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Algunas
combinaciones de estructuras
Son muchas las
trampas que aparecen en el camino de la transformación, y a menudo hay una
gran confusión debida, entre otras razones, al hecho de que a veces
coexisten en una misma persona estructuras distintas, por no decir opuestas.
Gurdjieff ha subrayado este aspecto contradictorio del ser humano:
El hombre (su
personalidad) no tiene un «Yo» individual. Tiene centenares, miles de
pequeños «yoes» separados, que con frecuencia se ignoran entre sí, que no
mantienen ninguna relación, o, a veces, incluso son hostiles unos a otros,
exclusivos e incompatibles.
En este sentido, la
psícosíntesis trabaja especialmente sobre ese aspecto del ser humano,
definiendo el «yo» como un conjunto de «subpersonalidades». Excelente
enfoque, creado por Roberto Assaglolí, que permite la integración y la
unificación de esos aspectos contradictorios y abre las puertas a las
energías del alma.
¿Cómo se desenvuelve el ser humano en medio de ese caos interior?
Conocer la dinámica
interna de cada una de las estructuras que hemos estudiado en los espacios
precedentes puede ayudarnos a ser más conscientes del funcionamiento de
nuestros mecanismos. Pero, sabiendo que el ego está condicionado por el
conjunto de las cinco estructuras —en mayor o menor grado de actividad según
cada persona—, es evidente que el trabajo de transformación es muy complejo.
Para que nos hagamos una idea de dicha complejidad, comentaremos algunas
combinaciones.
1) La combinación
maso-psicópata: rabia, cólera, manipulación, problemas con el poder...
El trabajo por realizar parece contradictorio:
— Psicópata: centrado
en sí mismo, falsa identidad, debe encontrar su verdadera identidad mediante
la humildad;
— Maso: aplastamiento
de la identidad, debe encontrar su identidad mediante la afirmación de sí
mismo.
Las dos estructuras
hacen referencia al problema de la no identidad o de una falsa identidad
ligada al poder.
La estructura maso se
constituyó cuando el ego fue aplastado, negado, rechazado, no reconocido, y
sintió un profundo sentimiento de impotencia. Esa experiencia provocó la
pérdida de su identidad, llevando consigo una gran rabia y mucha cólera.
La estructura
psicópata se constituyó cuando el ego comprendió que no bastaba ser lo que
era para ser amado, que había que complacer a los demás para ser reconocido
y apreciado. Esa experiencia provocó también, como en la estructura maso, la
negación de la esencia del ser y la pérdida de la natural y auténtica
identidad.
En ambos casos ha
sido negada la verdadera identidad del ser. Si se está atrapado en esta
doble estructura, el trabajo interior por realizar no es nada fácil. Porque,
para salir de la dinámica maso, hay que aprender a afirmarse, hallando de
nuevo la capacidad de expresarse libremente. Pero existe el gran riesgo de
que eso sea utilizado por la estructura psicópata, que encontrará en el
movimiento de afirmación de sí una justificación para hacerse notar y
obtener la aprobación de los demás, y, en definitiva, para fomentar una
falsa afirmación de sí mismo y estimular el uso manipulador del poder. El
psicópata debe trabajar la humildad, el maso debe liberarse del
aplastamiento... ¡Nada fácil!
Además, ambas
estructuras se refuerzan en el aspecto de la rebelión: el maso activo se
rebela para contrarrestar el aplastamiento al que se cree sometido, el
psicópata se rebela porque quiere todo el poder sólo para él...
Se refuerza
igualmente el miedo a los demás (miedo al aplastamiento y miedo a la
traición); en el fondo, ambas estructuras entrañan una profunda separación
de los demás. En la dinámica maso, se busca la aprobación porque se teme ser
aplastado y manipulado; en la psicópata, se busca la aprobación porque se
teme no ser bastante amado. Los dos mecanismos se refuerzan entre sí. En la
estructura maso, el miedo al otro se convierte en cólera y agresividad
reprimidas; en la psicópata, el miedo al otro se convierte en energía para
manipular, seducir y dominar. Ese cóctel interior hace que se deteste
profundamente a los demás (por todo lo que «me han hecho»), pero hay que
complacerlos y ejercer influencia sobre ellos. La cólera queda entonces
cubierta por un velo de seducción, de generosidad, de brillo, como si todo
fuera amor... Vivir atrapado en esas dos estructuras es durísimo. Tarde o
temprano, la persona se derrumba y no comprende por qué...
2) La combinación
maso-rígida: bloqueo emocional, frustración, rigidez, cólera, juzgar a
los demás, querer tener razón...
En la estructura rígida se quiere controlar todo, las cosas han de ocurrir
como uno quiere y las personas se han de comportar como uno ha decidido. No
hay mejor punto de partida para generar la frustración y la insatisfacción
de la estructura maso. En efecto, ésta, buscando siempre razones para
revivir la insatisfacción profunda que lleva en sí, se servirá de las
exigencias y de la inflexibilidad de la estructura rígida para juzgar a los
demás, que considerará malos o «incorrectos» (según la expresión de Quebec),
y para quejarse de todo lo que no se ajusta a sus propios cánones. La
inflexibilidad y el orgullo de la estructura rígida se unen a la resistencia
a la vida y a los demás de la estructura maso, con lo que aumenta la
insatisfacción profunda que tienen ambas y refuerza la actitud, también
propia de ambas, de juzgar constantemente a los otros: yo soy correcto (yo
soy como hay que ser), pero no los demás. Además, el bloqueo emocional de la
estructura rígida facilita la retirada y la incomunicación de la estructura
maso, que encuentra así justificación para rumiar en su rincón sus
frustraciones, sin decir nada a nadie, durante mucho tiempo. La úlcera de
estómago está garantizada...
