LA
PERCEPCION
La
percepción es un proceso mental mediante el cual obtenemos datos del exterior y
los organizamos de un modo significativo en nuestro interior, para tomar
conciencia del mundo que nos rodea.
La forma
de conectarnos con nuestro entorno es a través de los órganos de los sentidos.
La luz, las imágenes, los sonidos, los olores, los sabores y los contactos
corporales, no son más que estímulos aislados, que se recogen por los órganos
correspondientes, especializados para este fin. Estos estímulos, en forma de
impulsos nerviosos, llegan al cerebro, transmitiendo una información; una vez
recopiladas, estas sensaciones se integran en nuestra mente, adquiriendo un
significado determinado.
De este
modo conseguimos una identificación de nuestro exterior, de nuestro cuerpo y de
la relación entre ambos. Pero para lograr esto, no basta con la percepción
sensorial. Es necesario además que participen en el proceso: la atención, la
memoria y la imaginación. Inicialmente, la actividad psíquica, para percibir
algo, tiene que concentrarse sobre un determinado estímulo (atención); para
reconocerlo e identificarlo, lo compara después con otros percibidos en el
pasado (memoria). Luego, si es un estímulo nuevo, tratará de deducir su posible
significado (imaginación).
Hemos
visto cómo, a través de la percepción, y mediante una integración psicológica,
obtenemos una información espacial de nuestro mundo, integración que, en
definitiva, no constituye sino el fenómeno de la comprensión.
Pero ahí
no queda todo; una vez asimilada dicha información, ésta repercute psicológica y
emotivamente sobre nosotros: la disposición física y anímica con que respondamos
a esta información dependerá de la forma en que ésta repercuta.
Hasta
aquí hemos visto un proceso general de percepción en condiciones normales. Pero,
a veces, la percepción puede sufrir alteraciones más o menos serias, como las
citadas a continuación:
Alteraciones
cuantitativas. Consisten en
variaciones en la intensidad de la percepción y se manifiestan por una
exageración o disminución de los sentidos. Así, por ejemplo, en el sentido
táctil puede haber falta de sensibilidad (anestesia), sólo disminución
(hípoestesia) o exageración de la misma (hiperestesia). El mismo caso puede
presentarse en los otros cuatro sentidos: audición, gusto, olfato y vista.
Estas
alteraciones cuantitativas pueden estar motivadas por una causa neurológica, es
decir, por una alteración orgánica del sistema nervioso, o bien por un motivo
psicológico.
Alteraciones cualitativas.
Son aquellas en las que tiene lugar una variación en la calidad de la
percepción; es decir, la percepción de un objeto o un estímulo está perturbada y
transmite a la mente una imagen distinta de la real.
Las
alteraciones cualitativas más importantes son las ilusiones y las alucinaciones.
Las
ilusiones se producen cuando, por efecto de la fantasía y la imaginación, tiene
lugar una deformación de un objeto real percibido. Pueden ser provocadas
voluntariamente por el propio individuo, cuando se deja llevar por la
imaginación, como es el caso de una persona que, oyendo sonar unas campanas,
cree identificar una melodía, o contemplando unas rocas en la montaña descubre
parecidos con imágenes reales (un rostro, un animal, etc.).
Las
ilusiones se producen a veces involuntariamente, ante situaciones de tensión
nerviosa; por ejemplo, visitando un lugar tenebroso, pueden percibirse a causa
del miedo imágenes fantasmales o sonidos inquietantes.
Lo
característico de las ilusiones es, pues, que siempre tienen un objeto real como
punto de referencia, y que éste se percibe de un modo deformado.
Las
alucinaciones, a diferencia de la ilusión, se presenta cuando el sujeto percibe
algo que no existe en la realidad, una imagen, un sonido o cualquier otra
sensación, que no cuenta con ningún tipo de base real ni de estímulo sensorial
del exterior.
Pueden
corresponder a cualquiera de los sentidos (auditivas, visuales, olfativas,
etc.). A veces son muy simples, como un zumbido de oídos o un fogonazo de luz.
Otras, muy complejas, como oír voces manteniendo una conversación o percibir un
olor determinado.
Las
alucinaciones son un síntoma patológico cuando se presentan espontáneamente (ya
que también se pueden provocar ingiriendo determinadas drogas) y, sobre todo,
cuando se producen de una forma continuada.
En
ocasiones, ya en el terreno de la enfermedad, la alucinación es tan compleja, le
parece tan real al que la padece, que le es imposible distinguirla de la
realidad. Por este motivo vive en un mundo extraño, a veces absurdo e imposible
de entender para las personas sanas, que no perciben lo mismo que él. La
alucinación es uno de los síntomas más importantes de la locura.
En otros apartados de
la Web se encuentran los temas