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Glastonbury:
La legendaria Avalón
El otero de Glastonbury se eleva sobre las llanuras de Somerset, con las
ruinas de una iglesia en su cima que señalan, de manera inconfundible, uno
de los lugares más misteriosos de Inglaterra. Glastonbury, donde se
construyeron los primeros edificios cristianos del país, está inmerso en
la tradición y la leyenda, el mito y la ficción. Esta pequeña y bulliciosa
población atrae a todo tipo de visitantes. El romántico acude atraído por
las leyendas del rey Arturo; el peregrino, por su antigua tradición
cristiana; el místico pretende encontrar el Santo Grial, y el astrólogo se
siente atraído por el rumor de que hay un zodíaco trazado sobre el
paisaje.

En
la antigüedad Glastonbury era casi una isla.
Glastonbury era casi una isla rodeada de pantanos y tierras anegadas
cuando se establecieron allí los primeros cristianos, en una época no muy
concreta. La fecha fidedigna más antigua corresponde al año 705, cuando el
rey Ine fundó un monasterio que pasó a poder de los benedictinos en el
siglo X. Las excavaciones arqueológicas han descubierto huellas de
edificios más antiguos, de zarzo encalado, erigiéndose a lo largo de los
siglos muchas sólidas construcciones de piedra, de las que ahora tan sólo
se aprecian los contornos. Quedan restos sustanciales de la iglesia de la
abadía construida en los siglos XIII y XIV, que poseía una mística propia.
La capilla de la Virgen de la abadía del siglo XII se alzó en el
emplazamiento de una iglesia anterior, siendo destruida por un incendio en
1184. Era ésta la Iglesia Vieja, edificada, según la tradición, por José
de Arimatea, el hombre que amortajó el cuerpo de Jesús y lo condujo a la
sepultura. Según la leyenda, José emigró posteriormente a Glastonbury y
construyó allí una iglesia. Otra leyenda asegura que José llegó en una
canoa a la colina de Wearyall y se apoyó en su bastón con el propósito de
rezar. El bastón echó raíces y se convirtió en el espino de Glastonbury,
que aún florece en Pascua y en Navidad en los terrenos de la abadía y
frente a la iglesia de San Juan.
¿Está enterrado aquí el rey Arturo?

La
ruinas de la abadía de Glastonbury se alzan en terreno sagrado.
Posiblemente, el
mayor misterio de Glastonbury resida en saber si el cuerpo del rey Arturo
está enterrado en los terrenos de la abadía. A pesar de que los monjes
aseguraron haber encontrado sus restos y los de su esposa Ginebra en 1190,
siguen existiendo dudas al respecto. Otras evidencias recientes parecen
indicar que se halla enterrado en Gales del Sur, cerca de Bridgend.
Después de su última batalla en Camlan (cuyo emplazamiento aún se
desconoce), el rey moribundo fue trasportado a la isla mística de Avalón.
Momentos antes, Arturo ordenaba a sir Bedivere que arrojara a un lago su
espada Excalibur; y cuando el caballero así lo hizo, una mano surgió del
agua y sujetó la espada. ¿Dónde sucedieron estos extraños hechos? La
respuesta más popular indica que en el puente de Pomparles, actualmente
desecado, cerca de Glastonbury.
La tumba, en los terrenos de la abadía, se descubrió después de que un
bardo galés revelara el secreto del enterramiento al rey Enrique II. El
rey informó al abad de Glastonbury, y cuando se reconstruyó la abadía,
tras el incendio de 1184, los monjes trataron de encontrar la tumba. A
unos dos metros de profundidad descubrieron una losa de piedra con la
inscripción "Hicfacet sepultus inclitus rex arturius in insula avalonia"
(«Aquí yace enterrado el ínclito rey Arturo, en la isla de Avalón»). Y dos
metros y medio por debajo de la losa había un ataúd tallado en un tronco
hueco, que contenía los huesos de un hombre de 2,4 metros de estatura, con
el cráneo hendido, así como huesos más pequeños que se identificaron como
de Ginebra por los mechones de pelo rubio que les acompañaban.
El arqueólogo británico Ralegh Radford confirmó en 1962 el descubrimiento
de una tumba, pero no pudo demostrar a quién había pertenecido. El lugar
señalado como «la tumba de Arturo» es, en realidad, aquél donde se
sepultaron de nuevo los restos en 1278, en un sepulcro de mármol negro
delante del altar mayor. La tumba original no está señalizada, pero se
encontraba a quince metros de la puerta sur de la capilla de la Virgen.
Las leyendas del otero

