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PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Y ESPÍRITU
Ha habido muchas
controversias entre masones acerca de los puntos esenciales de la Masonería.
Masones anglófonos los llaman "linderos", un término tomado del Deuteronomio
19:14, que significa "los límites de la libertad Masónica", o los límites
inalterables dentro de los que todo albañil tiene que confinarse a sí mismo.
Mackey [25] no estipula menos de veinticinco linderos. El mismo número es
adoptado por Whitehead [26] "como la medula de las investigaciones de los
autores masones más hábiles". Los principales de ellos son [27] :
El método de
reconocimiento por señas secretas, palabras, apretones de manos, pasos,
etc.;
los tres grados incluso el Arco Real;
la leyenda de Hiram del tercer grado;
el correcto "tejado" de la logia contra "lluvia" y "nieve", i.e., contra
hombres y mujeres "cowans", o sea los que escuchan escondidos, i.e.,
intrusos profanos;
el derecho que cada Masón regular tiene de visitar cada logia regular en el
mundo;
la creencia en la existencia de Dios y en la vida futura;
el Volumen de la Ley Sagrada;
la igualdad de los masones en la logia;
el secreto;
el método simbólico de enseñanza;
la inviolabilidad de los linderos.
En
verdad no hay ninguna autoridad en La Francmasonería para constituir tales
linderos o leyes fundamentales "invariables". Estricta y judicialmente,
incluso los "Antiguos Cargos", que, según las "Constituciones" de Anderson,
contienen las leyes inalterables, tienen un carácter legal obligatorio
únicamente si están incluidas en el "Libro de la Constitución" de cada Gran
Logia. [28] Pero en la práctica existen ciertas características que son
universalmente consideradas como esenciales. Tales son los principios
fundamentales descritos en el primero y sexto artículos de los "Antiguos
Cargos" concernientes a la religión, en los textos de las dos primeras
ediciones en ingles (1723 y 1738) de las "Constituciones" de Anderson.
Estos textos, a pesar de
diferir ligeramente, son idénticos en su significado esencial. El de 1723 es
el texto original restaurado por la Gran Logia de Inglaterra en las
ediciones de las "Constituciones", 1756-1813, e introducido más tarde en el
"Libro de las Constituciones" de casi todas las otras Grandes Logias, es el
más autorizado; pero el texto de 1738, que fue adoptado y usado por mucho
tiempo por muchas Grandes Logias, es también de gran importancia por sí
mismo y como una ilustración más amplia del texto de 1723.
En este último, el
primer artículo de los "Antiguos Cargos" que contiene la ley fundamental y
la esencia de La Francmasonería moderna dice (se da el texto precisamente
como impreso en el original de 1723):
I. Acerca de Dios y la
Religión. Un Masón esta obligado, por el ejercicio de su cargo, a obedecer
la ley moral: y si entiende correctamente el Arte, nunca será un estúpido
Ateo (letras góticas) ni un Libertino irreligioso (letras góticas). Pero
aunque en tiempos anteriores los masones de cada país debían pertenecer a la
religión de ese país o nación, cualquiera que fuera, ahora se piensa que es
más conveniente que sólo se les obligue a seguir aquella religión con la que
todos los hombres estén de acuerdo, dejándoles sus opiniones particulares a
sí mismos: esto es, ser hombres buenos y verdaderos o Hombres de Honor y
Honestidad, por cualesquiera Denominaciones o Convicciones con las que se
distingan; por lo que la Masonería llega a ser el Centro de Unión y el medio
de conciliar una Amistad verdadera entre personas que deberían haberse
quedado a una perpetua distancia.
Bajo el Artículo VI, 2
(el comportamiento del Masón después de que la logia se ha cerrado y los
hermanos no se han ido) se agregó:
Para conservar la paz y
la armonía, ningún resentimiento privado ni riñas se deben traer al interior
de la logia, mucho menos una reyerta cualquiera acerca de Religión o
Naciones o Política Estatal, puesto que sólo somos, como masones, de la
Religión Catholick, antes mencionada, somos también de todas las Naciones,
Lenguas, Afinidades e Idiomas y estamos decididos en contra de toda Política
(impreso en el original en letras góticas) puesto que hasta hoy nunca ha
conducido al bienestar de la logia y nunca lo hará. Este mandato ha sido
siempre estrictamente ordenado y observado; pero especialmente desde la
Reforma en Gran Bretaña o del disentimiento y secesión de estas Naciones de
la comunión de Roma.
