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Ejercicio:
"autorrecuerdo".
Propón la actividad de caminar por el jardín o por el patio de la escuela,
que los niños pueden realizar individualmente y en silencio. Explícales
que se trata de un ejercicio muy simple para ver si son capaces de ser
conscientes de su interior mientras también ejercen la atención a su
exterior.
Diles a los niños que sean conscientes de que son conscientes, es decir,
de que vivencien a ese ser que se encuentra en su interior y que es el
mismo niño. Explícales también que hay siempre en nuestro interior una
fuente de la que brota constantemente la consciencia de nuestro interior y
del exterior.
Si vas a realizar el ejercicio con los más pequeños, sólo debe durar unos
pocos minutos, pero si ya son mayores, se puede prolongar por espacio de
un cuarto de hora o incluso más.
También puedes cambiar esta tarea por otra que incluya movimientos
distintos al andar.
Dialoga con los niños las dificultades que hayan tenido.
2. Ejercicio: autorrecuerdo global
Introduce la actividad como sigue:
Vamos a realizar un juego similar a aquél en el que ejercíamos la atención
mientras caminábamos, pero ahora, mientras caminéis, me gustaría que
repitierais en voz muy baja: "estoy caminando", "estoy viendo u oyendo..."
lo que en cada momento veáis o escuchéis, etc. Si los pensamientos acuden
a vuestra mente, no les prestéis atención; deciros a vosotros mismos:
"estoy pensando", y cada vez que sintáis una emoción, repetiros una y otra
vez: "estoy sintiendo..." lo que percibáis en vuestro interior.
Una vez terminado el ejercicio, los niños desearán compartir sus
experiencias contigo. Cuando les haya escuchado, pregúntales: "¿quién es
ese "yo" o ¿quién ha experimentado todas las cosas de las que habéis
hablado?". No les presiones para que respondan, ya que, en cualquier caso,
siempre es difícil expresarlo en palabras. Bastará con, la pregunta para
que los niños empiecen cavilar. Una vez, después de plantear la pregunta
"¿quién es este "yo"?", un grupo de adolescentes decidió de inmediato que
no tenía nada que ver con sus nombres, sus relaciones, su aspecto físico
o, incluso, con su personalidad y con las cosas que les gustaban y
disgustaban, llegando a la conclusión de que era preferible describirlo
con expresiones como: "estar vivos", "una experiencia del ser", "saber que
estoy aquí", "felicidad, tristeza, lo que siento en este momento", "mente"
y "nada en concreto". No había duda de que su inicio había sido perfecto y
de que continuarían dándole vueltas al asunto. |
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