Creatividad y mentes
torturadas. Psicopatología (enfermedad mental) y expresividad.
Se
entiende como pensamiento creador la «capacidad para establecer nuevas
relaciones entre hechos o para integrarlos de una manera diferente a la
habitual, original e innovadora».
La
creatividad es una facultad innata que forma parte del patrimonio de la especie
humana. A ella se debe la evolución del ser humano y tal vez fuera la «piedra
filosofal» que le hizo abandonar su condición de simple depredador.
Aunque no
se sepa a ciencia cierta dónde radica exactamente la función creadora en la
mente humana, se sabe que el subconsciente juega un papel esencial, a veces
decisivo, en la misma.
Lo cierto
es que determinadas personas parecen tener una facultad especial para la
creación, es el «don» del artista. El desarrollo y plasmación de este potencial
requiere que concurran condiciones externas e internas que culminan en el acto o
proceso creativo. Es como si la persona dotada tuviera una capacidad especial
para adquirir, elaborar y plasmar sus experiencias de forma diferente a la que
no lo está.
Determinados tipos de
trastornos físicos y sobre todo psíquicos parecen estimular las facultades
creativas de una mente dotada. Debido a ello, genio y locura constituyen un
binomio que ha sido objeto de numerosas discusiones, llegándose no pocas veces a
la confusión entre sus conceptos.
Efectivamente, locura y
creatividad son dos fenómenos que tienen características comunes. Si, por
ejemplo, analizamos un proceso delirante en comparación con una obra artística,
descubrimos que ambos se muestran como una rareza, como algo inusual, distinto y
por tanto anormal, diferente a la norma habitual. Sin embargo hay unas notables
diferencias. Algunos autores centran tal distinción en que la obra artística, a
diferencia del delirio, es «apropiada», es decir tiene una confrontación con la
realidad. Evidentemente tal argumento queda corto, pues de tal manera muchas
pinturas abstractas habrían de tacharse de patológicas. Y asimismo, ¿de qué
manera ajustamos a la realidad algo tan inmaterial como una melodía musical?
Tal vez
la diferencia sustancial radique en que la obra artística creativa tiene lugar
bajo un control de la personalidad que no implica su desestructuración como
ocurre con el delirio. Y su elaboración es fruto del trabajo y la paciencia, de
una búsqueda continua, frente al carácter impuesto y advenedizo del delirio.
Lo que sí
es cierto es que patología y creatividad pueden darse juntas. Notables artistas
de la historia han visto exaltadas sus cualidades creativas por efecto de serios
trastornos emocionales, sufrimiento y aun severas enfermedades mentales.