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Respiración-renacimiento II
Los
resultados
Son consecuencia directa del trabajo realizado. Al desalojar del
inconsciente los bloqueos procedentes del pasado que limitaban a la persona,
ésta se libera de las reacciones automáticas que esos bloqueos le producían,
fueran físicas o psicológicas, conscientes o inconscientes.
A nivel físico
Para empezar, debemos decir que puede observarse la curación de algunas
enfermedades crónicas después de un fin de semana o dos de trabajo con la
respiración. Un gran número de personas se ha liberado así de enfermedades
como psoriasis, dolores de espalda, migrañas que persistían desde muchos
años atrás, asma, estreñimiento, problemas digestivos, etc. Hasta casos de
fibromialgia que mejoran en más del ochenta por ciento. Cuando se sabe lo
dolorosa que es esta enfermedad, la minusvalía que produce y las casi nulas
soluciones que aporta la medicina convencional, es alentador saber que
existen otros métodos que pueden ayudar a superarla. No hablamos de teoría,
sino de resultados concretos. Sólo que, una vez más, esos métodos no son
caros y no aportan nada al sistema establecido.
El tema de las curaciones físicas es delicado. No pretendo que la
respiración-renacimiento lo cure todo y sustituya a los tratamientos médicos
habituales, ni mucho menos. La medicina convencional tiene su razón de ser y
es indispensable para el bienestar de las personas. Pero hay otros enfoques
que también tienen su razón de ser; y si pudiéramos englobarlos todos en una
perspectiva más amplia, y si colaboráramos los que utilizamos unos y otros
abierta e inteligentemente, estaríamos en condiciones de aliviar un gran
número de los muchos males que aquejan a los seres del planeta, y a menor
coste.
Comprendo la reticencia de los profesionales de la salud ante unas técnicas
relativamente nuevas que han sido utilizadas a menudo de forma inadecuada.
Sin embargo, dado que los resultados obtenidos siguiendo un proceso como
éste, bien controlado, son concretos y duraderos, valdría la pena que los
investigadores profundizaran en este campo.
En realidad no son técnicas tan nuevas. Durante miles de años, algunas
enseñanzas han estado utilizando las técnicas de la respiración para
trabajar sobre los estados de consciencia. Pero ahora se pone al alcance de
todo el mundo lo que antes estaba reservado a una minoría.
Paulette, doce años mayor que su hermano Jonathan, había cuidado de él desde
que nació. Su madre, fría y a menudo ausente, le había delegado esa tarea.
Cuando Jonathan tenía ocho años, cayó gravemente enfermo. Paulette, que
adoraba a su hermanito, se ocupó de él lo mejor que pudo, pero una mañana se
lo encontró muerto en la cama. El impacto fue terrible. Durante el año que
siguió a la muerte súbita de su hermano, Paulette lloraba todos los días.
Como se encontraba en un estado de depresión profunda, buscó ayuda. Se
sometió a un tratamiento en el curso del cual decidió que no lloraría más.
Poco después empezó a tener problemas digestivos graves, que, con el tiempo,
se le hicieron crónicos. Había acudido a varios médicos, que hicieron lo que
pudieron, pero su estado no mejoraba. Se habló de una operación de estómago.
Fue entonces cuando vino a hacer un trabajo con la respiración orientado
hacia su crecimiento personal, sin referencia directa a su estado físico.
Durante el proceso, desfilaron deforma espontánea por su mente algunas
imágenes. Entre otras, se vio a sí misma con su hermanito en brazos y
diciéndole lo mucho que lo quería (algo que no había podido hacer antes de
su muerte). Volvió a casa satisfecha del trabajo realizado durante el fin de
semana, sin pensar más en aquella escena. Cuál no fue su sorpresa, al día
siguiente por la mañana, al constatar que no tenía ninguno de los síntomas
dolorosos del aparato digestivo a los que estaba acostumbrada. Pensó que era
casualidad. Pero, a medida que pasaban los días, la curación era cada vez
más evidente: el problema de estómago había desaparecido...
Los profesionales del crecimiento personal son testigos con frecuencia de
este tipo de resultados. Aunque su trabajo no sea un trabajo de sanación
física. No es eso. Lo que ocurre es que la curación física es una
consecuencia del trabajo sobre la consciencia. Además, no se produce
sistemáticamente. Yo no pueden hacerse nunca promesas en ese aspecto. Hay
que dejar que el proceso se desarrolle con normalidad, y tiene que
utilizarse como instrumento de crecimiento personal, no como medio de
sanación. Es decir, que no se trata de saber con antelación lo que la
persona desbloqueará en el transcurso de la experiencia, ni tampoco si ésta
tendrá o no influencia sobre algún problema físico. Si se produce una
sanación física, tanto mejor; pero en este sentido no se suele intervenir en
modo alguno para provocarla.
