El tedio
es la sensación de fastidio que surge dentro de una situación de aburrimiento
intenso y duradero. Es un sentimiento que aparece cuando vemos que lo que
estamos haciendo (o dejando de hacer, ya que va muy unido a la pasividad) no da
más de sí, ya que se ha convertido en una situación insoportable. El tedio es,
por tanto, como la culminación de un período durante el cual sentimos un
progresivo vacío interior. La paradoja está en que el mismo tedio puede
aprisionarnos, dificultándonos el salir de su círculo, con lo que, por
pasividad, nos mantenemos en una situación tediosa como si no tuviésemos fuerzas
suficientes para poder escapar de ella.
La lucha
contra el tedio pasa por dos vertientes: evitar que aparezca, y, si ya apareció,
conseguir eliminarlo lo antes posible. Para evitar la presencia del tedio es
necesaria una buena programación de todas nuestras actividades diarias, saber a
qué vamos a dedicar nuestro tiempo y planificarlo según apetencias que estén a
nuestro alcance, lo que además de librarnos del tedio, puede aumentar nuestro
rendimiento personal. Se trata de intentar sacar el máximo partido a todo lo que
hacemos, organizándonos para trabajar o estudiar con la máxima eficacia, y
disfrutar plenamente de otras actividades de ocio o descanso. Una buena
organización evita esos lapsos más o menos prolongados de tiempo en que tenemos
la sensación de no saber o no tener nada que hacer y que nos puede sumir en el
tedio.
Otras
veces, el tedio nos invade dentro de una actividad rutinaria que estamos
realizando de forma más o menos obligatoria. Si esto es así, lo más probable es
que progresivamente hayamos ido abandonando posibilidades de cambio y
gratificación, por una falta de entrega plena a la misma, que conduce a una
tediosa rutina. Hay que plantearse entonces una visión más amplia de esa
actividad, exigiéndonos una superación cualitativa que proceda de nuestras
posibilidades creativas. Organización planificada, es decir, orientada hacia el
futuro, creatividad y un espíritu abierto capaz de descubrir las nuevas
posibilidades que ofrece una misma situación, pueden ser tres armas básicas para
luchar contra el tedio, especialmente si las aplicamos en colaboración con otras
personas, o al menos, dentro de un ambiente de buena comunicación interpersonal.