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Demencia y depresión.
Hasta un 50% de los pacientes con demencia pueden informar de síntomas de
depresión intermitentes y entre un 20 y un 30% de ellos puede presentar un
cuadro de depresión mayor.
A pesar de las dificultades para distinguir la pseudodemencia (que es un
deterioro cognitivo asociado a una depresión) de una verdadera demencia, se
pueden presentar ciertos hechos clínicos que pueden ayudar en su
reconocimiento.
En la demencia, sobresalen los síntomas relacionados con problemas
cognitivos que incluyen deterioro en la memoria a corto y a largo plazo y,
al menos, alguno de los siguientes trastornos cognitivos: problemas de
lenguaje (afasia), incapacidad para llevar a cabo actividades motoras
secuenciadas (apraxia), fallo en el reconocimiento de objetos familiares
(agnosia) y problemas en las funciones cognitivas superiores (en el
pensamiento abstracto, en la planificación y en la organización).
En la depresión, el principio del deterioro cognitivo es normalmente rápido
y de corta duración. El estado de ánimo deprimido es prominente y los
pacientes enfatizarán y se quejarán de su disfunción cognitiva en vez de
intentar disimularla. Las ejecuciones cognitivas fluctúan a lo largo del
tiempo según aparecen los síntomas de depresión, mientras que los problemas
en la demencia son más constantes. Los pacientes con demencia deprimidos
cuando son tratados con antidepresivos no mejoran en su funcionamiento
cognitivo y sí lo hacen en los síntomas afectivos. |
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