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Visión de futuro
Leonardo afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las
técnicas para realizar bombardeos, construir barcos y vehículos acorazados;
también cañones, catapultas y otras máquinas bélicas… Su inventiva no tenía
límites.
La fascinación del genio por éstas empezó, probablemente, durante su niñez.
Mientras permaneció en el estudio de Verrocchio, observó y utilizó una gran
variedad de ingenios. Algunos eran de uso corriente en su tiempo, tal es el
caso de las ruedas de agua o los llamados tornillos de Arquímedes, capaces
de bombear el líquido elemento desde los arroyos. Pero algunas de sus ideas
resultaron tan revolucionarias que se adelantaron cientos de años a su
tiempo.
En
1485, por ejemplo, esbozó un paracaídas. Sus notas sugerían incluso el
tamaño necesario para que una persona pudiera dejarse caer desde gran altura
sin hacerse daño. Nadie sabe si llegó a construirlo. Lo único cierto es que
el primer salto en paracaídas no tuvo lugar hasta 1783, concretamente en
Francia.
El primer helicóptero capaz de transportar a una persona fue diseñado y
pilotado por Paul Cornu en 1907. Leonardo, sin embargo, proyectó un ingenio
similar entre 1487 y 1490. Parece que la inquietud del maestro en torno al
vuelo parte de la observación de las anatomías del pájaro y del hombre. Sus
primeros mecanismos son ornitópteros, es decir, instrumentos que se
esfuerzan en reproducir artificialmente la estructura y los movimientos de
las aves, pero pronto se convencerá que el sistema es inviable y olvidará
las alas batientes en favor de otras fijas similares a las de los aviones.
Tal y como explicaba en su famosa carta a Ludovico, da Vinci sabía construir
“carros cubiertos, con los cuales poder penetrar en las filas del enemigo,
destruyendo su artillería y permitiendo avanzar a la infantería sin
obstáculos”.
A pesar de asemejarse a los famosos platillos volantes, su invento no es
otro que un carro de combate con capacidad para 16 hombres. Lo curioso es
que el primer tanque no fue utilizado hasta 1917 durante la Primera Guerra
Mundial.
La lista de ingenios de anticipación es interminable: el automóvil, el tren
de aterrizaje, dispositivos para respirar autónomamente bajo el agua, piezas
de artillería… ¿Era un profeta o sus conocimientos procedían de su relación
con las sociedades secretas? |
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