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LOS
TRATAMIENTOS PARA LAS ADICCIONES
Todas las comunidades autónomas disponen de centros o servicios públicos de
atención a las drogodependencias. En ellos se ofrece información sobre
cualquier consulta relacionada con el consumo de drogas y se atienden las
demandas de tratamiento. Las ofertas son rnuy variadas, en función de cada
caso en particular, y se llevan a cabo por equipos multiprofesionales:
médicos, psicólogos y trabajadores o educadores sociales. En algunas
ocasiones también se dispone de asesoría jurídica. Los tratamientos suelen
ser ambulatorios y, sólo si el caso lo requiere, se puede derivar
temporalmente a un centro en régimen de ingreso. También existen ofertas en
el ámbito privado, pero es indispensable para tener garantías que estén
profesionalizadas.
En general, los
tratamientos empiezan por la interrupción del consumo problemático, después
de un proceso de evaluación. Puede que antes de interrumpir el consumo que
causa problemas, sea necesaria una intervención orientada a incrementar la
motivación al cambio, si la persona no está muy segura de querer dar esc
paso. La interrupción del consumo se puede conseguir con un proceso de
desintoxicación bajo control sanitario (médico y psicológico), o bien
mediante un tratamiento sustitutivo (los programas de tratamiento con
metadona, por ejemplo). Hoy por hoy, sólo existen tratamientos sustitutivos
para la adicción a opiáceos, y han resultado tremendamente efectivos para
controlar la adicción a la heroína, reducir las incidencias legales y frenar
la expansión de la infección por VIH. El resto de drogodependencias deben
ser tratadas con procedimientos iniciales de desintoxicación. En ocasiones
especiales se puede intervenir modificando el patrón de consumo sin
eliminarlo completamente; es lo que se ha llamado «consumo controlado», de
muy difícil implantación, que únicamente con una magnífica relación
terapeuta-paciente y un fuerte compromiso de cambio por parte del interesado
puede dar resultado, y ello a corto o medio plazo, porque mantener un
control exhaustivo sobre el consumo de forma continuada e ininterrumpida
exige un esfuerzo que no siempre merece la pena.
Fases del tratamiento
de las adicciones
INFORMACIÓN Y ACOGIDA
EVALUACIÓN
INTERRUPCIÓN >> SUSTITUCIÓN >> DESINTOXICACIÓN
DESHABITUACION
CAPACITACIÓN
PREVENCIÓN DE RECAÍDAS
El proceso de
readaptación del organismo a sus condiciones naturales, una vez que se ha
interrumpido el suministro de la sustancia psicoactiva, puede durar una o
dos semanas, a veces más, pero la readaptación psicológica requiere más
tiempo. Aunque depende de la sustancia de que se trate, por lo general esta
fase del tratamiento no está superada hasta pasados tres meses como mínimo.
Es la deshabituación y exige un cambio de hábitos y una reconsideración del
estilo general de vida. Si el tratamiento se interrumpe antes de haber
finalizado la deshabituación, las posibilidades de recaída son muy altas.
Cuando se ha logrado un cambio importante en los hábitos, y la persona se
encuentra recuperada física y psicológicamente, es el momento de afrontar
los problemas que se crearon como consecuencia del consumo de drogas y
empezar a ponerles solución; es la fase de capacitación, en la que se
aprende a hacer las cosas de otra manera. Finalmente, es necesario un
entrenamiento en prevención de recaídas; mantener los logros alcanzados y
protegerse al máximo para que no vuelva a suceder, lo que requiere
prudencia, constancia y saber hacer. En total, y si todo va sobre ruedas, el
tratamiento se puede prolongar durante nueve meses o un año. Si hay
complicaciones, es difícil de prever. En cualquier caso, un tratamiento en
régimen ambulatorio es compatible con una vida completamente normal, con las
únicas limitaciones que se prescriban con objetivos terapéuticos. Después
del alta por fin de tratamiento se suele establecer un periodo de
seguimiento en el que se atiende cualquier incidencia y se sigue manteniendo
un control sanitario sobre el consumo.
Mientras las personas con adicción se deciden a dar el paso de ponerse en
tratamiento, existen actuaciones llamadas de «reducción de daños»,
encaminadas a disminuir los riesgos que se corren por consumir drogas en
malas condiciones: la distribución gratuita de material inyectable estéril
para los consumidores por vía parenteral reduce en gran medida la
transmisión del virus del sida y, si es posible analizar la sustancia, se
pueden evitar las sobredosis. Las salas de veno-punción con atención
sanitaria reducen además las infecciones cutáneas producidas por una forma
inadecuada de inyectarse. Sea cual sea el contacto que el sujeto adicto
mantenga con la red socio-sanitaria, se puede aprovechar para cuidar,
proteger y motivar para mejorar la calidad de vida y la salud.
No todas las fases y procedimientos explicados para la adicción a drogas se
pueden aplicar a los tratamientos de las adicciones sin sustancias. En estos
casos no podemos hablar de desintoxicación o de sustitución, pero el inicio
del tratamiento es el mismo: la interrupción de la conducta problemática.
Requiere las mismas condiciones de motivación para el cambio y el mismo
compromiso en la relación terapéutica. Eos procedimientos empleados en las
fases de deshabituación, capacitación y prevención de recaídas son
básicamente los mismos. También lo es el tiempo de duración del tratamiento
estimado (de nueve meses a un año con periodos amplios de seguimiento). Los
equipos terapéuticos están formados por los mismos profesionales que en el
caso de las drogodependencias. No existen, sin embargo, intervenciones
socio-sanitarias con objetivos de reducción del daño, aunque sí se conocen
algunas iniciativas a nivel privado que van en esa dirección.
En cualquier caso, es
posible solucionar, o al menos mejorar, los problemas que hayan surgido como
consecuencia de una práctica de riesgo y es recomendable darse una
oportunidad para intentarlo. Estar bien informados, ser responsables con
nuestra salud, cuidar nuestra calidad de vida y la de las personas cercanas
y afrontar los conflictos que surjan buscando la mejor solución, son las
pautas a seguir para conseguirlo. |
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