|
LAS TRAMPAS EN LA
BÚSQUEDA ESPIRITUAL
El
esquizo se refugia con frecuencia en la espiritualidad, pero no para hacer un
verdadero trabajo de transformación, sino para justificar su abandono del mundo
material y poner su atención en otros mundos que, según sus memorias, son más
clementes que éste. Le apasiona la meditación (se justifica por su inhibición de
lo que ocurre en este bajo mundo, y nadie viene a molestarlo) y las enseñanzas
espirituales que le permiten cortar los lazos con el mundo concreto y aislarse
en ideales y visiones que lo desconectan de la realidad cotidiana. Insistimos en
que no estamos poniendo en entredicho ni la meditación ni las enseñanzas
espirituales, que son excelentes cuando sirven para que el alma se manifieste
más en el mundo, pero que no se han de utilizar para huir de él.
Los
esquizos elegirán vías que no exijan mucha disciplina (a no ser que esta
estructura se yuxtaponga a la quinta, la rígida). Se sienten muy atraídos por
todo aquello que tiene relación con las energías sutiles, buscarán guías
espirituales, tratarán de entrar en contacto con los ángeles, con las
«energías», que, en general, no son más que una ilusión astral. Desarrollarán
fácilmente lo que se llaman poderes psíquicos inferiores (clarividencia,
clariaudiencia, etc.). Harán «canalizaciones», recibirán numerosos «mensajes»
procedentes de los mundos espirituales que, en su mayoría, sólo son fáciles
conexiones con el astral y, en el mejor de los casos, no tienen más valor que el
de ser meras generalidades. Las reuniones de «grupos espirituales» les interesan
en la medida en que allí todo el mundo alimenta las mismas ilusiones.
Una vez
más, no son las actividades lo que se pone en entredicho. Ciertamente, es
posible entrar en contacto con los mundos sutiles y recibir información seria y
valiosa. Pero, para eso, se requiere un gran desarrollo de la inteligencia,
mucho discernimiento, un gran equilibrio y estar muy anclado en la Tierra.
El
esquizo que se inicia en el camino espiritual se interesa con frecuencia por las
enseñanzas de los libros. Le interesan todas las teorías sobre las cuales pueda
filosofar, desde las más serias hasta las más extravagantes, tanto más cuanto
que no lo conducirán a nada concreto.
Esta
estructura, a menudo apasionada por la espiritualidad, tiende a utilizar las
enseñanzas auténticas para justificar su huida. Por ejemplo, la estructura
esquizo utiliza la enseñanza que propugna la necesidad de desprenderse del mundo
material para justificar su desprecio y su rechazo del mundo, para no asumir
responsabilidad alguna y evadirse de él.
De la
misma forma utilizará las hermosas enseñanzas espirituales sobre la irrealidad
de este mundo y la ausencia de deseo para justificar su negativa a entrar en
relación con el mismo mundo, su negativa para actuar y construir; en definitiva,
para justificar su rechazo a utilizar su poder, un poder que le permitiría
manifestarse con plenitud. En este caso, no se trata en absoluto de un auténtico
desprendimiento, sino del miedo a vivir plenamente su humanidad. Utilizará por
igual otras teorías espirituales para justificar sus estruendosos fracasos en el
mundo de la manifestación concreta, tanto los relativos a sus proyectos de
trabajo como a sus relaciones con los demás.
|
|