RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA TRATAR A LOS ADOLESCENTES
Es
importante tener en cuenta el proceso de transformación que se produce en la
adolescencia para, en primer lugar, poder entender determinados comportamientos
que hasta ahora quizá ni se atisbaban y, en segundo lugar, para poder ayudarles
convenientemente desde una perspectiva adulta y desde la comprensión.
Conductas de riesgo
Los
primeros contactos con el alcohol y las drogas se dan generalmente en esta
etapa. Esto siempre es motivo de preocupación en el entorno familiar. Por un
lado, la clave estará en ir hablando de estos asuntos y sus consecuencias,
empezando cuanto antes y aprovechando cualquier oportunidad que se brinde para
que conozcan la realidad de su consumo; por otro, estar atento a las primeras
señales de alarma que nos indiquen que pueden estar consumiendo, como cambios de
comportamiento, de aspecto, de humor... Si se detecta un posible consumo, será
necesario hablar con ellos y en muchas ocasiones habrá que buscar ayuda externa
a nivel psicológico para reconducir este importante tema.
En el
plano de la sexualidad también se pueden dar situaciones de riesgo, como
embarazos no deseados o el contagio de determinadas enfermedades. Igualmente
será muy importante haber mantenido desde hace tiempo una comunicación fluida
sobre estos aspectos, para poder seguir haciéndolo ahora y para que tengan y
utilicen un criterio maduro y responsable.
Trabajar su autoestima
Precisamente en estos primeros años referidos es muy importante cómo actúen las
personas del entorno más inmediato del adolescente, en especial los padres y
familiares directos, quienes, con sus comentarios y formas de responder,
configuran también la manera en que él se sienta y, como consecuencia, que vaya
experimentando una autoestima adecuada o no. Siempre será positivo haber
fortalecido en lo posible, durante etapas pasadas, la seguridad en el chico,
para que cuando atraviese esta etapa adolescente pueda tener el mayor número de
resortes personales.
Mantenerlo integrado en algunos aspectos familiares
Que el
adolescente busque el aislamiento dentro de casa, como recurso para poder
sentirse individual e independiente, es normal, lo que hay que evitar es que
esto lo haga prácticamente siempre. Cuanto antes, habrá que estar al tanto, para
que la condición de poderse encerrar en su habitación sea compatible con la de
mantener cierta normalidad en los asuntos familiares comunes, como horarios,
comidas, actividades de ocio. El adolescente lo entenderá mejor si esto se le
inculca desde el principio que si se les permite esa individualidad y más tarde
se le intenta reintegrar.
Ante
las quejas
Hay que
entender que las quejas frecuentes forman parte importante del proceso de
crecimiento personal para reafirmarse a sí mismos y, por tanto, la mejor
estrategia será no enfrentarse directamente por ellas y dejarlas a un lado. Si
no, el conflicto estará asegurado. Cuando la queja se produzca ante algo que nos
parezca prioritario, tendremos que mantenernos, como adultos, firmes; si es algo
en lo que se puede transigir, lo mejor será utilizar el diálogo y buscar una
solución compartida en la que el adolescente se vea involucrado.
Ante
el móvil, el chat...
Ante el
uso desproporcionado de los medios de comunicación que existen hoy a su alcance,
y para el que en la mayoría de los casos no están preparados, como medida
preventiva le ayudaremos en su control desde su comienzo, para que puedan ir
responsabilizándose ellos solos. Será Necesario ir desde un fuerte control
externo hasta un máximo control interno.
Fomentar la comunicación
Mantener
una buena comunicación con el adolescente, aun en los pocos momentos en que éste
esté disponible, será necesario para poder ayudarles y prestarles apoyo. Aunque
huyen de los consejos, es en esta etapa cuando es más necesario que sientan que
el adulto está cerca y disponible.
Interrogarles no es una estrategia adecuada para conocer algunos de sus asuntos,
es preferible escoger el momento propicio en que se encuentren más comunicativos
y relajados.
Cuándo
pedir ayuda
Ante
comportamientos extremos o conductas que nos alarmen, lo mejor es mantener la
serenidad inicial para poder evaluar lo que ha ocurrido y las consecuencias; de
esta forma encontraremos Ja manera de reconducirlo. A veces tendremos que acudir
a ayuda externa; para estos casos están los psicólogos especializados en el área
de la adolescencia.
RECUERDA
La
adolescencia es un periodo en el que se producen los cambios fundamentales que
marcan el inicio de la etapa adulta y que transforman al ser humano para
afrontar el resto de la vida desde una perspectiva más autónoma. Estos cambios
ocurren tanto a nivel físico como psicológico; y también a nivel social. La
adaptación en un tiempo relativamente corto a esos cambios genera toda una serie
de vivencias emocionales en el adolescente que van conformando su propia
individualidad, a través de la identificación que va haciendo progresivamente.
Será
preciso que los adultos entiendan estos cambios y sus posibles consecuencias en
el comportamiento para poder atender las problemáticas típicas de esta etapa.
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