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INFLUENCIA DEL ENTORNO
FAMILIAR, ESCOLAR Y SOCIAL
Nadie ignora el peso específico que tiene la familia del adolescente y su
entorno social para que éste salga airoso de su periplo escolar y encare
con ánimos su futuro profesional. Bueno es recordar que existen unos
puntos de acción familiar que han debido fraguarse en la maduración de los
hijos para facilitarles el éxito académico.
También está bien demostrado que los jóvenes que se adaptan mal al mundo
del trabajo profesional y carecen de interés y de motivación, han tenido,
a menudo, padres que demostraron asimismo poco interés por los estudios o
por la preferencia profesional de sus hijos. Hay otro grupo de padres que,
bien sea porque ellos mismos sintieron fuertes presiones por parte de sus
propios padres o porque no quieren sentirse culpables de influir en las
cosas de sus hijos, tienen tendencia a evitar formular una orientación
profesional para sus adolescentes. Cuando se plantea a estos padres la
pregunta: “¿Qué tarea desearía usted que hiciera su hijo/hija más
adelante?”, la respuesta casi constante es la siguiente: “Esto me da
igual, no tiene importancia, que haga lo que quiera, lo importante es que
sea feliz.” Si reflexionamos sobre esta contestación, encontraremos que
contiene una parte defensiva por el temor de pasar por un padre
autoritario, imponiendo una determinada elección; pero esta respuesta de
los padres indica, además, una profunda incertidumbre en los mejores
casos, o indiferencia en los peores, frente a una elección profesional del
adolescente.
El resultado de la experiencia escolar de cada uno es la unión entre el
sistema de motivación individual, la calidad del entorno familiar y el
contexto sociocultural. Existen múltiples relaciones entre el ámbito
socio-cultural-económico, la calidad de la enseñanza escolar y las
competencias personales. Pueden encontrarse jóvenes que se benefician a la
vez de una buena formación escolar y preprofesional, y de una fuerte
vocación; o adolescentes que tienen una formación escolar y/o profesional
satisfactoria, pero no tienen ningún deseo personal, sino una indiferencia
frente al trabajo y una falta de motivación (en este grupo están los
jóvenes con alguna psicopatología como, por ejemplo, la depresión).
También existen los adolescentes que tienen una fuerte motivación para
integrarse en el mundo profesional, pero que no han podido adquirir una
formación satisfactoria, ya sea a causa de las carencias del sistema
educativo, o por otras razones de índole médica (enfermedad crónica,
trastorno de la atencción, etc.) o social (por ejemplo, adolescentes de
familias inmigrantes o de un deteriorado medio sociocultural). Así mismo
se encuentran los adolescentes que tienen una falta de motivación o
motivaciones totalmente irrealistas, asociada a una mediocre preparación
académica. Se comprenderá que existen en los seres humanos matices
intermedios que no son tan característicos de los grupos de adolescentes
que hemos reseñado.
Puntos de acción familiar para el éxito académico
- Armonía familiar.
- Implicación parental (parentalidad en activo), responsabilidad parental.
- Estabilidad residencial de la familia.
- Favorecer la responsabilidad-autonomía del hijo.
- Supervisión de la marcha escolar.
- Estrecha colaboración padres-escuela.
- Determinada cantidad de tiempo libre destinado a pasarlo en común padres
e hijos
- Justas expectativas parentales.
- Confianza en el éxito escolar del hijo. |
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