El objetivo de este tipo de trabajo no es sanar físicamente, sino desactivar
las memorias activas grabadas en el inconsciente. Sin embargo, hay que
constatar que, al desbloquear algunas memorias por este procedimiento,
muchas dolencias físicas desaparecen de forma definitiva.
A nivel psicológico
En cuanto se desactiva el bloqueo procedente del pasado mediante el proceso
de respiración-renacimiento, desaparecen numerosas limitadotes psicológicas,
aparte de las dificultades físicas que puedan haber sido resueltas al mismo
tiempo. Después de haber visto cómo se graban en el inconsciente las
memorias activas y cuáles son los comportamientos que inducen, esto se
comprende a la perfección. Puede tratarse de limitaciones evidentes, como
algunos miedos específicos que suelen designarse como fobias (miedo a la
oscuridad, a la muchedumbre, claustrofobia, agorafobia, miedo a determinados
animales, a los puentes, etc.) o miedos más generales (a los hombres, a las
mujeres, a la autoridad, a expresarse, etc.). Puede tratarse también de
limitaciones menos evidentes, a las que uno está habituado y de las que no
es consciente, pero que no por ello condicionan menos la vida; los
comportamientos limitadores que pueden verse en las estructuras del carácter
forman parte de ellas. En general, uno no se da cuenta de esas limitaciones
porque se identifica con ellas y las considera parte de su personalidad. Ni
siquiera se le ocurre cambiarlas, porque no suele ser consciente de la
relación que existe entre su estructura de personalidad y la dificultad que
tiene para ser libre y dichoso. Se da uno cuenta después, es decir, cuando
se ha liberado de sus limitaciones. Tomar consciencia de nuestras
estructuras aporta una luz nueva sobre nuestros comportamientos, lo que
permite hacer un trabajo sobre el inconsciente más claro y rápido. En ese
aspecto existen numerosos testimonios.
He aquí tres ejemplos reales, en apariencia sencillos, pero en los que
cambió el contexto de toda una vida:
Nancy nos cuenta lo que le pasó al llegar a casa después de haber realizado
un trabajo a fondo con la respiración: «Cuando volvía casa, me di cuenta de
que habían entrado a robar. Antes, me hubiera puesto fuera de mí. Hace tres
años, me robaron el bolso y, para recuperarme del impacto emocional que eso
me causó, tuve que tomarme una semana de vacaciones; además, se lo conté a
todo el mundo... Esta vez, recorrí toda la casa y constaté que habían
desaparecido muchas cosas que yo apreciaba enormemente. A pesar de todo,
¡estaba tranquila! ¿Era yo? No me reconocía. Bueno, en realidad es que ya
era capaz de seguir siendo yo misma en circunstancias difíciles. Y eso ha
ocurrido de un modo natural, sin que yo haya tenido que forzar nada. Estoy
encantada. No sé qué es lo que se ha desprendido de mi inconsciente durante
el fin de semana, pero los resultados concretos están ahí: siento una
estabilidad emocional que nunca había conocido antes. Eso ha cambiado mucho
mi manera de entrar en relación con los demás. Al fin me atrevo a ser yo
misma, sencilla y naturalmente».
Este ejemplo, entre otros, ilustra el hecho de que no es necesario entrar
conscientemente en contacto con las historias del pasado en las que se
constituyeron los bloqueos. Cuando se trabaja a nivel energético, a veces la
historia viene a la memoria consciente, a veces no. Pero eso no tiene
importancia. Lo importante es que la memoria sea desactivada. Uno lo nota
concretamente en sus reacciones en la vida cotidiana que, de ser limitadas y
difíciles, pasan de manera espontánea a ser mucho más armoniosas y libres.
Otro ejemplo,
igualmente sencillo, es el de Normand:
Normana es un hombre de necios. Su estructura de carácter principal es la
rígida. Después de un trabajo interior con la respiración, he aquí lo que
nos cuenta varias semanas más tarde: «Cuando llegué al despacho el lunes por
la mañana, fui a ver a mis secretarias para decirles buenos días y desearles
una buena jornada. Se sorprendieron muchísimo. Pero aún se sorprendieron más
cuando se enteraron de que había decidido ir al despacho una vez a la semana
en autostop, para salir de mi rutina... Ahora hace ya varias semanas que lo
estoy haciendo. No sé de dónde me ha venido esa idea, pero la encuentro
estupenda. He descubierto el placer de entrar en relación con la gente; el
autostop me ha permitido hacerme algunos amigos, y se ha volatilizado todo
el estrés que tenía en el despacho. He vuelto a encontrar al niño que había
en mí...».
Normand era una persona culta; había leído muchos libros de psicología y
sabía perfectamente que había perdido la alegría y la creatividad. Había
intentado relajarse, pero nunca lo había conseguido, ni siquiera a través de
maravillosos viajes. Era un rehén de sus viejas memorias. Una vez
desprendidas del inconsciente, encontró de nuevo su verdadera naturaleza,
alegre y feliz.