El trabajo que hay
que realizar para transformar esta doble dinámica es muy difícil, pues
parece que hay que hacerlo en dos sentidos opuestos. En efecto, la dinámica
maso empuja a anonadarse (o a rebelarse) ante la autoridad. Tendrá que
esforzarse por recobrar la capacidad de expresarse libremente, sin miedo
(maso pasivo) y sin agresividad (maso activo), a no temer afirmar su propia
verdad, con paz, con ligereza de espíritu, con un desprendimiento gozoso.
En cambio, la
estructura rígida empuja al ego a afirmarse de modo rígido y unilateral, a
querer tener razón, a mantener su punto de vista a toda costa, a no ceder, a
intentar controlar y dominarlo todo (personas y situaciones). El trabajo que
hay que realizar en este caso consiste en desarrollar la flexibilidad, en
deshacerse de la falsa afirmación de sí mismo, en aprender a no aferrarse a
sus puntos de vista, en aprender a escuchar a los demás y tener en
consideración sus opiniones, y en flexibilizar su mente, abriéndola y
capacitándola para el cambio. Todo este trabajo parece opuesto al que ha de
realizar la estructura maso, que ha de adquirir fuerza (la verdadera, la del
alma) para atreverse a expresar y manifestar sus puntos de vista.
Gran parte de la
confusión que surge en el trabajo de liberación del ego proviene del hecho
de que no se tiene claro cuál es el origen de las dificultades. Enseñarle a
un rígido a afirmarse y a mantener su punto de vista, no hace más que
reforzar su estructura. Enseñarle a un maso a respetar el punto de vista de
los demás también refuerza su estructura, pues hace milenios que vive
amedrentado por el otro.
Hay que fomentar la
afirmación de sí mismo y el respeto a los demás, por supuesto, pero hay que
estar muy vigilantes para que no sea el ego el que se apodere de esas
hermosas teorías y las lleve a su terreno, reforzando en definitiva sus
estructuras. La correcta afirmación de sí mismo y el justo respeto a los
demás debe hacerse a partir de las dos premisas siguientes: la primera es
que la decisión ha de ser libre y gozosa cualesquiera que sean las
circunstancias; y la segunda, que ha de ir acompañada de la práctica
consciente e intensa de la buena voluntad (antídotos eficaces para ambas
estructuras). Quitar dramatismo a las situaciones y potenciar el buen humor
también ayuda a aligerar la carga de ambas.
3) La combinación
oral-psicópata: extracción energética al máximo...
Las estructuras oral
y psicópata se refuerzan entre sí. Ambas tienen en común el mismo ámbito de
expresión: las relaciones con los demás, cuya energía se absorbe. Una de
ellas lo hace para contrarrestar el sentimiento de carencia y de abandono;
la otra, para alimentar el falso yo. Los dos mecanismos exigen que se los
ame para siempre, y el «abandono» los hiere en lo más profundo. En esas
condiciones, las relaciones son, por supuesto, alienantes, puesto que las
dos estructuras tratan de dominar a los demás para asegurarse el alimento
energético. En las relaciones de pareja, surge la dinámica
«dominante-dominado», con una gran carga emocional, manipulaciones,
expectativas y miedos. La combinación de estas dos estructuras se expresa
con preferencia en el campo de la sexualidad, que se utiliza para extraerle
al otro la mayor cantidad posible de energía. El individuo está
permanentemente «a la caza» de pareja.
4) La combinación
oral-maso: insatisfacción garantizada para toda la vida...
Las dos estructuras
refuerzan la insatisfacción. El aspecto oral hace que se esté siempre
insatisfecho, insatisfacción utilizada por la estructura maso para confirmar
que la vida no tiene ninguna gracia, y que la gente es malvada...
5) La combinación
esquizo-maso: el fracaso y la no manifestación.
Las dos estructuras
temen manifestarse, expresarse, aunque por razones diferentes, pero ambas
refuerzan ese miedo. La estructura esquizo hace incapaz de triunfar en nada
concreto en la vida, y la estructura maso alimenta con eso su impotencia y
culpa a todo el mundo...
Estos ejemplos
demuestran que el trabajo no es nada fácil. Pero debemos recordar que esas
estructuras no son más que componentes de nuestro instrumento y que, tal
como estamos constituidos, también podemos hacer que evolucionen. Nosotros
no somos las estructuras; además, no vamos a estar aprisionados en ellas
durante toda la eternidad. En cuanto uno ha tomado consciencia de esos
mecanismos y ha surgido la voluntad de liberarse de ellos, tiene en el
interior de sí mismo todo lo necesario para encontrar el camino de su alma.
Vamos ahora a
estudiar en los espacios siguientes otro tipo de funcionamiento del ser
humano: el que se apoya en la voluntad del Ser a través de la mente
superior. Así como conocer las estructuras del inconsciente puede habernos
hecho comprender nuestros límites momentáneos, así también conocer nuestras
posibilidades superiores nos llevará a comprender la verdadera riqueza, el
genuino poder y la auténtica libertad que hay en nosotros. |
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