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Historia de los
Illuminati
La fundación y el crecimiento
Adam Weishaupt nació el 7 de febrero de 1748 en Ingolstadt, Baviera. Su
padre era catedrático de instituciones imperiales y de derecho penal de la
Universidad de Ingolstadt y sus antepasados tenían orígenes judíos. El joven
Adam, alumno aplicado y dotado de gran memoria, hizo sus primeros estudios
en el colegio de los jesuitas y se matriculó después en la facultad de
derecho, donde prosiguió mostrándose trabajador e inteligente.
ADAM WEISHAUPT
La
biblioteca del barón de Ickstatt le sirvió a Weishaupt para conocer las
obras de los filósofos franceses. Y, gracias a un encuentro con el místico
danés Kolmer, que pertenece a la historia mitológica de los Illuminati de
Baviera, se inició en los Misterios de los Sabios de Memphis.
Con 25 años, Adam Weishaupt se convirtió en profesor titulado. Y, con 27
años, alcanzó el cargo de catedrático de la facultad de derecho canónico de
Ingolstadt y se inclinó definitivamente por los Misterios y la iniciación,
fundando el 1 de mayo de 1776, en Ingolstadt, la Orden de los
Perfectibilistas, más tarde denominada los Illuminati de Baviera.
Weishaupt, confinado en la pequeña ciudad de Ingolstadt, se vio obligado a
dirigirlo todo por vía epistolar, pero, aunque a la primera reunión de la
Orden sólo acudieron cinco miembros, en seguida afilió en la misma a decenas
de miembros. Muy pronto, los Illuminati abrieron logias en Alemania,
Austria, Italia, Hungría, Francia y Suiza.
Gracias al dinamismo del barón Adolf von Knigge, reclutado para los
Illuminati bávaros por el marqués de Constanzo, Weishaupt pudo elaborar
relativamente pronto el Rito de los Iluminados de Baviera de trece grados de
iniciación y, desde 1778, agrupar a un buen número de miembros de interés.
Masón muy activo, Knigge también acercó a Weishaupt a la masonería, donde
fue iniciado y trabajó en la Logia Teodoro del Buen Consejo de Munich.
A partir de 1778, entre los miembros apenas había una veintena de
estudiantes. El resto se componía de representantes de profesiones
liberales: médicos, abogados, jueces, profesores de liceo (gymnasium) y de
universidad, rectores de escuelas públicas, gobernadores de provincias,
miembros de la Cámara Imperial de Wetzlar, altos funcionarios de todas las
clases, y una larga lista de barones y condes.
El convento masónico
El
16 de julio de 1782, en el célebre Convento Masónico de Wilhelmsbad, donde
destacó la Estricta Observancia Templaria, diferentes Obediencias masónicas
europeas refundaron los tres grados de la masonería azul (Aprendiz,
Compañero y Maestro) y los Illuminati intentaron federar bajo su autoridad a
toda la masonería europea, algo inútil por la oposición visceral de la Gran
Logia de Inglaterra y las reticencias del Gran Oriente de Francia y Los
Iluminados Teósofos del místico sueco Swedenborg.

Iniciación masónica
En aquellas fechas, los Illuminati de Baviera ya defendían una iniciación
muy alejada de la tradición judeocristiana y unos planteamientos basados en
la libertad, la igualdad y la revolución. Weishaupt, de hecho, puede
considerarse el primer gran socialista revolucionario y el precursor del
socialismo revolucionario de la Conspiración de los Iguales; de Blanqui; del
socialismo científico o comunismo de Marx y Engels; y del socialismo
libertario o anarquismo de Bakunin o Kropotkin, extremos reconocidos por
historiadores de la talla de Max Nettlau. Y ello provocó que los masones de
la Gran Logia de Inglaterra, cristianos muy conservadores, abortasen los
planes que los Illuminati habían ideado para el Convento Masónico de
Wilhelmsbad.
Lo ocurrido en el Convento no fue demasiado beneficioso principalmente para
los Illuminati y provocó la dimisión y la traición de Knigge. Weishaupt y
los Illuminati quedaron enfrentados definitivamente a los masones de la Gran
Logia de Inglaterra.
