La
comunicación no verbal
Llamamos
comunicación no verbal a todos aquellos movimientos, gestos, posturas, etc., que
transmiten un mensaje a la persona que nos acompaña en ese momento. Constituye
un tipo de lenguaje no hablado y se lleva a cabo, generalmente, de manera
inconsciente.
El cuerpo
es un gran transmisor de mensajes, y adopta una posición de una manera u otra,
según el humor del sujeto, de su carácter y de lo que sienta por la persona que
le acompaña.
Una
persona mantiene su cuerpo a una distancia de 45 ó 60 centímetros del sujeto con
el que habla, distancia que es denominada la burbuja personal y que parece que
todos consideramos como «territorio sagrado», siendo incómodo el que alguien
intente «invadirlo». No nos importa que ese alguien sea una persona en la que
confiamos, pero si se nos acerca demasiado un extraño, indicaremos a través del
lenguaje no verbal, que tal conducta nos desagrada (mediante una mirada fría,
echándonos hacia atrás, hundiéndonos en el sillón, cruzando las piernas y brazos
como formando una barrera, o estirando mucho el cuello). Tales movimientos
indicarán a nuestro acompañante que nos agradaría que se alejase al menos un
poco de nosotros.
El rostro
también indica sentimientos y pensamientos (expresiones, gestos, miradas...).
Los ojos son un elemento crucial de comunicación, pues el sólo mirar a alguien
indica que existe un interés hacia tal persona y la mirada puede ser vital para
las etapas iniciales de una amistad.
El
sabernos observados hace que nos sintamos vulnerables, expuestos a la opinión
ajena. Si dos personas no se conocen mucho, tienden a no cruzar la mirada.
También esto ocurre cuando un sujeto de status social más alto habla con uno de
status más bajo.
Los ojos
pueden expresar la forma de ser de una persona: un sujeto que mire hacia el
suelo todo el tiempo, es probablemente tímido, inseguro..., y el mirar
directamente a los ojos indica la necesidad de afecto o gran seguridad en sí
mismo. La mirada también revela muchos sentimientos sexuales: se ha demostrado
que a los hombres se les dilatan las pupilas cuando ven a una mujer hermosa, y a
las mujeres cuando ven a un hombre atractivo o a un bebé. El tamaño de la pupila
también expresa nuestros gustos en cuanto a lo que oímos u olemos (habrá
dilatación al oír una melodía hermosa o cuando comamos algo rico).
También
el tacto y el olfato transmiten mensajes: parece ser que percibimos más olores
de los que nos damos cuenta; dependiendo del estado de excitación en el que nos
encontremos, expulsamos una sustancia u otra (que no siempre es el sudor), que
puede ser percibida e interpretada inconscientemente por nuestro acompañante.
Se ha
descubierto que las manos y el ritmo corporal constituyen elementos esenciales
en la comunicación. Expertos en cinesis (ciencia que estudia el movimiento
corporal), dicen que cuando mostramos las palmas de las manos hacía arriba,
indicamos entrega amistosa, mientras que si hablamos ocultándolas, o enseñando
el dorso, no tenemos especial interés en nuestro interlocutor. En cuanto al
ritmo corporal, parece ser que siempre nos estamos moviendo al hablar, y que
nuestros movimientos envían señales indirectas a los demás: la forma de
sentarnos, la posición de nuestros miembros, el que movamos un pie o las manos
mientras el otro habla, puede indicar que estamos de acuerdo o no con nuestro
acompañante. Por ejemplo, se ha comprobado que cuando dos personas discuten
sobre algo y no están de acuerdo, cambian continuamente de postura y no
coinciden en la forma de sentarse o colocarse, pero, curiosamente, si están de
acuerdo, acabarán adoptando la misma postura corporal, de las manos, etc.
La
comunicación no verbal se aprende igual que el lenguaje hablado, y los factores
ambientales, como la cultura, influyen enormemente en sus formas.