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La cremación
La muerte, como tema, debe ser tratada de forma natural. No obstante, genera
e inspira grandes miedos, temores, angustias y hasta pánico. Para algunas
culturas, en cambio, significa un motivo de alegría porque se avanza a otras
formas de vida diferentes. Para la mayoría, la muerte representa el umbral
hacia otra vida, que será favorable si el difunto ha sido, básicamente,
bueno.
Hay una serie de rituales religiosos y sociales que se efectúan cuando
alguien se despega de nosotros. Dependiendo de las creencias son actos
simbólicos que se realizan para aligerar el viaje del alma, así como para
consolar a los familiares afligidos. Sirven de despedida simbólica del
difunto. Dentro de este tipo de rituales tenemos el velatorio y el entierro
en los cementerios. En otros casos, también se encuentra la cremación usada
por distintos pueblos y culturas. Actualmente, es una práctica común en
muchos lugares y es una alternativa diferente al entierro.
La cremación es un símbolo de sublimación. Tiene por origen la trascendencia
del fuego en cuanto a vehículo, o mensajero del mundo de los vivos al de los
muertos. El fuego transmitiría una intención de purificación y de luz. La
llama que se eleva hacia el cielo representa el impulso hacia lo divino y el
emblema de renacimiento. El fuego es del cielo pues asciende, tiene origen
terrenal y destino celestial.
En realidad, la cremación solamente acelera el proceso natural de
descomposición. Al morir se da un proceso de combustión lenta, el cuerpo
físico se va deteriorando, se da un proceso de oxidación, de fermentación
que se acelera con la cremación y llegamos al mismo final... cenizas.
Las personas que están de acuerdo con la cremación, señalan que la ceremonia
es más sencilla y hay más intimidad. Asimismo, para quienes creen en el
alma, el espíritu se desprendería más rápido de la materia e iniciaría el
viaje a donde quiera que vaya. Es menos traumática, en el sentido de acortar
el período de despedida del difunto, obvia el velorio y la ceremonia del
entierro. Igualmente, permite que la familia lance las cenizas al mar, o a
un río, o las entierre en alguna montaña, o simplemente las siembre con
algún árbol, o las guarde en el altar familiar o en los templos, como lo
hacen las culturas orientales.
De manera que si tus creencias te lo permiten, la cremación es un ritual
diferente al entierro que ayudará a tus seres queridos a romper el vínculo
con el difunto más fácilmente y al fallecido le aceleraría su encuentro
espiritual con la Luz. |
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