad, impulsando al hombre hacia la perfección, mediante
la realización de lo superior, que da por resultado un poderoso servicio por
medio del amor activo.
También el aspecto sabiduría o amor, impulsando al hombre hacia la
perfección, mediante la comprensión de su unicidad con todo cuanto alienta,
que da por resultado el servicio amoroso por medio del amor activo.
Y el aspecto actividad, impulsando al hombre hacia la perfección, mediante
la utilización de todo lo que está al servicio del hombre; primeramente,
utilizando todo para él mismo; luego, gradualmente, para la familia,
aquellos que ama personalmente, quienes lo rodean y así sucesivamente, hasta
que utiliza todo en servicio de la humanidad.
Cuando el rayo egoico es el atributivo cuarto Rayo de Armonía, el método
será la comprensión interna de la belleza y la armonía, que causa la
desintegración del cuerpo causal por el conocimiento del sonido y del color
mediante el efecto desintegrador del sonido. Es el proceso que conduce a la
comprensión de las notas y tonos del sistema solar, la nota y tono de los
individuos y el esfuerzo para armonizar la propia nota egoica con la de
otros. Cuando la nota egoica es emitida en armonía con otros egos, da por
resultado la desintegración del cuerpo causal, el desapego de lo inferior y
el logro de la perfección. Sus exponentes desarrollan la música, el ritmo y
la pintura. Se recogen en sí mismos para abarcar el aspecto vida de la
forma. La manifestación externa de ese aspecto vida se revela en el mundo
mediante lo que llamamos arte. Los grandes pintores y los músicos inspirados
están, en muchos casos, alcanzando la meta por este medio.
Cuando el quinto Rayo de Conocimiento Concreto o Ciencia es el rayo del
hombre, el método es muy interesante. Consiste en la aplicación intensa de
la mente concreta a algún problema para ayudar a la raza; tal es la
concentración de todas las cualidades mentales y el control de la naturaleza
inferior, de manera que implique un supremo esfuerzo para trascender lo que
impide el descenso del conocimiento superior. Involucra también el elemento
voluntad (como ha de suponerse) que da por resultado la extracción de la
información deseada, desde la fuente de todo conocimiento.
A medida que este proceso continúa, la penetración en la periferia del
cuerpo causal se hace tan frecuente que llega a producirse la
desintegración, y el hombre se libera. Es la mentalidad impulsando al hombre
a la perfección y forzándolo a utilizar todos sus conocimientos en amoroso
servicio a su raza.
El sexto Rayo de Devoción es, preeminentemente, el del sacrificio. Cuando es
el rayo egoico, el método de acercamiento a través de la meditación toma la
forma de dedicación concentrada por medio del amor, hacia algún individuo o
ideal. El hombre aprende a ser incluyente por el amor a una persona o ideal;
concentra todas sus facultades y esfuerzos en la contemplación de lo que se
requiere, y sacrificándose por esa persona o ideal, entrega su cuerpo causal
a las llamas del altar. Es el método del fanatismo divino que considera
perdido todo lo que está fuera de su visión y, oportunamente, sacrifica
gozosamente la entera personalidad. El cuerpo causal es destruido por el
fuego, y así la vida liberada asciende al Espíritu en divina beatificación.
Cuando el rayo egoico es el séptimo, o Rayo de la Ley Ceremonial o Magia, el
método de acercamiento es la comprensión y glorificación de la forma. Como
se dijo anteriormente, la meta de todas las prácticas de meditación consiste
en acercarse a lo divino que en cada uno existe y, por ello, a la Deidad
Misma.
Por lo tanto, el método consiste en aplicar la ley, el orden y la regla, a
cada acción de la vida en los tres cuerpos, y construir, dentro del cuerpo
causal, una forma que va expandiéndose hasta causar la desintegración de ese
cuerpo. Es la construcción del Santuario, de acuerdo a ciertas reglas, hasta
convertirlo en la morada de Shekinah, y cuando arde la luz espiritual, el
Templo de Salomón se estremece, tambalea y se desintegra. Constituye el
estudio de la ley y la consiguiente comprensión del hombre, de por qué y
cómo es manipulada la ley; consiste en la definitiva aplicación de la ley al
cuerpo causal, para hacerlo innecesario y producir así su desintegración. El
resultado es emancipación, y el hombre se libera de los tres mundos. Muchos
ocultistas pertenecen, en la actualidad a este rayo, a fin de continuar el
proceso liberador. Es el método que conduce al hombre a la liberación por la
comprensión y la aplicación inteligente de la Ley a su propia vida, y al
mejoramiento de las condiciones del cuerpo de la humanidad, convirtiendo al
hombre en un servidor de su raza. |
|