En el texto de 1738 los
mismos artículos dicen (las diferencias del de 1723 están en cursivas):
I. Acerca de Dios y la
Religión. Un Masón esta obligado por el ejercicio de su cargo a observar la
ley moral como un verdadero Noahida (hijo de Noé, el primer nombre de los
Francmasones) y si entiende correctamente el oficio, nunca será un estúpido
ateo ni un libertino irreligioso ni actuara en contra de su conciencia. En
tiempos antiguos los masones Cristianos estaban encargados de cumplir con
las costumbres cristianas de cada país donde viajaban o trabajaban; pero
siendo que la Masonería se encuentra en todas las naciones, incluso de
religiones diferentes, están ahora generalmente encargados de adherir a esa
religión, en la que todos los hombres están de acuerdo, (dejando a cada
Hermano su propia opinión particular), o sea, ser hombres buenos y
verdaderos, hombres de honor y honestidad, sin importar los nombres,
religiones o convicciones que los distingan; porque todos ellos están de
acuerdo con los tres grandes artículos de Noé, bastante para mantener el
cemento de la logia. Así la Masonería es el centro de su unión y la feliz
manera de conciliar la verdadera amistad entre personas que de otra manera
deberían haberse quedado a una perpetua distancia.
VI. 1. Comportamiento en
la logia antes de cerrar: Ningún . . . resentimiento privado ni disputa
sobre nación, familia, religión o política debe, por ningún motivo ni bajo
ningún tono ni el pretexto que sea, ser traída dentro de las puertas de la
logia; ya que como masones somos de la más antigua religión católica, antes
mencionada, y de todas las naciones en la escuadra, el nivel y la plomada; y
como nuestros predecesores de todos los tiempos estamos decidimos en contra
de las disputas políticas, ya que son contrarias a la paz y al bienestar de
la logia.
Para apreciar
debidamente estos textos que describen la Francmasonería moderna
"especulativa" es necesario compararlos con los requerimientos
correspondientes de las Constituciones "Góticas" (Cristianas) que
reglamentaban las antiguas logias de la Masonería "operativa" hasta y
después de 1747. Estos requerimientos están uniformemente resumidos en las
sencillas palabras: "El primer encargo es éste, que sean fieles a Dios y a
la Santa Iglesia y no incurran en error o herejía". [29] El radical
contraste entre los dos tipos es evidente. Aun cuando un Masón, de acuerdo a
la Antigua Constitución, se encontraba, ante todo, obligado a ser fiel a
Dios y a la Iglesia, evitando herejías, sus obligaciones "religiosas", según
el nuevo texto, se reducían esencialmente a la observación de la "ley moral"
resumida prácticamente en los principios de "honor y honestidad" en los que
"todos los hombres están de acuerdo". Esta "religión universal de la
Humanidad" que gradualmente elimina las accidentales divisiones de la
humanidad debidas a opiniones particulares "o religiosas", y a los
"prejuicios" nacionales y sociales, debe ser el vínculo de unión entre los
hombres en la sociedad Masónica, concebida como el modelo de asociación
humana en general.
"Humanidad" es el término usado para designar al principio esencial de la
Masonería. [30] Aparece en un discurso Masónico de 1747. [31] Otras
consignas son "tolerancia", "no-sectarismo", "cosmopolita". El carácter
cristiano de la sociedad bajo el régimen operativo de siglos pasados, dice
Hughan [32] "se cambió por las reglas no-sectarias que debían incluir bajo
su manto a los creyentes de todas las sectas, sin consideración por sus
diferencias de color o región, con tal de que se observaran las sencillas
condiciones de moralidad, edad madura y un voto aceptado". [33] En la
Masonería Continental las mismas nociones son expresadas con las palabras
"neutralidad", "laïcité", "Confessionslosigkeit", etc. En el texto de 1738
un énfasis particular se pone en la "libertad de conciencia" y se acentúa el
carácter universal, no-cristiano de la Masonería. El Masón es llamado un
"verdadero Noahida", i.e. un seguidor del sistema pre-cristiano y
pre-mosaico de la humanidad indivisa.
