PELIGROS QUE DEBEN EVITARSE EN LA PRÁCTICA Y MEDITACIÓN
OCULTISTA
Peligros inherentes a la
Personalidad
Algunos pensamientos sobre el
FUEGO: peligros para el cerebro, sistema nervioso y genitales
Peligros que surgen del karma del estudiante
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Peligros que provienen de las fuerzas
sutiles
Peligros
provenientes de las entidades desencarnadas: la obsesión
Peligros provenientes de la evolución dévica
Peligros
provenientes de los Hermanos de la Oscuridad: la Fraternidad Negra
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Hemos
llegado a un punto en que se han establecido las bases del conocimiento -el
conocimiento que despierta, en el estudiante inteligente, el deseo de someterse
a las reglas prescritas, adaptarse a los requerimientos y convertir los
conceptos mentales captados, en experiencias prácticas en la vida diaria. Este
deseo es sabio y correcto y es la finalidad de todo lo que se ha impartido,
siendo conveniente a esta altura hacer ciertas advertencias, señalar posibles
peligros y poner en guardia al estudiante para que no se deje llevar por un
entusiasmo que lo puede conducir por caminos que entorpecerían su
desenvolvimiento, lo cual podría originar vibraciones que más tarde tendrá que
contrarrestar. Esto retardaría su progreso y obligaría a recapitular la tarea
realizada, todo lo cual puede evitarse si se le advierte a tiempo.
No es posible dar por escrito algunas afirmaciones e instrucciones, debido a
tres razones:
1. Las instrucciones se dan siempre en forma oral, porque van dirigidas a la
intuición, no para ser sometidas a la reflexión o razonamiento lógico de la
mente inferior; además contienen ciertos elementos de peligro para quien no está
preparado.
2. Alguna de las
instrucciones constituyen secretos del Sendero, aplicables principalmente a los
grupos a que pertenece el estudiante; sólo pueden darse como instrucción en
conjunto cuando se encuentran fuera del cuerpo físico. Pertenecen al cuerpo
causal grupal, a ciertos secretos de rayo, y sirven para invocar la ayuda de
devas superiores, a fin de producir los resultados buscados. El peligro
implicado es muy grande para darlas en escritos exotéricos. Los efectos
esotéricos de la palabra hablada o escrita son diversos e interesantes. Hasta
que ustedes no tengan un sabio Instructor en cuerpo físico, que pueda reunir a
su alrededor a Sus estudiantes para protegerlos con Su aura y vibración
estimuladoras, y hasta que las condiciones mundiales permitan un período de
relajamiento de la tensión e incertidumbre actuales, no será posible enseñar
fórmulas, invocaciones o mántram de carácter específico ni despertar los
centros, más allá de lo necesario para la evolución, excepto en algunos casos
individuales de ciertos discípulos que (quizás sin que ellos se den cuenta)
están sometidos a determinados procesos, cuyo resultado será un gran
acrecentamiento del grado de vibración. Esto sólo se hace con algunos aspirantes
en cada país, y bajo la vigilancia directa de un Maestro.
3. Actualmente no puede darse a los individuos, sin peligro, información sobre
la manera de invocar a los devas durante la meditación, aunque ya se haya
empezado con grupos, por ejemplo, en los rituales de la Masonería y de la
Iglesia. No se enseñarán todavía las fórmulas que pongan a los devas inferiores
bajo el control del hombre; no es posible confiar tal poder a los seres humanos,
pues la mayoría está sólo animada por deseos egoístas, y lo utilizaría para sus
propios fines. Los sabios instructores de la raza -como creo haber dicho en otra
ocasión- consideran que los peligros resultantes del escaso conocimiento son
mucho menores que los del excesivo conocimiento, y que el avance de la raza
puede ser entorpecido más seriamente por la errónea aplicación de los poderes
adquiridos por los ocultistas incipientes, que por la carencia de conocimiento,
la cual no engendra efectos kármicos. Los poderes obtenidos por la meditación la
capacidad adquirida mediante su práctica, en el reajuste de los cuerpos, las
facultades desarrolladas en cada vehículo, en virtud de fórmulas definidas de
meditación, la manipulación de la materia, una de las funciones del ocultista
(consecuencia de vehículos bien ajustados, que responden correctamente a las
condiciones del plano) y la adquisición de la conciencia causal -una conciencia
que lleva consigo la aptitud de incluir dentro de sí misma todo lo inferior- son
de carácter demasiado serio para ser considerados con ligereza, y en el
entrenamiento dado al hombre sobre estas líneas el instructor sólo alienta a
aquellos que son dignos de confianza. ¿Confianza, en qué sentido? En que
pensarán en términos de grupo y no del yo; en que únicamente Utilizarán los
conocimientos adquiridos, acerca de los cuerpos y del karma de quienes los
rodean, para ayudarlos en forma inteligente no con fines egoístas; en que
emplearán los poderes ocultos para pulsar la evolución y para el
desenvolvimiento de los esquemas evolutivos, en todos los niveles, tal como lo
han proyectado los tres Grandes Señores. Permítanme dar una explicación:
Una de las cosas a lograr en la meditación cuando se la practica con regularidad
y de acuerdo a una correcta instrucción, es la trasferencia de la conciencia,
del yo inferior al Yo superior. Esto lleva en sí la capacidad de ver en los
niveles causales, conocer intuitivamente hechos en la vida de otros, prever
acontecimientos y ocurrencias y conocer el valor relativo de una personalidad.
Esto sólo puede permitírsele al estudiante cuando es capaz de guardar silencio y
es altruista y constante. ¿Quién responde hoy a estos requisitos?
