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DIFERENCIAS ENTRE EL
HIPOTÁLAMO DEL HOMBRE Y DE LA MUJER
Parece que las diferencias de género en el hipotálamo se deben a la
diferenciación del tejido cerebral en el curso del desarrollo fetal, de modo
parecido a lo que ocurre en el caso de los órganos reproductores.
Recordemos que la secuencia de desarrollo normal consiste en que los
cromosomas sexuales dirigen la diferenciación del tejido gonadal en ovarios
o testículos. Después, las gónadas secretan las hormonas correspondientes al
género, que provocan la diferenciación del sistema reproductor. Las hormonas
gonadales del feto causan también la diferenciación del hipotálamo adecuada
al género.
Por tanto, básicamente, la diferenciación cerebral del feto es un proceso
parecido al existente en el sistema reproductor. Los primeros investigadores
creían que, en principio, el embrión carecía de diferenciación con respecto
al género y, en consecuencia, los humanos eran intrínsecamente bisexuales.
En la actualidad, parece más exacto decir que la tendencia primaria de la
naturaleza consiste en crear una hembra. Es decir, si no intervienen fuerzas
adicionales, se produce el desarrollo femenino. La variable crítica es la
presencia o ausencia de testosterona. Si está presente, se desarrollan las
características del varón; si no lo está, lo hacen las de la hembra. Por
tanto, parece que, desde el punto de vista biológico, ¡la mujer es la norma!
El varón es una variante que se produce mediante la adición de testosterona.
Parece que uno de los efectos organizadores más importantes de las hormonas
sexuales prenatales es la determinación de la sensibilidad a los estrógenos
de ciertas células del hipotálamo. Una vez más, el elemento crítico es la
presencia o ausencia de testosterona. Si está presente durante el desarrollo
fetal, ciertas células receptoras especializadas del hipotálamo se
insensibilizan a los estrógenos; si no está presente, estas células son muy
sensibles a los niveles de estrógenos en sangre. Esto es importante por el
bucle regulador de retroalimentación hipotálamo-pituitaria-gónadas. En este
proceso, el hipotálamo regula el funcionamiento de la pituitaria que, a su
vez, controla la liberación de hormonas gonadales. El hipotálamo responde al
nivel de hormonas gonadales en sangre. Las células hipotalámicas del varón
son relativamente insensibles a los niveles de estrógenos, mientras que las
de la mujer son muy sensibles a ellos. También sabemos que los estrógenos
(así como la progesterona) hacen descender el umbral de excitabilidad del
sistema nervioso central (SNC) de los adultos. En consecuencia, el efecto de
sensibilidad a los estrógenos incrementa más la excitabilidad del SNC en la
mujer que en el varón. El efecto de sensibilidad a los estrógenos es el
resultado del efecto organizador de las hormonas. Éstas administradas en la
edad adulta activan de forma diferenciada los sistemas nerviosos masculino y
femenino, dependiendo de la determinación prenatal (efectos organizadores)
de la sensibilidad a los estrógenos.
¿Cuáles son las consecuencias observables de estas diferencias de género en
el hipotálamo? Una es la determinación de la pauta, cíclica o acíclica, de
la liberación de hormonas de la pituitaria. El hipotálamo dirige la
secreción hormonal de la pituitaria. Parece que un hipotálamo que haya
sufrido la diferenciación femenina dirigirá la liberación de hormonas de la
pituitaria de forma cíclica, provocando el ciclo menstrual, mientras que el
hipotálamo masculino dirige una producción relativamente constante de
hormonas de la pituitaria.
Las diferencias de género en el hipotálamo pueden tener también
consecuencias en la conducta, aunque no están bien documentadas en los
humanos. Como dijimos antes, la organización del hipotálamo en sentido
masculino o femenino puede influir en las conductas sexuales y agresivas. |
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