Los "3 artículos de Noé"
eran muy probablemente "los deberes para con Dios, para con el vecino y para
consigo mismo" inculcados desde los tiempos más antiguos en el "Encargo a un
Hermano recién recibido". Pueden también hacer referencia al "amor fraterno,
auxilio y verdad", con la "religión" generalmente definida como el "gran
cemento" de la fraternidad y llamada por Mackey [34] "la consigna de nuestra
orden y la característica de nuestra profesión".
De los masones antiguos
ya no se dice que estaban obligados a "ser de la religión" sino solamente a
"cumplir con las costumbres cristianas de cada país". La designación de la
así llamada religión "no sectaria" como la "antigua catholick" descubre el
intento de contraponer esta religión de "Humanidad" a la Católica Romana
como la única verdadera, genuina, y originalmente católica. Se da a entender
también el carácter no sectario de la Masonería en la era escogida en la
página del título: "En el año 5723 de la Masonería" y en la "Historia".
Sobre la "Historia" Anderson mismo comenta en el prólogo (1738):
Sólo un Hermano
experimentado, según la verdadera luz, puede hallar sin esfuerzo muchas
convenientes alusiones en casi cada página de este libro las cuales "Cowans"
y otros no iniciados (incluso entre masones) no pueden percibir.
Así, concluye Krause [35] la "Historia" de Anderson esta alegóricamente
escrita en "lenguaje codificado". Por eso, lejos de ser "simples alusiones
pueriles a secretos de poca importancia", la tendencia general de esta
"Historia" es el exhibir el "no sectarismo" de la Masonería.
Dos puntos merecen
mención especial: las declaraciones sobre los estilos de arquitectura
"Augusto" y "Gótico" y la identificación de la Masonería con la geometría.
El "Augusto", al que se alaba por encima de todos los otros estilos, se
refiere al "Humanismo", mientras que el "Gótico" al que se culpa de
ignorancia y estrechez de espíritu, se refiere a la ortodoxia cristiana y en
particular a la católica romana. La identificación de la Masonería con la
geometría pone de manifiesto el carácter naturalista de la anterior. Como la
Sociedad Real, de la que una grande y muy influyente proporción de los
primeros Francmasones eran miembros [36], la Masonería profesa el método
geométrico empírico, o "positivista", de razonamiento y deducción en la
investigación de la verdad.
[37] En general parece
ser que los fundadores de la Masonería pensaron seguir los mismos métodos
para sus designios sociales que los que fueron escogidos por la Sociedad
Real para sus investigaciones científicas. [38] "La Geometría como método se
recomienda particularmente a la atención de los masones". "Bajo esta luz, la
Geometría puede muy bien considerarse como una lógica natural; puesto que la
verdad es siempre consistente, invariable y uniforme, todas las verdades se
pueden investigar de la misma manera. Las definiciones morales y religiosas,
los axiomas y las proposiciones tienen una regular y cierta dependencia los
unos en los otros tal como cualquiera en física o matemáticas". "Permítanme
recomendarles que persigan tal saber y cultiven tales preceptos de manera a
afianzar el respeto Fraternal de esta sociedad y el honor de su futura
promoción dentro de ella". [39] Es tan sólo por inconsistencia que algunas
Grandes Logias de América del Norte insisten en creer en la inspiración
Divina de la Biblia como una cualidad necesaria y que no pocos masones en
América y Alemania declaran la Masonería esencialmente como una "institución
cristiana". Según las Grandes Logias Alemanas, Cristo es solamente "el sabio
y poderoso hombre puro" par excellence, el principal modelo y maestro de
"Humanidad". [40] En el sistema sueco, practicado por la Gran Logia del País
Alemán, se dice que Cristo enseñó, además de la doctrina cristiana exotérica
destinada al pueblo y a la más torpe muchedumbre de sus discípulos, una
doctrina esotérica para sus discípulos escogidos, tales como San Juan, en la
que negó que El fuera Dios.
