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CUANDO LA FAMILIA ATRAPA
A veces la familia se
convierte en una tela de araña que sostiene, sin duda, pero que también
atrapa.
Hay familias que parece
que sólo pueden estar unidas si los hijos tienen problemas y los convierten
en «la cenicienta» de la familia. No perdamos nunca de vista que en muchos
casos los trastornos de conducta del niño son «mantenidos» por la propia
familia. A veces se convierte en cabeza de turco de las propias
desavenencias familiares. El ambiente del hogar acaba trasladándose al
exterior. Y, a veces, también sucede a la inversa. Hay quien refleja en su
cara las vivencias de su hogar. Por eso, a veces se envidia «la simpatía»
que traslucen los chicos y, en otros casos, da pena su tristeza. Si en casa
el ambiente es negativo, difícil es transmitir alegría fuera de ella.
Según el tipo de familia
en que vivan los niños existen unos riesgos externos para su salud mental,
como algunas formas de trastornos psicopatológicos (transmisión genética y/o
influencia psicológica distorsionante). También inciden negativamente las
familias desestructuradas con graves fallas en la comunicación, o las
marginales (o no tanto) dependientes de drogas, o implicadas en conductas
delictivas. Estos tipos de familias dificultan una correcta y saludable
maduración de los niños.
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