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PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA ANOREXIA
Hay una frase que resume perfectamente el objetivo terapéutico de estos
pacientes: "Primero hay que tratarlos como adolescentes, antes que tratarlos
como anoréxicos o bulímicos."
No se pierda de vista que hablar de anorexia nerviosa es hablar de una
enfermedad grave. Han de saber que, por ejemplo, la mortalidad a largo plazo
es una de las más altas entre las enfermedades psiquiátricas (casi el 20 %,
después de 20 años de acontecer la enfermedad). Y de este porcentaje, casi
la mitad se ha suicidado, de modo que existe la posibilidad de que un
componente de la mortalidad sea la asociación (comorbilidad) con cuadros
depresivos. Otro 20 % de anoréxicas continúa con un peso precario,
irregularidades menstruales e infertilidad. Con el paso de los años, la
mitad de las pacientes se curan de su anorexia nerviosa, pero la mitad de
este grupo sufrirá trastornos de ansiedad o de depresión en su vida adulta.
La anorexia nerviosa es una enfermedad exclusiva del sexo femenino en el 95
% de los casos; se da casi únicamente en la raza blanca, y tiene máxima
incidencia en países desarrollados (se podría ironizar, pues, diciendo que
es una enfermedad feminista, racista y capitalista). La enfermedad va en
aumento día a día, y su incidencia de una chica de cada 800 en la población
general pasa a una chica por cada 100 en los grupos de riesgo, como son:
bailarinas, gimnastas, nadadoras y corredoras. La edad media de presentación
de esta enfermedad es a los 17 años, aunque asimismo hay dos picos: a los 14
y a los 18 años. También la edad de aparición es cada día más alarmantemente
precoz (12, 11, 10 años...). Y también hay que hacer otra puntualización:
aumentan día a día los casos de anorexia en varones.
Hay diversos tipos de anorexia: la "restrictiva", que únicamente presenta el
cuadro de anorexia, en un 60 % de los casos; la "bulímica", que además del
síntoma principal de anorexia se acompaña de accesos de consumir cantidad de
alimentos y luego vomitarlos, en un 40 % de los casos. A la anorexia
nerviosa se la llama "purgativa" cuando los pacientes utilizan profusamente
purgas y laxantes (y también diuréticos) para perder peso. Aproximadamente
un 15 % de los pacientes anoréxicos luego desarrollan un cuadro de auténtica
bulimia nerviosa (véase a continuación).
Como reglas básicas para el tratamiento de la anorexia nerviosa preconizamos
la intervención precoz y a ser posible en régimen ambulatorio, evitando el
ingreso hospitalario del joven, aunque haya que recurrir a esta solución
cuando peligra la vida del paciente (descompensación brusca del peso,
deshidratación, peligro de colapso cardíaco, etc.), tratándose entonces como
un caso de urgencia médica. Es obvio que es preferible el tratamiento del
paciente in situ, dentro de su marco natural que es la familia, con el
soporte nutricional, medicamentoso y psicoterapéutico pertinente. Es una
actuación más lógica y realista que el ingreso hospitalario de entrada, como
obligado protocolo.
En el tratamiento de esta enfermedad hay que armarse de gran paciencia. El
cuadro clínico es tan desesperante que consume físicamente al que lo padece,
agota emocionalmente a los familiares, y hace mella en el personal sanitario
que le atiende. Al respecto, un médico comentaba que "el remitir un paciente
con un trastorno del comportamiento alimentario a un colega, no puede ser
considerado como un acto amistoso." El paciente parece que nos diga:
"Ayúdame... pero no dejaré que me ayudes" (en la práctica, intentará
sabotear todo el tratamiento). Se trata de una auténtica destrucción
corporal con supervivencia mental. La "huelga de hambre" de la jovencita
está cargada de significados morales e incluso religiosos. Es como un
repudio de la condición femenina: en búsqueda del ideal andrógino (los
rasgos externos no se corresponden definidamente con los propios de su
sexo). La ingestión de alimentos, a menudo de una manera forzada, la vive la
chica como una intromisión en su integridad corporal, y se niega a
ingerirlos. Decía categóricamente un médico: "la enferma no quiere comer,
porque no quiere comer."
Hay ciertos factores que indican un buen pronóstico: edad de comienzo
temprano, diagnóstico y tratamiento precoz, rehabilitación nutricional,
mejora progresiva de la autoimagen y una familia que apoya. El tratamiento
ideal a menudo requiere un equipo multidisciplinario. La recuperación de
peso es un ingrediente esencial en el proceso de recuperación (al respecto
advertía un terapeuta familiar: "Cuando el paciente empieza a comer y a
recuperar peso, la terapia acaba sólo de empezar"). Asimismo, las terapias
individuales y familiares son muy efectivas y un enfoque terapéutico
unificado ofrece la posibilidad real de curación.
Hospitalización en la anorexia nerviosa.
A) Ventajas.
• Evita la muerte (urgencia médica).
• Separa al paciente de un medio familiar ansioso y conflictivo.
• Controla los reforzadores ambientales que mantienen la situación
(interferencias).
• Incide directamente sobre el síntoma: anorexia.
B) Inconvenientes.
• Aísla al paciente del contexto natural sobre el que actuar: la familia.
• Favorece tas tendencias regresivas del paciente (ser un sujeto pasivo de
la curación).
• Otorga el papel de chivo emisario para el paciente ("identificado" como
responsable).
• Elevado coste del tratamiento.
"Reglas de oro" para el tratamiento de la anorexia nerviosa.
• Siempre que sea posible: tratamiento ambulatorio y abstenerse de ingresos
hospitalarios.
• Prioridad a la recuperación del peso: terapia nutricional. Descartar
causas orgánicas de la anorexia: análisis bioquímicos, EEG, radiografías,
etc. (exploraciones no siempre necesarias y dependientes del criterio
médico).
• Utilización precisa y limitada de medicamentos: multivitamínícos con
minerales, antidepresivos, estimulantes del tránsito y vaciamiento gástrico,
y sustitución hormonal (para la amenorrea de larga duración).
• Valerse de las sesiones de terapia familiar e individualizada y de las
técnicas de modificación de la conducta. |
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