[41] La Francmasonería,
se dice, desciende de la sociedad secreta cristiana, en la que se propagó
esta doctrina esotérica. Es evidente, sin embargo, que aun en éste sentido
restringido de Cristianismo "no-sectario", la Francmasonería no es una
institución cristiana, porque reconoce a muchos modelos y maestros
pre-cristianos de "Humanidad". Todos los masones instruidos están de acuerdo
en la importancia objetiva de este principio Masónico de "Humanidad", según
el cual la creencia en dogmas es cuestión de importancia secundaria, y que
incluso es perjudicial para las leyes del amor y la tolerancia universales.
La Francmasonería, por consiguiente, se opone no sólo al Catolicismo y al
Cristianismo, sino también a todo sistema de creencias que hablan de la
"verdad" sobrenatural.
Las únicas divergencias
serias entre masones sobre la interpretación de los textos de 1723 y 1738 se
refieren a las palabras: "Y si entiende correctamente el Arte, nunca será un
estúpido Ateo ni un Libertino irreligioso". La controversia acerca del
significado de estas palabras ha sido particularmente aguda desde el 13 de
septiembre de 1877, cuando el Gran Oriente de Francia borró el párrafo,
introducido en 1854 en sus Constituciones, por el cual la existencia de Dios
y la inmortalidad del alma eran declarados la base de La Francmasonería [42]
y le dio al primer artículo de sus nuevas Constituciones el siguiente tenor:
"La Francmasonería, una institución esencialmente filantrópica, filosófica
(naturalista, adogmatica) y progresista, tiene como objetivo la búsqueda de
la verdad, el estudio de la moralidad universal, de las ciencias y de las
artes y la práctica de la beneficencia. Tiene como principios la absoluta
libertad de conciencia y la solidaridad humana. No excluye a nadie a causa
de sus creencias. Su divisa es Libertad, Igualdad, Fraternidad".
El 10 de septiembre de
1878, el Gran Oriente, además, decretó expurgar de los Rituales y de los
procedimientos de la logia todas las alusiones a dogmas religiosas tales
como los símbolos del Gran Arquitecto, la Biblia, etc. Estas medidas
atrajeron solemnes protestas de casi todos los órganos angloamericanos y
alemanes y llevaron a la ruptura entre las Grandes Logias angloamericanas y
el Gran Oriente de Francia. Puesto que muchos masones librepensadores en
América y en Europa simpatizaron en esta disputa con los franceses, ocurrió
una ruptura mundial. Bastante recientemente muchas Grandes Logias de los
Estados Unidos se negaron a reconocer la Gran Logia de Suiza como un Cuerpo
regular, porque guardaba relaciones amistosas con el ateo Gran Oriente de
Francia. [43] Esta ruptura parece mostrar, que en el precedente párrafo de
los "Antiguos Cargos" la creencia en un Dios personal es declarada como el
más importante requisito previo y deber de un Masón y que la Masonería
angloamericana, al menos, es un campeón inflexible de esta creencia en
contraste con la impiedad de Masonería latina.
Pero en verdad toda
Masonería esta llena de ambigüedad. Los textos de 1723 y 1738 de la ley
fundamental acerca del Ateísmo son deliberadamente ambiguos. El ateísmo no
es condenado de manera afirmativa, sino sólo suficientemente desaprobado
para respetar las exigencias del momento, cuando un reconocimiento público
del ateísmo habría sido fatal a la Masonería. No se dice que no se pueden
admitir Ateos, o que ningún Masón puede ser un Ateo, sino sólo que si
comprende correctamente el Arte, nunca será un estúpido Ateo, etc., i.e.,
que no sostendrá o profesara el Ateísmo de una manera tonta, con
declaraciones, por ejemplo que choquen el sentimiento religioso y causen a
la Masonería una mala reputación. Y aun tal estúpido Ateo no incurre en
crítica más fuerte que la del simple hecho de que no comprende debidamente
el Arte, un juicio meramente teórico sin ninguna sanción práctica. Tal
desaprobación sirve más bien a alentar el positivismo moderno o el Ateísmo
científico.
Escasamente más serio es
el rechazo del Ateísmo por las Grandes Logias británicas, americanas y
algunas alemanas en su disputa con el Gran Oriente de Francia. Es verdad que
la Gran Logia inglesa, en su comunicación trimestral del 6 de marzo de 1878
[44] aprobó cuatro resoluciones, en las que declara que el más importante
lindero antiguo de la orden, es la creencia en el Gran Arquitecto del
Universo, y se exige una declaración explícita de esta creencia de parte de
los hermanos visitantes pertenecientes al Gran Oriente de Francia, como un
requisito para entrar en las logias inglesas. Medidas similares fueron
tomadas por las Grandes Logias irlandesas, escocesas, y norteamericanas.