Un tercer ejemplo:
Françoise, de estructura fuertemente esquizo, nos cuenta el resultado de su
experiencia. En primer lugar, el fuerte dolor crónico que tenía en el
cuello, que ningún tratamiento había podido realmente solucionar,
desapareció ese fin de semana sin volver a aparecer nunca más. Aparte de
eso, nos dice: «Yo no quiero analizar, sólo tengo ganas de vivir. A mi me
costaba muchísimo levantarme de la cama cada mañana, pero ahora me levanto
cantando. Miro a mi hija y la veo dormir plácidamente, es maravilloso. He
vuelto a encontrar el gusto de vivir. Nunca había abierto la puerta del
balcón de mi casa, pero, desde que he regresado, la dejo abierta todo el día
porque ya no tengo miedo a que me ataquen por sorpresa...».
Son esos pequeños detalles de la vida cotidiana los que demuestran que han
sido desactivadas algunas memorias. El desbloqueo se hace espontáneamente,
sin necesidad de explicaciones o de intervenciones verbales. No obstante,
tiene un impacto directo sobre el comportamiento de la persona durante el
resto de su vida, cualesquiera que sean sus circunstancias. El resultado del
proceso es manifiesto, y, además, permanente. Por eso es tan hermoso. Cuando
se desactivan las memorias, emerge de nuevo en la persona de un modo natural
la capacidad de vivir serena, feliz, equilibrada; y muestra estar en
posesión de todos sus talentos. No es ningún milagro. A lo largo de este
espacio hemos visto de qué forma el inconsciente se carga de memorias
activas, y las consecuencias que eso tiene en el comportamiento de la
persona. Cuando uno tiene la suerte de deshacer un bloqueo procedente del
pasado, no puede por menos de volver a encontrar el raudal natural de la
vida que, siempre presente, sólo pedía que se le dejara circular de nuevo.
Existen en la actualidad diversos medios para que uno pueda deshacerse de
las memorias activas y liberarse así de los comportamientos limitadores que
éstas inducen.
Pero no quisiéramos con estas palabras hacer creer a nadie en métodos
milagro. Incluso si se pueden obtener resultados impresionantes en algunas
sesiones de respiración bien preparadas y controladas, no por ello es menos
cierto que la psique del ser humano es compleja, y que el inconsciente está
muy cargado emocionalmente, como hemos podido ver a lo largo de este espacio
Web. Por eso, los resultados no dependen sólo de la técnica aplicada;
dependen mucho más de una buena preparación y de todo un conjunto de
condiciones interiores que favorecen el trabajo, es decir, del contexto que
lo acompaña –este aspecto del trabajo lo hemos comentado anteriormente. Si
hemos hablado en primer lugar del contexto consciente y de la calidad de la
intención es porque ambas cosas son la llave que abre la puerta a las
posibilidades de sanación.
Al ego le gustaría desembarazarse de todo lo que le molesta, pero sin soltar
prenda. Por eso hay mucha gente que pretende solucionar sus problemas de una
vez por todas utilizando alguna técnica que no requiera demasiados
esfuerzos; pero eso es vivir en el engaño. Las técnicas milagro no existen.
Cuando uno conoce el largo camino evolutivo que está recorriendo el ser
humano, se da cuenta de que las técnicas milagro no tienen fundamento.
Esperar que se pueda desalojar una memoria del inconsciente con ayuda de una
técnica, pero sin hacer un trabajo consciente profundo e integrado en lo
cotidiano, es una ilusión.
Existen buenos útiles de trabajo para desprender realmente las memorias, y
se pueden utilizar varios. Pero también tiene uno que estar dispuesto a
hacer frente al conjunto del camino, con sus alegrías y sus penas, y tener
la firme intención de trabajar las ataduras del ego en la vida cotidiana. El
dominio emocional no se adquiere en un abrir y cerrar de ojos, de la misma
forma que no se adquiere el dominio de un instrumento musical practicando
durante unas pocas horas con un método milagro. Está muy bien tener un buen
método que facilite las cosas, por supuesto. Pero no por ello será menor el
esfuerzo. Tendrá uno que practicar todos los días tanto si está en forma
como si no lo está, tendrá que tener fuerza de voluntad y perseverancia; y
sólo así podrá llegar a tocar el instrumento como desea. El esfuerzo que se
hace con regularidad acaba siempre coronado por el éxito. Pues lo mismo
ocurre en el camino espiritual.
No hay que olvidar que la práctica espiritual se apoya en esencia en el
hecho de ir deshaciéndose progresivamente de las ataduras del ego. El
progreso del que hablamos no se refiere a la realidad del alma, que ha
existido siempre y siempre existirá. Se trata del dominio de la
personalidad. Podría decirse que, lo que se hace a lo largo del camino
espiritual, es ir soltando ataduras... |
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