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Características
inferiores de los dos hemisferios cerebrales
En las características inferiores de los dos hemisferios cerebrales
reconoceremos fácilmente los condicionamientos de las estructuras del
carácter.
En el hemisferio cerebral izquierdo inferior encontramos en concreto lo
siguiente: el mecanismo de querer tener razón y mantener el propio punto de
vista a toda costa, la resistencia al cambio, el conformismo, el egoísmo
calculado, la insensibilidad, el racionalismo estrecho, el rechazo a la
apertura mental, el miedo a lo desconocido, la manipulación fría, el control
a toda costa por la rigidez mental, la arrogancia y el orgullo frío, etc.
Son características que se encuentran sobre todo en la estructura rígida.
En el hemisferio cerebral derecho inferior encontramos esencialmente lo
siguiente: la ausencia de control emocional, los comportamientos emocionales
irracionales, una sensibilidad excesiva, la pereza, la búsqueda del placer,
la irresponsabilidad, la inestabilidad, la falta de rigor, la incapacidad
para seguir una disciplina, el egoísmo emocional, el rechazo del compromiso,
la rebelión, la sumisión y toda la panoplia de emociones negativas. Se
encuentran estas características en las otras cuatro estructuras.
Esto hace que caigamos en la cuenta de que, aunque creamos estar en una
cultura de «hemisferio cerebral izquierdo», en la que predomina lo racional,
estamos también en una sociedad de hemisferios cerebrales derechos no
dominados. Nuestra sociedad parece apoyarse exteriormente sobre algunos
principios muy racionales; sin embargo, la mayor parte de la gente está
atrapada en mecanismos emocionales inconscientes. Las características de
nuestra sociedad que pertenecen en apariencia al hemisferio cerebral
izquierdo son expresiones de la estructura rígida (hemisferio cerebral
izquierdo inferior) que intenta mejor o peor controlar o reprimir las cargas
emocionales (excesos del hemisferio cerebral derecho inferior no dominado).
Si se quiere utilizar la mente superior para acceder al poder del alma,
habrá que desarrollar las cualidades superiores de ambos hemisferios. Con
mucha frecuencia, las personas que han emprendido un camino de
transformación han adquirido una gran sensibilidad (hemisferio derecho),
pero están limitadas sin saberlo por las cualidades del izquierdo que no han
sido desarrolladas. El verdadero desarrollo espiritual incluye la totalidad
de la mente superior, no solamente el aspecto sensible e intuitivo.
Para los que estén familiarizados con la enseñanza de los siete rayos,
digamos que la elección de la vía espiritual estaría condicionada por los
rayos sobre los que se encuentra la persona en una encarnación dada. De un
modo muy general, los rayos impares tendrían tendencia a preferir las vías
que desarrollan la mente superior a partir de las cualidades del hemisferio
cerebral izquierdo, y los rayos pares a trabajar más bien del lado del
hemisferio derecho. Pero, tarde o temprano, habrá que hacer una síntesis de
los dos aspectos.
El examen de las cualidades superiores específicas de cada uno de los
hemisferios cerebrales permite delimitar con mayor claridad los diferentes
aspectos de la mente superior que se pueden desarrollar en la vida
cotidiana. Algunos son evidentes y se proponen en todas las enseñanzas
espirituales, antiguas o recientes; otras, lo son menos.
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