Pero esta creencia en un
Gran Arquitecto es tan vaga y simbólica, que casi cada clase de Ateísmo e
incluso el "estúpido" Ateísmo puede ser cubierto por ella. Además, las
Grandes Logias británicas y americanas declaran que se satisfacen totalmente
con tal incertitud, que es, de hecho, sólo una declaración verbal, sin mayor
investigación sobre la naturaleza de esta creencia, y que no sueñan con
declarar que la Francmasonería es una "iglesia", un "concilio", o un
"sínodo". Por consiguiente se reconocen como masones incluso aquellos que
con Spencer y otros filósofos Naturalistas de la época llaman a Dios el
principio oculto todopoderoso que opera en la naturaleza, o, tal como los
partidarios del "Handbuch" [45] sostienen que las dos columnas de la
religión son "el sentimiento de la pequeñez del hombre en la inmensidad de
espacio y tiempo", y "la convicción de que todo lo que es real tiene su
origen en lo bueno y de que todo lo que ocurre debe ser para el bien".
Un Gran Orador americano
Zabriskie (Arizona) el 13 de noviembre de 1889 promulgó que "miembros
individuales pueden creer en muchos dioses, si su conciencia y
discernimiento así les mandan". [46] Limousin [47] aprobado por masones
alemanes [48] dice: "La mayoría de los hombres conciben a Dios, según las
religiones exotéricas, como un hombre todopoderoso; otros conciben a Dios
como la idea más elevada que un hombre puede formarse de acuerdo a las
religiones esotéricas". Estos últimos son llamados Ateos según la noción
exotérica de Dios rechazada por la ciencia, pero no son Ateos según la
noción esotérica y verdadera de Dios. Al contrario, añaden otros [49] son
menos Ateos que los miembro de una iglesia, de quienes sólo difieren por
tener una idea más alta de Dios o de lo Divino. En este sentido Thevenot,
Gran secretario del Gran Oriente de Francia, en una carta oficial a la Gran
Logia de Escocia (30 de enero de 1878), declara: "La Masonería francesa no
cree que existan Ateos en el sentido absoluto de la palabra" [50] y Pike
mismo [51] reconoce:
Un hombre que tiene una
concepción más alta de Dios que aquellos que lo rodean y que niega que la
concepción de ellos sea Dios, será muy probablemente llamado Ateo por
aquellos hombres que son en realidad mucho menos creyentes en Dios que él,
etc.
Así que toda la polémica
es meramente nominal y formal. Además, hay que notar que la cláusula que
declara que la creencia en el Gran Arquitecto es un requisito de admisión
fue introducida, en el texto de las Constituciones de la Gran Logia de
Inglaterra, solamente en 1815 y este texto dice: "Un Masón por consiguiente
esta particularmente obligado a nunca actuar en contra de los dictados de su
conciencia", con lo que la Gran Logia de Inglaterra parece reconocer que la
libertad de conciencia es el principio supremo de la Francmasonería y que
predomina por encima de todos los demás en caso de conflicto. Se implica
asimismo la misma supremacía de la libertad de conciencia en el carácter
no-sectario, que los masones angloamericanos reconocen como la esencia más
profunda de la Masonería. "Dos principios", dijo el Emperador alemán
Federico III, en un discurso solemne a masones en Estrasburgo el 12 de
septiembre de 1886, "caracterizan sobre todo nuestros propósitos, a saber,
la libertad de conciencia y la tolerancia"; y el "Handbuch" [52] justamente
hace notar que la libertad de conciencia y la tolerancia fueron por eso
promulgadas como los cimientos de la Masonería por la más alta autoridad
Masónica de Alemania.