Las disputas
La masonería moderna o especulativa tomó forma en Londres en 1717, cuando
las logias El Manzano, La Jarra y el Racimo de Uvas, La Oca y la Parrilla y
La Corona se unieron y fundaron la Gran Logia de Londres, luego llamada Gran
Logia de Inglaterra y Gran Logia Unida de Inglaterra. Esa masonería moderna
fue fundada por pastores protestantes, es decir por clérigos cristianos,
jamás iniciados en una logia, o mejor dicho por profanos. Weishaupt conocía
esos datos referentes a los masones de la Gran Logia de Inglaterra y los
denunció en sus escritos, tras lo ocurrido en el Convenio Masónico de 1782.
Uno de los escritos de Weishaupt decía:
“… ¿Quién puede mostrarme la Logia Madre? Nosotros hemos descubierto que los
de Londres se erigieron a sí mismos en 1717. Preguntadles por sus archivos.
Os explicarán que se quemaron. No tienen nada, más que las miserables
sofisticaciones del inglés Anderson y del francés Désaguliers. ¿Dónde está
la Logia de York, que pretende ser anterior, con su Rey Boudin, y sus
archivos que él compró en el Este? Esos también están todos quemados. ¿Y qué
hay del capítulo del viejo Aberdeen y su clerecía sagrada? ¿No encontramos
increíble que esas logias masónicas, más ignorantes que todo lo ignorante,
abran brechas en la instrucción de nuestros diputados? ¿No nos encontramos
con lo mismo en Londres? ¿Y no tenemos a sus misioneros entre nosotros,
espiando en nuestros Misterios, ávidos de aprender de nosotros qué es la
Verdadera Masonería? Es en vano, por lo tanto, apelar a los jueces; ellos no
están donde deben ser encontrados; todos reclaman para sí mismos el cetro de
la Orden; todos realmente están en el mismo lugar. Ellos consiguen
seguidores, no por su autenticidad, sino porque les conducen hacia el fin
que ellos proponen, y por la importancia de tal fin. Ellos son rechazados
por los buenos masones, ya que son incompatibles con la felicidad social”.

Documento de los illuminati (1786)
Por si fuera poco,
algunos martinistas, discípulos de Martínez de Pasqually (1727-1779), de
Louis Claude de Saint-Martin (1743-1803) y de Jean-Baptiste Willermoz
(1730-1824), se añadieron a los ataques contra los Illuminati desde 1783.
Por ejemplo, enviaron panfletos injuriosos sobre los Illuminati a la duquesa
viuda Mariana de Baviera. En la IX Reunión de las Veladas de San
Petersburgo, el martinista Joseph de Maistre, miembro destacado de la Orden
de los Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa de Jean-Baptiste
Willermoz, remató los ataques al afirmar: “Se da el nombre de Iluminados a
esos hombres culpables que, en nuestros días, osaron concebir e incluso
organizar en Alemania, mediante la más criminal asociación, el horroroso
proyecto de extinguir de Europa el cristianismo y la soberanía. Se da ese
mismo nombre al discípulo virtuoso Claude de Saint-Martin que no profesa
simplemente el cristianismo, pero que no trabaja más que para elevarse a las
sublimes alturas de esa ley divina”.
Los Illuminati denunciaron los ataques de estos integristas cristianos, pero
nada es mejor que conocer la catadura del martinismo de la mano de un
ilustre masón y martinista como Robert Ambelain, ex Gran Maestre Mundial del
Rito de Memphis-Misraïm. En su libro El Secreto Masónico (Martínez Roca,
1986), Ambelain demostró con pruebas que el fundador del martinismo,
Martínez de Pasqually, fue un embaucador y que sus discípulos difícilmente
alcanzaron las “sublimes alturas” citadas por Joseph de Maistre, estando
sometidos a una farsa. Ambelain escribió:
“…La patente masónica de Martínez de Pasqually, de la que nunca presentó más
que una traducción de su puño y letra (nadie vio jamás el original), era una
burda falsificación, con diversos errores en materia cronológica y
nominativa. Contrariamente a sus palabras, no poseía archivos familiares, y
componía sus rituales operativos a medida de las necesidades y de las
reclamaciones de sus discípulos. En fin, sus conocimientos masónicos se
limitaban a indiscreciones recogidas aquí y allá, ya que no perteneció jamás
a la Gran Logia estuardista ni a la Gran Logia orangista. Por tanto, tras
efectuar una indagación, la Gran Logia de Francia, que había reconocido al
principio las logias fundadas por él, decidió ponerlas en el índice con
todos sus miembros”.
