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EL HUMOR EN LA FAMILIA
Es fundamental que los
miembros de la familia tengan un posicionamiento alegre y positivo dentro de
ella y que lo transmitan a la sociedad:
· Hay familias cuyos miembros sonríen juntos, que buscan y encuentran
el sentido del humor en el otro; conocen las frases o gestos que provocan la
complicidad en la sonrisa; arrinconan los recelos, los posicionamientos
negativos, el rencor; se incitan y provocan esos momentos (compartiendo la
comida, los comentarios ante la televisión); se cuentan anécdotas o hechos
divertidos que les han acontecido durante el día; intercambian chistes,
disfrutan sonriendo; interiorizan que ser serio no es sinónimo de triste o
aburrido.
· Hay otras
familias en las que sus miembros son más serios, hablan poco y no se ríen;
viven bajo el mismo techo, pero no comparten las situaciones del día a día;
el silencio se convierte en una muralla difícil de romper; cualquier risa
resulta extemporánea. ¿Son también así cuando salen a la calle? ¿Se
comportan del mismo modo cuando llegan invitados, si es que invitan a
alguien? ¿Cómo romper ese esquema de comportamiento? Hablándolo.
Esforzándose por compartir, por hacer cosas juntos (ir al cine, a una
exposición...), por tener temas de los que hablar. Reuniéndose con personas
y familias que sean simpáticas.
· Hay familias
casi siempre malhumoradas. Sus miembros conviven mal, están siempre
reprochándose cosas (lo que hace el otro o lo que no hace). Imperan los
gritos, los malos gestos, los portazos. En ocasiones tienen causas
objetivas: enfermedades, paro, escaso ingreso económico, drogas. Hay quien
aprende el mal humor como forma de conducirse (se siente protegido, adopta
ese rol también fuera del hogar: se queja del sol o de la lluvia, protesta a
todos los camareros...). Debemos ser asertivos y, con afecto, hacerles ver
que esta forma de mostrarse los convierte en poco «apetecibles» para el
contacto y la conversación (los eternos criticones...). Si uno se muestra
feliz ante estas personas es atacado (envidia); hay que actuar con ellos con
mucha «mano izquierda», dándoles posibilidades de disfrutar.
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