CONTROL DE LAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
El preservativo representa un arma poderosa en la protección de las
enfermedades de transmisión sexual como el sida.
El carácter epidémico de las enfermedades de transmisión sexual da
testimonio de la dificultad de controlarlas. Algunos organismos oficiales de
salud pública atribuyen el incremento de muchas de estas enfermedades al
aumento de la actividad sexual. También puede ser significativa la
sustitución del preservativo (que proporciona cierta protección) por otros
métodos de control de la natalidad como anticonceptivos orales y diafragma.
La única forma de prevenir la propagación de las enfermedades de transmisión
sexual es identificando a las personas con las cuales ha tenido contacto
sexual la persona infectada y proceder a determinar si también necesitan
tratamiento. Por lo general esto se lleva a cabo en los centros de salud
pública, que es donde se informa de la mayor parte de las enfermedades de
transmisión sexual. El sida y la hepatitis B se transmiten también por
contacto sexual.
Las ETS pueden evitarse mediante medidas preventivas basadas en la correcta
información y el esfuerzo personal para modificar hábitos de comportamiento
sexual.
En el caso de que creamos estar afectados por una de estas enfermedades,
deberemos advertir a la pareja, evitando toda actividad sexual que pueda
implicar la penetración o, por el contrario, utilizando el preservativo.
Habrá que realizar las pruebas diagnósticas prescritas por el médico y
seguir el tratamiento adecuado.
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