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EL CUERPO FÍSICO
La forma del
cuerpo
En general es guapo y
bien proporcionado. La energía está repartida más o menos por igual en todo
el cuerpo, aunque hay mucha en la cabeza.
La salud
El rígido tiene
siempre buena salud, o, al menos, así lo pretende. Y esto por dos razones.
En primer lugar, reconocerse enfermo sería dar muestras de debilidad. ¡Ni
soñarlo! Su orgullo le impide mostrarse vulnerable. No es que le interese
dar de sí mismo una imagen espectacular, como al psicópata, pero sí de
superioridad y de invulnerabilidad. En segundo lugar, no siente nada. Así
que no nota las señales de aviso de un cuerpo físico fatigado o doliente.
Dirige su cuerpo como el resto de su vida: con la cabeza, de forma
despótica, según sus ideas y no según sus sentimientos (puesto que no los
tiene).
Si se interesa, por
ejemplo, por alguna de las técnicas alternativas de la salud después de leer
algún libro, decidirá hacer un ayuno prolongado sin tener en cuenta si eso
es apropiado para él o no; o bien decidirá correr cinco kilómetros diarios,
y lo hará. contrariamente a otras estructuras que toman decisiones que no
mantienen casi nunca. Hará deporte a menudo, se someterá a un entrenamiento
regular. Es decir, que en apariencia cuida su cuerpo físico, es
disciplinado. Cuando haya transformado la estructura, ésta será una de sus
cualidades. Pero, entretanto, su falta de flexibilidad y de sensibilidad lo
lleva a tratarse a sí mismo con dureza, con la misma dureza con la que trata
todo lo que lo rodea. Tiene una fuerza de voluntad inflexible, y su cuerpo
acabará por resentirse.
El aspecto rígido de
la personalidad lo empujará a consumir muchos cigarrillos, lo que tiene una
explicación: la expresión de las emociones dilata los vasos sanguíneos,
mientras que el tabaco los contrae. Por instinto, la estructura rígida
tenderá a utilizar ese medio físico para contrarrestar la posible emergencia
de las emociones.
Cuando caiga enfermo,
será de repente; la estructura se derrumba de pronto. Durante mucho tiempo,
todo ha sido reprimido, todo ha estado bajo el control de la mente inferior;
pero, en un momento dado, el cuerpo ya no puede soportar las exigencias que
se le imponen; está gastado y se desmorona. Llegar a ese punto requiere
tiempo, no suele producirse antes de los cincuenta o cincuenta y cinco años.
Como mantenerlo todo bajo control (las emociones, las personas que lo
rodean, el trabajo, los proyectos, las finanzas, etc.) produce un gran
estrés, aparecen las enfermedades típicas de éste.
El agarrotamiento
interno para no sentir nada puede causar con el tiempo otro tipo de
enfermedades. Los rígidos son inflexibles, están endurecidos, y esa dureza,
ese agarrotamiento se propaga por todo el cuerpo. No sorprenderá, pues, que
tengan enfermedades óseas (artritis, por ejemplo) o musculares, además de
úlceras de estómago y crisis cardíacas, todo ello debido a las rígidas
condiciones a las que ha sometido al cuerpo y al sistema nervioso.
Cuando al fin aparece
la enfermedad, la persona se encuentra desvalida, pues nunca ha sabido pedir
ayuda. Convertirse en alguien vulnerable y dependiente le resulta
terriblemente doloroso, es lo que ha tratado de evitar durante toda su vida.
Puede ser la ocasión de una profunda toma de consciencia. Si la persona
resiste y se aferra a su rigidez a pesar del mal estado de su cuerpo físico,
no tendrá ninguna posibilidad de sanar, y llevará su rigidez y su
sufrimiento hasta la tumba.
Automatismos en la
indumentaria
El rígido da mucha
importancia a su aspecto externo. Pero, contrariamente al psicópata, que
presta mucha atención a la ropa para hacerse notar, el rígido no quiere
llamar la atención. Viste bien, con elegancia y sobriedad, estilo «gente de
negocios», convencional. No quiere revelar nada de sí mismo, por oposición
al psicópata, que se expone a la luz del día. Su forma de vestir no debe
atraer la atención de nadie; además, ha de servir para guardar las
distancias con los demás.
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