ENERGÍA UNDIMOTRIZ: LA
ENERGÍA DE LAS OLAS
La
energía de las olas, o energía undimotriz, ha sido acogida como la más
prometedora fuente de energía renovable para los países marítimos. No causa
daño ambiental y es inagotable – las olas van y vienen eternamente. Y debido
al amor sentimental que la gente tiene por el mar, es invariablemente
popular.
El recurso potencial es vasto. Por lo general se lo estima en unos 2.000
gigavatios (GV), si bien la UNESCO lo ha declarado como de aproximadamente
el doble de esa cantidad. Mas lo que hace falta calcular es qué cantidad es
posible cosechar y suministrar a un precio económico. La posibilidad de
obtener energía de las olas se ha estudiado desde la época de la Revolución
Francesa, cuando las primeras patentes fueron registradas en París por un
padre e hijo de apellido Girard. Ellos habían observado que “la enorme masa
de un barco de la línea, que ninguna otra fuerza es capaz de levantar,
responde al más leve movimiento de las olas”.
Poco progreso tuvo lugar en convertir este movimiento en energía útil hasta
el último cuarto del siglo pasado, principalmente por falta de conocimiento
científico de lo que era una ola, cómo avanzaba y cómo podría ser
transformada. Por otra parte, también existía un merecido respeto por la
naturaleza formidable de la tarea, y el considerable capital necesario
tampoco estaba disponible.
A diferencia de la energía hidroeléctrica, la energía de las olas no puede
contar con el flujo de agua en una sola dirección. No es posible colocar una
rueda de agua en el mar y hacerla girar y generar electricidad, a pesar de
que, para el espectador en la costa, parecería que las olas avanzan hacia la
costa en línea recta. Leonardo da Vinci observó que, cuando el viento
soplaba sobre un trigal parecía que olas de trigo corrían a través del
trigal, mientras que, en efecto, sólo las puntas individuales se movían
ligeramente. Lo mismo sucede con las olas en el mar, que también pueden
compararse con el movimiento de una cuerda para saltar a la comba. Cuando se
mueve uno de sus extremos, una forma de onda se transporta al otro – pero la
cuerda misma no avanza.
Movimiento esquivo
Una ola se desplaza hacia adelante en un movimiento esquivo, arriba y abajo.
Su altura máxima es la indicación clave de su fuerza. De manera que, cuanto
más agitado el mar, más potencialmente fructífero será, pero también más
difícil resulta cosechar su energía. Por ende, los ingenieros de energía de
las olas deben diseñar una central eléctrica capaz de absorber la fuerza de
las olas más feroces sin peligro de naufragar. Dos de ellas, en Escocia y
Noruega, ya han caído víctimas del mar.
Yoshio Masuda, del Japón, inventó la Columna de Agua Oscilante – Oscillating
Water Column (OWC) –, una chimenea instalada en el lecho del mar que admite
las olas a través de una apertura cerca de su base. Al subir y caer las olas
en el mar abierto, la altura de la columna de agua que contiene también sube
y baja. Cuando el nivel del agua sube, el aire es forzado hacia arriba y
fuera a través de una turbina que gira e impulsa el generador. Al volver a
caer, el aire es succionado de vuelta de la atmósfera para llenar el vacío
resultante, y el turbogenerador es activado nuevamente.
El Profesor Alan Wells, de la Queen’s University de Belfast, Irlanda del
Norte, ha mejorado considerablemente la eficiencia del invento, diseñando
una turbina que gira en la misma dirección, sin tener en cuenta si el aire
es empujado hacia fuera o succionado de vuelta a la chimenea.
Noruega lanzó una estación de energía undimotriz en la costa cercana a
Bergen en 1985, que combina una OWC instalada enfrentando las olas, con un
invento noruego denominado tapchan (de las palabras inglesas “tapered
channel” o “canal rematado en punta”). Las olas suben por una pendiente de
hormigón a una punta a 3 metros encima del nivel del mar, donde caen a un
depósito. El agua fluye de vuelta al océano a través de la turbina que
impulsa a un generador.
El Profesor Stephen Salter, de la Universidad de Edimburgo, ha contribuido
el invento más intelectual. El así llamado “Pato de Salter” ha popularizado
la idea de la energía de las olas con su aspecto atrayente. Los patos son
conos que en su interior llevan un sofisticado equipo electrónico,
construido alrededor de una espina que cabecea sobre las olas impulsando un
generador. Salter no permitirá que el sistema se lance al mar antes de que
considere haberlo perfeccionado suficientemente.
La energía de las olas no fue diseñada para ahorrar dinero sino para salvar
el mundo
Diversas iniciativas de energía undimotriz de pequeña escala – de 100
kilovatios (kV) a 2 megavatios (MV) – están instalándose actualmente en más
de una docena de países. Escocia ha operado una OWC experimental de 75 kV en
la costa de la isla de Islay durante 11 años, que ahora ha sido reemplazada
por un modelo de 500 kV, llamada Limpet, frente a las olas que vienen a
romperse en las rocas desde 5.000 kilómetros del Atlántico.
El mismo grupo de investigadores está planeando un dispositivo de alta mar
de 2 MV llamado Osprey. Otro modelo escocés, Pelamis, consiste en una serie
de cilindros conectados por juntas con bisagras y motores hidráulicos que
impulsan los generadores.
Portugal ha estado trabajando durante varios años en una OWC en la isla de
Pico en las Azores. Los neerlandeses han inventado el llamado Columpio de
Olas Arquimedes (Archimedes Wave Swing), un “flotador” lleno de aire que se
balancea en las olas mientras su “planta baja” está fija en el lecho marino.
Una empresa norteamericana está trabajando en un sistema de 10 MV basado en
boyas instaladas a 3 kilómetros fuera de la costa sur de Australia. India,
China, Suecia y Japón se cuentan entre otros países en los cuales la energía
de las olas está floreciendo.
Los problemas técnicos se han ido solucionando paulatinamente – sólo las
aplicaciones prácticas han sido de pequeña escala. La energía de las olas
está clamando por la instalación de centrales energéticas de 2.000 MV en las
profundidades del océano.
El gran obstáculo es financiero. La energía de las olas no fue diseñada para
ahorrar dinero sino para salvar el mundo. Los primeros investigadores solían
decir que la energía era gratuita porque los dioses proveían las olas. En el
otro extremo, otros, menos optimistas, usaron altas tasas de descuento, lo
cual afectó a la energía de las olas injustamente, por tratarse de una
tecnología de alta inversión de capital, en la cual la mayor parte del gasto
es durante la construcción. La manera sencilla de cambiar su costeo es
cambiando la tasa de descuento.
Un nuevo rival
El “establishment” de la energía no ha sido de gran ayuda. Como es natural,
no vio con beneplácito la aparición de un nuevo rival para sus mercados.
Gobiernos y empresas pusieron énfasis en el cálculo de costos convencional.
Un destacado inventor holandés comentó: “La ingeniería financiera es aún más
difícil que la ingeniería técnica. En nuestro equipo, la llamamos ingeniería
emocional.” Empero, por primera vez en 30 años, el gran adelanto ahora está
a la vista. Dentro de poco, será posible obtener la electricidad de las olas
de la red de suministro en muchos países.

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