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EL
INSOMNIO
A nadie se le oculta que se trata de un trastorno muy frecuente. Cierto que
un episodio ocasional todo el mundo puede tenerlo y únicamente requiere
paciencia, ya que no produce ningún daño ni requiere de ningún tratamiento
especial.
Entendemos por insomnio, en el sentido médico, la dificultad en conciliar el
sueño, los despertares frecuentes durante la noche o el despertar de manera
espontánea a las 4 o 5 de la mañana. Aparte de averiguar la causa
fundamental, emocional o física, hay una serie de medidas recomendables que
pueden ayudar al joven insomne. Veamos algunas de ellas.
Evitar estimulantes como la cafeína (en bebidas gaseosas: tipo colas y
similares, café, té y chocolate), el alcohol y programas televisivos o
lecturas de contenido violento o de terror. Ni refugiarse en las consabidas
“pastillas para dormir”, que recomiendan los amigos, porque acaban agravando
el problema al perturbar el ciclo natural del sueño.
Incrementar el ejercicio físico durante las horas de la mañana.
Corregir el ambiente del dormitorio para que se mantenga oscuro, sin
teléfono ni televisión, al menos hasta que el problema se corrija.
Desarrollar los siguientes hábitos: pensar acerca de las dificultades de la
vida en un momento determinado del día, para no tener que empezar a hacerlo
al acostarse; crear un entorno tranquilo en casa, como mínimo veinte minutos
antes de acostarse, escuchando música suave, realizando ligeros ejercicios
de relajación, etc.
Si no se puede conciliar el sueño, lo mejor es no intentar luchar
empecinándose en conseguirlo y no hay que quedarse en la cama. El lecho debe
asociarse con una sensación placentera, un refugio reconfortante, no con un
lugar de tortura mental y de fracaso. Así, pues, el joven insomne debe tener
un sillón cómodo cerca de la cama, en donde pueda leer algún libro que no
sea demasiado atrayente (por ejemplo: un libro de texto o lectura
obligatoria) o en donde pueda dedicarse a una tarea mecánica, como
reconstruir un puzzle o similar. Y en el momento que sienta sueño, ¡rápido a
la cama!
Una vez que el insomnio ha sido corregido es muy importante prevenir una
recaída, haciendo que las horas de acostarse y levantarse cumplan con una
rutina, para evitar desarreglos como serían el ir a dormir durante el día
por varias horas o los horarios de sueño prolongados durante el fin de
semana.
Obviamente, el profesional sanitario puede intervenir con medidas especiales
y específicas para combatir el insomnio. Por ejemplo, si el adolescente
sufre una enfermedad depresiva, la medicación antidepresiva puede ayudar a
restaurar el sueño normal de forma espectacular. Asimismo, los trastornos
del sueño del asmático y del diabético responderán adecuadamente al ajuste
correcto de sus medicaciones, etc. |
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