El proceso inquisitorial.
El 22 de junio de 1784, el Elector de Baviera aprobó un edicto por el que
prohibía toda sociedad, confraternidad o círculo secreto no autorizado por
las leyes. En febrero de 1785, Weishaupt fue destituido de su cátedra y
partió desterrado a Regensburg (Ratisbona). Al confirmarse el 2 de mayo la
prohibición, los Illuminati fueron perseguidos, detenidos, torturados…
Existen pocas dudas de que el ambiente inquisitorial creado por los masones
de la Gran Logia de Inglaterra y los martinistas fue aprovechado por el
Poder conservador de la época para provocar el fatal desenlace.
En la noche del 10 de julio de 1785, el abad Lanz, el correo de Weishaupt,
cayó fulminado por un rayo. Su cuerpo fue trasladado a la capilla de San
Emmeran y aparecieron en su ropa algunos papeles relacionados con las nobles
aspiraciones de los Illuminati.
Weishaupt, que acabó por refugiarse en Gotha, sobrevivió cuarenta y cuatro
años a las persecuciones inquisitoriales ocurridas en Baviera, falleciendo
un 18 de noviembre de 1830. En esos años, escribió tratados de filosofía y,
al final, al igual que Adolf von Knigge, traicionó su propia obra.
Parece ser que, siendo entonces cabeza de una numerosa familia, Weishaupt
varió sus puntos de vista en materia religiosa y política, volviéndose más
sobrio y conservador. Después de 1787, de hecho, renunció a toda conexión
activa con órdenes iniciáticas y se acercó a la Iglesia, convirtiéndose en
una especie de integrista cristiano y hasta desplegando un celo destacable
en la construcción de la Iglesia católica de Gotha. Así se recuerda en
documentos de la propia Iglesia católica. Adam Weishaupt murió el 18 de
Noviembre de 1830, “reconciliado con la Iglesia católica, a la cual, como
joven profesor, había condenado a la muerte y destrucción”, relata la
crónica de la parroquia de Gotha.
La revolución francesa
La implicación de algunos restos de los Illuminati en la Revolución francesa
está fuera de toda duda. En febrero de 1787, se llevó a cabo en Francia la
Asamblea de los Notables, convocada por Charles-Alexandre de Calonne. Y, en
los años posteriores, 1788 y 1789, la logia masónica de París Amis Réunis
recibió visitas de algunos de los máximos cargos de los Illuminati bávaros
ya disueltos, como Johan Joachim Christopher Bode y el barón de Busche.
El creador de la Masonería Egipcia de Rito Egipcio, el famoso Alessandro de
Cagliostro, natural de Túnez e iniciado en los secretos de la Masonería
Egipcia por el misterioso Maestro Altothas en 1776, año de la fundación de
los Illuminati de Baviera, perteneció a los Illuminati bávaros y en los años
anteriores a la Revolución francesa anduvo por las mismas logias francesas
que éstos.

Los illuminati participaron en la revolución francesa
El 5 de mayo de 1789,
los Estados Generales se reunieron en Versalles y el 14 de julio el pueblo
francés arrasó París y tomó la fortaleza de la Bastilla. El 4 de agosto, la
Asamblea Nacional suprimió asimismo el régimen feudal y el 26 de agosto
apareció la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. La
influencia de los Illuminati en todo este proceso revolucionario fue un
hecho. Buena parte de los revolucionarios franceses fueron masones e
illuminati. El duque de Orleáns, Saint-Just, Danton, Herbert, Lafayette,
Mirabeau, Marat, Robespierre, Desmoulins fueron algunos de los nombres de
los iniciados y revolucionarios masones e illuminati. Por ejemplo, es
conocido que Honoré-Gabriel Riquetti, el conde de Mirabeau, recibió la
iniciación de los Illuminati bávaros en Alemania, en concreto en casa de
Henrietta Herz.
