La
manipulación
En la
sociedad de consumo el poder tiene la necesidad de conocer los gustos y
necesidades del público. La política se ha llegado a convertir en nuestro tiempo
en un mercado más. En 1979 el doctor Ibáñez publicó sus conclusiones acerca de
la necesidad que tiene el poder de rodearse de técnicos que le proporcionen
información sobre la sociedad para facilitar su control. Saber es sinónimo de
poder. Para alcanzar este último se utilizan dos métodos principales de
investigación psicosocial: a) El cuantitativo (la encuesta), que proporciona
información sobre cuántas cosas suceden en la sociedad, y b) el cualitativo
(entrevistas, grupos humanos, etc.), que proporciona información sobre el tipo
de cosas que ocurren en la sociedad y el por qué ocurren.
¿En que
consiste la manipulación? La sociedad es una interacción de tres subsistemas de
intercambio de cosas: dinero, información y afectividad. Lévi-Strauss las llamó
bienes, mensajes, mujeres. La regulación del cómo se lleva a cabo este
intercambio es realizada por las instituciones sociales o normas, ya sean éstas
explícitas o implícitas (el adulterio, por ejemplo, no está ya penado por el
código, pero implícitamente, desde el momento en que en determinados círculos se
sigue condenando, se convierte en una «ley», no explícita pero que sí regula).
Las
instituciones se encargan de manipular los tres subsistemas de intercambio y,
por tanto, a los colectivos que participan de ellos. En el nivel del dinero
podemos encontrar instituciones que determinan el flujo del dinero (los bancos,
las inversoras bursátiles); en el nivel de la información existen instituciones
productoras de mensajes (medios de comunicación de masas, agencias de
publicidad); y en el nivel de la afectividad, las instituciones familiares
regulan el comportamiento sexual y la afectividad.
Estos
tres niveles se relacionan constantemente y mantienen el equilibrio de una
sociedad determinada. La manipulación psicológica se lleva a cabo mezclando los
niveles de la información y la afectividad en una unidad: el mito.
¿Qué es
el mito?
Desde el
punto de vista psicolingüístico (R. Barthes) se podría decir que es algo creído
como cierto por un colectivo de personas, que produce efectos en sus conductas,
pero cuya conexión con la realidad puede ser, sin embargo, cuestionable. El mito
supone un ahorro de palabras y contradicciones en la comunicación de algo. Desde
el punto de vista psicoanalítico (O. Rank, B. Betterheim) se entiende por mito,
el mito antiguo que como producto de la mente humana ofrece una reproducción
macroscópica de ésta y se conecta con los mitos actuales, pues ambos tienen el
mismo fondo: la psique humana. En cualquiera de los dos casos la manipulación de
los mitos se convierte en un potente mecanismo para el manejo de una
colectividad. Para H. Schiller (1974) la manipulación se produce
fundamentalmente a través de los medios de comunicación de masas, especialmente
televisión y prensa; dicho autor analizó cinco mitos de la sociedad
norteamericana: el individualismo, la neutralidad, la inmutabilidad de la
naturaleza humana, la ausencia de conflictos sociales y el pluralismo de medios,
encontrando que la mayoría de las comunicaciones mantiene una imagen derivada de
estos cinco mitos, que asegura los poderes fácticos de dicho país: no sólo la
publicidad, sino aparentemente revistas neutrales, como la National geographic
intensifican y suavizan el contenido y la forma de la información según la
conflictividad del tema que traten.