Estoy tratando de darles una idea general de los riesgos inherentes a un
desenvolvimiento prematuro de los poderes que se logran con la meditación. Trato
de hacer una advertencia, no de desalentarlos, insistiendo solamente sobre la
necesidad de la pureza física, la estabilidad emocional y el equilibrio mental,
antes de que el estudiante obtenga mayores conocimientos. Sólo en la medida en
que se abre el canal a la intuición y se cierra a la naturaleza animal, puede el
hombre proseguir inteligentemente con su trabajo. Sólo en la medida en que el
corazón aumenta su capacidad de sufrir a la par de todo lo que respira, en amar
a todo cuanto se ponga en contacto y en comprender y simpatizar con la menos
deseable de las criaturas de Dios, podrá llevar adelante el trabajo según se
desea. Sólo cuando el desarrollo sea equitativo, el intelecto no sobrepase
demasiado al corazón y la vibración mental no elimine a la vibración superior
del Espíritu, se le puede confiar al estudiante la adquisición de poderes que,
mal empleados, ocasionarían un desastre en su medio ambiente, como también así
mismo. Únicamente en la medida en que se abstenga de crear pensamientos, salvo
con el propósito de ayudar al mundo, se le puede confiar el poder de manipular
la materia mental. Sólo cuando no tenga otro deseo que el de descubrir los
planes del Maestro y luego ayudar decididamente a que esos planes se
manifiesten, se le puede confiar las fórmulas que pondrán bajo su control a los
devas de grado inferior. Los peligros son tan grandes y tantos los riesgos que
amenazan al estudiante no advertido, que he creído necesario hacer este llamado
antes de seguir adelante.
Voy a especificar y enumerar ahora ciertos riesgos de los cuales el estudiante
debe precaverse a medida que avanza en la meditación. Algunos de ellos obedecen
a una causa, otros a otra, las cuales hemos de especificar con exactitud.
1. Peligros inherentes a la personalidad del estudiante. Éstos, como supondrán,
pueden agruparse en tres divisiones: peligros físicos, emocionales y mentales.
2. Peligros provenientes del karma del estudiante y de su medio ambiente. Éstos
pueden también clasificarse en tres divisiones:
a. El karma de su presente vida, su propio "círculo no se pasa", representado
por su vida actual.
b. Su herencia nacional e instintos, como por ejemplo la posesión de un cuerpo
de tipo oriental u occidental.
c. Los grupos, exotéricos o esotéricos, a que esté afiliado.
3. Peligros que surgen de las fuerzas sutiles, las cuales ignorantemente se
denominan malignas. Estos peligros lo constituyen esas entidades foráneas que
atacan al estudiante en algún plano. Dichas entidades pueden ser simplemente
seres humanos desencarnados o habitantes, no humanos, de otros planos; más
adelante, cuando el estudiante sea suficientemente importante como para atraer
la atención, el ataque provendrá de los que manejan puramente materia, a fin de
entorpecer el progreso espiritual -los magos negros, los hermanos oscuros y
otras fuerzas que parecen ser destructoras, y sólo lo parecen desde el punto de
vista del tiempo y de nuestros tres mundos, lo cual es sólo incidental al hecho
de que nuestro Logos también evoluciona y (desde el punto de vista de los Seres
infinitamente superiores que lo ayudan en Su desenvolvimiento) ello depende de
sus imperfecciones transitorias. Las imperfecciones de la naturaleza, según se
las denomina, son las mismas del Logos, que finalmente serán trascendidas.
He delineado aquí el tema que me propongo desarrollar en los próximos espacios.
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Los peligros que acechan al que estudia la meditación, dependen de muchos
factores, por lo tanto sólo podré indicar brevemente ciertas condiciones
amenazadoras, advertir contra algunas posibilidades desastrosas y prevenir al
estudiante contra los efectos resultantes de la tensión indebida, del celo
excesivo y de la exagerada centralización, que puede conducir a un desarrollo
desequilibrado. La centralización es una virtud, pero debe ser la centralización
de propósito y objetivo, no la que desarrolla un solo método, excluyendo a todos
los demás.
Casi todos los peligros de la meditación derivan de nuestras virtudes, y en ello
reside gran parte de las dificultades, consistiendo, principalmente, en un sutil
concepto mental que va más allá de la Capacidad de los vehículos inferiores,
especialmente del físico denso. Aspiración, concentración y determinación, son
virtudes necesarias, pero si se emplean sin discernimiento y sin tener sentido
del tiempo, durante la evolución, puede producir la desintegración del vehículo
físico, lo cual retrasaría el progreso en determinada vida. ¿Lo he explicado con
claridad? Sólo trato de hacer resaltar la absoluta necesidad de que el
estudiante ocultista posea, como una de sus cualidades básicas, un viril sentido
común, además de un feliz sentido de la proporción, que lo impulse a tomar las
debidas precauciones y a adoptar métodos adecuados a las necesidades inmediatas.
En consecuencia, al hombre que emprende empeñosamente el proceso de la
meditación ocultista, concisamente le diré:
a. Conócete a ti mismo.
b. Avanza despacio y con precaución.
c. Estudia los efectos.
d. Cultiva la idea de que la eternidad es larga, y lo que se construye despacio
es perdurable.
e. Busca la regularidad.
f. Convéncete de que los verdaderos efectos espirituales deben observarse en la
vida exotérica de servicio.
g. Recuerda también que los fenómenos síquicos, no indican que se practica la
meditación con éxito. El mundo verá los efectos y los podrá juzgar mejor que el
estudiante. Ante todo, el Maestro lo sabrá, porque verá los resultados en los
niveles causales, mucho antes de que el hombre mismo sea consciente de cualquier
progreso.
En este espacio vamos a considerar detalladamente los puntos indicados.
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