Entre 1789 y 1792, el rey de Francia, Luis XVI, fue recluido en París. El 10
de agosto de 1782 el palacio de las Tullerías acabó ocupado por los
revolucionarios, los cuales encarcelaron a la familia real.
El 21 de enero de 1793 el rey fue ejecutado y la revolución inició un
periodo algo violento, aunque no tanto como nos han intentado hacer creer.
Las críticas acusando de sanguinarios y guillotinadores a los
revolucionarios, algunos masones e illuminati, son poco sólidas y parecen
exageradas. En todo caso, sí se debe reconocer que las aspiraciones
antimonárquicas de los Illuminati se vieron en parte cumplidas con la caída
final de la monarquía francesa.
En 1796, François-Noël Babeuf (1760-1797), organizó la Conspiración de Los
Iguales para tratar de tomar el poder y frenar el giro a la derecha que
había dado la Revolución tras la caída de los jacobinos que dominaron el
periodo más violento de la Revolución francesa. Babeuf fue partidario de la
Revolución desde su comienzo y atacó tanto el terror de los jacobinos como
el conservadurismo posterior.
La Conspiración de los Iguales, nacida en el seno de la Revolución francesa,
fue una expresión de lo que se conoce como socialismo revolucionario,
relacionado con los Illuminati y su filosofía. Babeuf, de hecho, era un
hombre de ellos, el “más ilustre de los restos de los Illuminati en el
bienio 1796-1797”, según comenta un documento secreto de los Illuminati.
Lo importante, aunque siempre se aspira a más, es que el golpe dado por la
Revolución a la clase dominante hasta entonces, la aristocracia, resultó más
que certero.
Se puede afirmar que los Illuminati sembraron la semilla de la revolución en
Francia, consiguiendo ver plasmado buena parte de su ideario, aunque no
todo.
Los carbonarios
Terminada la Revolución, los restos de los Illuminati desaparecieron de
Europa, quedando circunscritos a los Estados Unidos de Norteamérica, aunque
es justo reconocer que en Europa aún ejercieron un influjo muy notable sobre
los Carbonarios.
De esta forma, conviene no olvidar que los Carbonarios italianos, una
masonería forestal surgida de los carboneros de los bosques, cuyo origen se
remonta a los bosques del Jura, tuvieron un cierto nexo con los restos de
los Illuminati bávaros en su origen.
Los Carbonarios trabajaron en cabañas (logias), sus tenidas o reuniones
fueron denominadas ventas y se llamaron unos a otros “buenos primos”,
estando sus normas escritas en un libro al que llamaban La Biblia. Los
Carbonarios consideraban a Cristo como primer carbonario y a San Teobaldo
como patrón.
Los Carbonarios tuvieron su momento de máximo esplendor en la Italia de los
inicios del siglo XIX, participando en procesos revolucionarios como la
revolución parisina de 1830 y en los disturbios de los Estados Pontificios
en 1831. Cabe decir que el socialismo antiautoritario de los Carbonarios era
algo semejante al de los Illuminati bávaros, aunque mucho más nacionalista,
creyente en Cristo y dios, etc., que el de aquellos.
El célebre iniciado y revolucionario italiano Giuseppe Mazzini (1805-1872)
fue miembro de los Carbonarios. Pero Mazzini influyó además en la Mafia, la
cual en sus inicios era una orden iniciática que luchaba contra los abusos
napoleónicos, es decir, una orden defensora de un nacionalismo en algunos
puntos similar al de los Carbonarios. El acrónimo MAFIA, de hecho, significa
Mazzini autorizza furti, incendi, avvelenamenti o Mazzini autoriza robos,
incendios y envenenamientos.
Comunismo y anarquismo
El influjo de los Illuminati bávaros también alcanzó al mayor filósofo de
los dos últimos dos siglos, el alemán Karl Marx (1818-1883), y a los
filósofos del socialismo libertario o anarquismo (Bakunin, Kropotkin),
siendo Marx o Bakunin descendientes directos de la filosofía de los
Illuminati.