Por tanto el Gran
Oriente de Francia tiene razón sobre la esencia de la cuestión, según el
punto de vista Masónico; pero se ha apartado de la tradición al suprimir
símbolos y formulaciones simbólicas, las cuales, si se comprenden
debidamente, de ninguna manera implican aserciones dogmáticas y no se pueden
rechazar sin dañar la obra de la Masonería, ya que ésta necesita de formulas
religiosas ambiguas adaptables a cada forma de creencia y a cada fase de
desarrollo moral. Desde este punto de vista los símbolos del Gran Arquitecto
del Universo y de la Biblia son verdaderamente de suma importancia para la
Masonería. Así que, varias Grandes Logias que al principio habían imitado el
radicalismo francés, finalmente guardaron esos símbolos. Un representante de
la Gran Logia de Francia escribe en este sentido a Findel: "Estamos
completamente de acuerdo con ustedes en considerar todos los dogmas, sean
positivos o negativos, como radicalmente contradictorios con la Masonería,
cuya enseñanza debe ser propagada sólo por símbolos. Y los símbolos pueden y
deben ser explicados por cada quien según su propia comprensión; por eso
sirven para mantener la concordia. Por eso nuestra Gran Logia, de manera
facultativa, retiene el Símbolo del Gran Arquitecto del Universo, ya que
cada quien puede concebirlo de acuerdo a sus convicciones personales. (A las
logias se les permite el retener los símbolos, pero no hay ninguna
obligación de hacerlo así, y muchas no lo hacen). Excomulgarse los unos a
los otros a causa de cuestiones metafísicas, nos parece a nosotros los
masones la cosa más indigna que se puede hacer". [53] El órgano oficial de
la Masonería italiana incluso recalca: "La fórmula del Gran Arquitecto, que
se reprocha a la Masonería como ambigua y absurda, es la afirmación más
liberal y justa del inmenso principio de la existencia y puede representar
ya sea al (revolucionario) Dios de Mazzini como al Satanás de Giosue
Carducci (en su famoso himno a Satanás); Dios, como fuente de amor, no de
odio; Satanás, como el genio de lo bueno, no de lo malo". [54] En ambas
interpretaciones es en realidad el principio de la Revolución que adora la
Masonería italiana.
[23] A. Q. C., X, 128.
[24] Enciclopedia, 296 sig.
[25] 3, 17-39.
[26] Chr., 1878, I, 187, 194 sigs.
[27] Mackey, "Jurisprudencia", 17-39; Chr., 1878, I, 194 sigs.; 1888, I,
11).
[28] Fischer, I, 14 sig.; Groddeck, 1 sigs., 91 sigs.; "Handbuch", 3ra ed.,
II, 154.
[29] Gran Logia Ms. No. 1, Gould, "Breve Historia", 236; Thorp, Ms. 1629, A.
Q. C., XI, 210; Rawlinson Ms. 1729-39 A. Q. C., XI, 22; Hughan, "Cargos
Antiguos".
[30] Groddeck; "Handbuch", 3ra ed., I, 466 sigs.
[31] Oliver, "Ruina", I, 96; 332.
[32] Chr., 1876, I, 113.
[33] también ver Chr., 1878, I, 180; 1884, II, 38; etc., Gould, "Hist.
Breve", 289 sig.
[34] Lexicon, 42.
[35] Kunsturkunden, 1810, I, 525.
[36] Begemann, "Vorgeschichte", II, 1910, 127 sig., 137 sig.
[37] Calcott, "Una Disquisition Cándido, etc.", 1769; Oliver, "Ruinas", II,
301.
[38] Gould, "Historia", II, 400.
[39] Calcott; Oliver, ibid., II, 301-303.
[40] "Signo.", 1904, 45 sig.., 54; Gruber (5), 49 sigs.; Idem (4), 23 sig.
[41] Findel, "Die Schule der Hierarchie, etc."., 1870, 15 sigs.; Schiffmann,
"Die Entstehung der Rittergrade", 1882, 85, 92, 95 sig.
[42] Bulletin du Grand Orient de France, 1877, 236-50.
[43] "Intern. Bull"., Berne, 1908, No. 2.
[44] Chr., 1878, I, 161.
[45] 3ra ed., II, 231.
[46] Chr., 1890, I, 243.
[47] Acacia, 1907, I, 48.
[48] Sign., 1907, 133 sig.
[49] Sign., 1905, 54.
[50] Chr., 1878, I, 134.
[51] Morales y Dogma, 643 sigs.
[52] 3ra ed., II, 200.
[53] Sign., 1905, 27. |
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