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Las perspectivas
feminista y sociológica
Las feministas y los sociólogos modernos tienen cosas muy similares que
decir respecto del lesbianismo, por lo que hemos agrupado sus opiniones. Uno
de los aspectos principales de la perspectiva feminista es que, cuando se
trata de comprender la conducta de una mujer, han de destacarse los factores
externos (instituciones, leyes, interacciones con los demás) y no los
factores internos (su personalidad, adaptación, primera infancia). Las
teorías sociológicas comparten ese interés por los factores externos.
Concuerdan con la perspectiva feminista en su crítica a las teorías que se
encuentran en otros apartados por centrarse demasiado en factores internos,
como los trastornos en la primera infancia. Sostienen, en cambio, que los
investigadores deberían ocuparse de las fuerzas externas que actúan sobre
las mujeres lesbianas: instituciones y leyes que las discriminan y
estereotipos que provocan interacciones incómodas con los demás.
Los sociólogos se ocupan también de las normas, reglas de conducta que
conocen las personas que comparten una misma cultura y que guían su
comportamiento. Las feministas indican que la heterosexualidad es una norma
fuerte (coercitiva, incluso) de nuestra sociedad. Se ha utilizado incluso la
expresión heterosexualidad obligatoria para describir esta norma. En
consecuencia, se entiende que las lesbianas son transgresoras de normas, de
igual modo que las mujeres que consiguen el éxito también lo son. Por tanto,
sociólogos y feministas consideran a las lesbianas como grupo minoritario.
En cuanto tales, a las lesbianas se les niegan derechos civiles, del mismo
modo que se negaron tales derechos a los afronorteamericanos. Asimismo, se
les impide contribuir a diversas instituciones sociales que les afectan (por
ejemplo, es dudoso que una lesbiana reconocida resultara elegida para la
legislatura de algún gobierno). Por tanto, podemos considerar que las
lesbianas pertenecen a dos categorías minoritarias.
Cuando determinadas lesbianas han buscado alguna psicoterapia, los
psicólogos tradicionales han dado por supuesto que la patología consistía en
la misma orientación sexual de estas pacientes. En cambio, las feministas y
los sociólogos consideran que los problemas de las lesbianas son
consecuencia del estrés que les provoca el hecho de constituir un grupo
minoritario. En consecuencia, la terapia no debería hacer hincapié en
modificar la orientación sexual de la mujer, sino en ayudarla a elaborar
destrezas que le permitan afrontar el estrés que experimenta en una sociedad
homofóbica. La investigación demuestra que hay tres recursos que las ayudan
a combatir ese estrés: la identificación positiva como lesbiana, tener una
categoría socioeconómica superior y "salir de la oscuridad" o manifestar su
propia orientación sexual. |
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