Monumento a Karl Marx
Karl Marx, natural de
Tréveris (Prusia, Renania), estudió filosofía y nutrió en su juventud el
grupo de los hegelianos de izquierdas, seguidores del filósofo alemán
Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831). Para Hegel, la dialéctica es un proceso
de contradicción o lucha, basado en la afirmación o tesis, la negación o
contradicción o antítesis de lo anterior y la fusión de ambas o síntesis,
que supone alcanzar la Idea y un avance con respecto a la situación
anterior. Para Marx, la dialéctica es un proceso similar, aunque
fundamentado en la materia. Asegura que la materia y el hombre surgen y
evolucionan por la unión de impulsos contradictorios. El impulso interno que
brota de la materia, de la contradicción y de la lucha de contrarios, lleva
hacia el desarrollo.
Marx dedicó el resto de su vida a sentar las bases de una metodología
científica del socialismo científico o comunismo, siendo sus obras más
destacadas El Manifiesto del Partido Comunista y El Capital. El socialismo
científico o comunismo, tal como fue expuesto por Marx, se fundamentó en el
materialismo histórico, la lucha de clases, la fundación del partido
comunista por parte del proletariado, la toma del Poder, la dictadura del
proletariado, la apropiación de los medios de producción, la distribución de
la riqueza, la eliminación de las clases sociales y el Estado…
El anarquismo de Mikhail Bakunin (1814-1876), gran filósofo que sentó las
bases del socialismo libertario o anarquismo, defendió la destrucción de
toda autoridad, del Estado, de la propiedad privada, mediante la revolución,
la apropiación de los medios de producción, el colectivismo (a cada uno se
le da el producto de su trabajo) y otras medidas. El anarquismo comunista
posterior de Kropotkin abogó por rechazar el colectivismo que daba a cada
cual el producto de su trabajo, favoreciendo el comunismo y la igualdad de
distribución.
Estados Unidos: la gran traición
La historia de los Illuminati bávaros finalizó con los últimos discípulos de
Weishaupt, los cuales, en algún caso, participaron en la Revolución francesa
y ejercieron otras influencias que hemosexplicado; lo que vino después por
tierras norteamericanas fue ajeno o contrario a los Illuminati bávaros.
Así, los restos de los Illuminati bávaros que fueron a parar a los Estados
Unidos de Norteamérica fundaron órdenes iluministas que traicionaron a los
Illuminati bávaros, a su iniciación y a su filosofía, decantándose por el
idealismo, el capitalismo y el pensamiento derechista.
En 1785, se constituyó la Logia Colombia de la Orden de los Illuminati en
New York, a la cual se afiliaron como Hermanos el gobernador De Witt; un
ancestro de Franklin Delano Roosevelt, Clinton Roosevelt; Horace Greeley,
director del Tribune; y el mismísimo Jefferson. Y, de ahí, surgió la Orden
de los Illuminati de Estados Unidos, cuyo nombre fue, a partir de los
inicios del siglo XX, Grand Lodge Rockefeller.
Algunas órdenes iluministas nortemericanas que han traicionado a los
Illuminati bávaros, su iniciación y su filosofía son la fraternidad
estudiantil Phi-Beta-Kappa, fundada en 1776 por estudiantes del William &
Mary College, en Williamsburg, Virginia; la orden iluminista Skull and
Bones, o Calavera y Huesos, fundada en 1832 por el general William
Huntington Russell y Alphonso Taft, dos estudiantes de Yale que,
curiosamente, no fueron admitidos en la fraternidad estudiantil
Phi-Beta-Kappa de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut; entre
otras similares.
Otro ejemplo de la presencia iluminista en EE.UU. lo encontramos, por demás,
en un hecho histórico: el presidente F. D. Roosevelt, miembro de los
Shriners, ordenó que apareciesen en el dólar norteamericano la pirámide
truncada con el triángulo y el ojo “que todo lo ve” (símbolo de los
Illuminati bávaros), los trece escalones de la pirámide (trece grados del
Rito de los Iluminados de Baviera), las inscripciones en latín Annuit
Coeptis y Novus Ordo Seculorum, la fecha 1776 (fecha de la fundación de los
Illuminati de Baviera)… |
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