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Los nazis y la última cruzada
Se realizaron más expediciones nazis para tratar de conseguir el tesoro
cátaro. En junio de 1943 un grupo de científicos alemanes compuesto de
geólogos, historiadores y arqueólogos exploraron y realizaron excavaciones
durante más de seis meses en las grutas del pueblo de Ussat y Ornolac. A
pesar de llevar las notas que había dejado Otto Rahn con la localización
exacta del tesoro, no obtuvieron resultado alguno.
Ante la impaciencia de Himmler por encontrar el Grial, muchos investigadores
aseguran que decidió enviar al famoso Otto Skorzeny, el coronel de las SS
que con sólo ocho hombres, lideró la increíble operación de rescate de
Mussolinni, cuando el líder fascista estaba prisionero por un gran
contingente de fuerzas aliadas en un hotel de alta montaña. Esta operación
le reportó a Skorzeny una fama legendaria. Si él no encontraba el tesoro de
Montsegur, nadie podría hacerlo.
Lo que pudo haber ocurrido en esa operación de búsqueda, que llamaremos
"hipótesis Skorzeny", lo dio a conocer el investigador americano Howard
Buechner. Según dicha hipótesis, Skorzeny montó un campamento de exploración
compuesto por sus mejores hombres de combate, en la base del castillo de
Montsegur. Tras visitar rápidamente las grutas de Rahn, llegó a la
conclusión de que las expediciones anteriores habían buscado en el sitio
equivocado. En su opinión, el tesoro debería estar escondido en un lugar más
inaccesible, así que regresó a Montsegur.
Aplicando un criterio estrictamente militar, siguió en línea recta la
trayectoria de huida que habrían realizado los cuatro cátaros que escaparon
de Montsegur con el tesoro. A varios kilómetros de allí, en una oscura gruta
cercana a la montaña sagrada del Tabor, supuestamente hallaron el tesoro.
Según Buechner, estaba compuesto de miles de monedas de oro de la época
romana y posterior. También existían multitud de reliquias sagradas, algunas
procedentes posiblemente del tesoro de Salomón, como un enorme candelabro de
siete brazos y varias arcas de madera en muy mal estado recubiertas de oro.
Además, entre las reliquias se encontraban doce piedras con caracteres
extraños que los expertos no supieron descifrar y una misteriosa copa
plateada con una base de esmeralda. La copa estaba rodeada por tres tiras de
oro y contenía inscripciones parecidas a las de las piedras.
Desgraciadamente Skorzeny no puede darnos su opinión sobre esta hipotesis,
ya que murió en 1975 en su exilio madrileño. Sin embargo, recientes
aportaciones han dado validez a muchos datos de esta hipótesis. Buechner
asegura que el tesoro cátaro fue trasladado a la torre de Merkers
(Alemania), mientras que la Copa Grial fue custodiada y enterrada en los
alrededores del castillo de Wewelsburg, la catedral esotérica de las SS. Si
todo esto es cierto, los modernos buscadores deberán reorientar sus brújulas
hacia estos enclaves. Como vemos la aventura tras el Grial no ha hecho más
que comenzar. |
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