ACTITUD GENERAL
ANTE LA VIDA: Retirada del mundo físico, ausencia, huida
El
sistema de defensa de esta estructura consiste en huir de cualquier experiencia
que le recuerde a la persona que está encarnada. A ese automatismo se añade un
bloqueo para no sentir, ni física ni emocionalmente, para no ser consciente de
que se está aquí.
El
mecanismo general de retirada condiciona de modo muy especial las pautas de
conducta. No es una actitud consciente, claro, pero no por ello menos
determinante; se manifiesta de muchas formas, a comenzar por la retirada de
energía. En cuanto se trata de participar, de manifestarse, de relacionarse, de
crear algo concreto, de desempeñar un papel en el mundo, es decir, de estar
aquí, se dispara la señal de alarma en el ordenador y el inconsciente retira la
energía. La persona pierde de pronto su motivación, no tiene ganas de moverse,
sólo quiere marcharse. Se ausenta. El mensaje que envía el inconsciente en ese
momento es en esencia el siguiente: «Atención, ya me he dejado atrapar una vez
en este mundo, y me han hecho mucho daño; esto es peligroso, no voy a empezar
otra vez; retirémonos, huyamos lo más lejos posible».
Ese
mecanismo hace que, al mismo tiempo, esté uno muy irritado contra un mundo en el
que no hay sitio para él. A la reacción de huida se añade así con frecuencia una
dinámica de separación y de desprecio: «Puesto que no quieres acogerme, te odio
y te desprecio». En todas las relaciones de la persona subyace esta declaración,
lo que implica una incapacidad de amar y de sentirse amado que arruina el rico
potencial de la vida...
Los
comportamientos de miedo y de separación característicos del ego, descritos en
los espacios anteriores, provienen en general de esta estructura. Según cada
persona, y según el bagaje que tenga acumulado del pasado, esta dinámica puede
estar reforzada por otras estructuras.
Los
medios para no estar aquí son numerosos; no todas las personas los utilizan
todos necesariamente.
La
actividad mental
El
inconsciente intenta retirar todo lo posible la energía del cuerpo físico. Según
el modo de realizarlo, nos encontramos con dos tipos de esquizo: los soñadores y
los intelectuales (pueden estar ambos en la misma persona). Lo que entraña dos
tipos de comportamiento:
1. Toda
la personalidad está adormecida; en ese caso, la persona tiene poca actividad
física y mental, y su potencial emotivo es más bien débil; tiene sueños
confusos, duerme mucho y está siempre en las nubes.
2. Toda
la energía se concentra en la mente; en ese caso, la persona tiene una gran
actividad intelectual. Se refugia con facilidad en teorías, en discursos
filosóficos, se interesa mucho por cuanto pertenece al mundo de las ideas, pero
de forma totalmente abstracta. Son personas que se creen muy inspiradas y
piensan que tienen grandes revelaciones que hacer al mundo. Pero, aunque son muy
habladoras, como su energía en general es baja, resultan poco convincentes. Se
escuchan a sí mismas. De todas formas, entrar en relación con los demás sería
entrar en este mundo, y eso no les interesa mucho. Su público está compuesto
normalmente por otros esquizos que comparten la misma actitud; sus discursos no
los comprometen a nada. Todo ocurre en la cabeza.
No se
involucra
En las
relaciones, en el trabajo, en cualquier actividad, trata de no implicarse
demasiado, de no comprometerse.
Huye ante los conflictos
El
esquizo no afronta nunca un conflicto. Huye de él de una forma u otra.
Huye
siempre de todas partes
Los
esquizos son con frecuencia grandes viajeros; si no física, al menos
mentalmente. Siempre están soñando con marcharse. Durante algún tiempo viven en
un determinado lugar, tienen un trabajo, un proyecto; y luego se van a otro
sitio, tienen otro trabajo, otro proyecto; y después otro; y luego otro. En
general son muy inestables; si pueden, se marchan en cuanto las circunstancias
se ponen un poco difíciles o en cuanto tienen que comprometerse algo más.
Les
atrae la «seudoespiritualidad»
Se hallan
con frecuencia esquizos en los llamados «grupos espirituales». Esta estructura
lleva a la búsqueda espiritual para justificar la huida o retirada de los
distintos campos de la vida.
Placeres preferidos por los esquizos
Lecturas
(muchas lecturas...), cine (teatro no, el teatro es demasiado humano), trabajo
manual de tipo artístico, soñar despierto, búsqueda espiritual y, en general,
actividades más bien intelectuales, solitarias y que no supongan demasiado
compromiso.
|