Lo
único que queda de la iglesia de San Miguel, que se alzaba en el otero, es
la torre.
El rey Arturo había
mantenido, anteriormente, relación con Glastonbury, acorde un relato ya
vigente antes del descubrimiento de la tumba. Melwas, rey de Somerset,
raptó a Ginebra y la tuvo prisionera en Glastonbury. Arturo acudió al
rescate con un grupo de caballeros, pero el abad consiguió que ambos
parlamentaran en vez de enfrentarse.
Durante las excavaciones realizadas en la década de 1960 se descubrieron
restos de antiguos edificios de madera en la cima del otero, a 150 m de
altura, pero no hay modo de saber si fue ésta la residencia del rey Melwas
o un edificio monástico. En cualquier caso, sus habitantes gozaron de una
vida confortable: entre los hallazgos son de señalar hornos metalúrgicos,
abundantes huesos de vaca, cordero y cerdo, así como fragmentos de
cerámica que parecen indicar que allí se bebía vino del Mediterráneo.
En el medievo, los
monjes de Glastonbury construyeron una iglesia en lo alto del otero,
dedicándosela a San Miguel Arcángel, pero la misma se derrumbó en un
terremoto. Todo lo que queda hoy día es la torre de una iglesia construida
más tarde en sustitución de la anterior. Probablemente, la intención de
los monjes era cristianizar el otero pagano, que según la leyenda
constituía la entrada al Annwn, el ultramundo oculto donde reinaba Gwyn ap
Nudd, rey de las hadas. En el siglo VI, San Collen visitó a Gwyn en el
otero, ingresando por una entrada secreta que daba a un palacio. Al verse
sujeto a tentaciones, roció el lugar con agua bendita, con lo que el
palacio desapareció y el santo se encontró solo en el otero.
El Pozo del Cáliz

El
Pozo del Cáliz.
Al pie del otero
hay un viejo pozo cuyas aguas resuenan como el latido de un corazón. Las
aguas se hallan teñidas de rojo por el óxido de hierro, por lo que también
se le llama Fuente de la Sangre, pero su denominación más famosa es la de
Pozo del Cáliz, pues, según la tradición, allí está oculto el Santo Grial,
el legendario cáliz que utilizó Jesús en la última Cena y que José de
Arimatea llevó a Inglaterra. Se decía que el Grial detentaba poderes
milagrosos, siendo procurado en vano por muchos de los caballeros de la
Tabla Redonda del rey Arturo. Es posible que las leyendas de Glastonbury
no tengan suficiente base real, pero han impregnado la zona con un aura de
misterio que muy pocos lugares generan. El cronista del siglo XII William
de Malmesbury escribió que la abadía de Glastonbury tenía «un cierto aroma
de santidad celestial desde sus mismos cimientos, y lo exhalaba por toda
la región...» A pesar de los cambios posteriores y el desarrollo moderno,
Glastonbury sigue siendo, como dijo De Malmesbury, «un santuario celestial
en la Tierra».
El templo de las estrellas de Glastonbury
La dama del
Zodíaco
La escultora
inglesa Katharine Maltwood provocó un sinnúmero de discusiones en 1929 con
la publicación de su libro "El Templo de las Estrellas de Glastonbury".
Según sus declaraciones, mientras investigaba la Historia del Santo Grial
(escrita en Glastonbury hacia 1200), descubrió un conjunto de figuras
enormes trazadas sobre el campo de Somerset, al sur de Glastonbury. Estas
figuras, cuyos contornos estaban definidos por los perfiles naturales de
ríos, senderos, colinas, zanjas y terraplenes, representaban los doce
signos del zodíaco. Katharine Maltwood logró relacionar el simbolismo de
estas figuras con la historia del Santo Grial y las leyendas del rey
Arturo.
El zodíaco de Glastonbury
Tan arcaico como
las colinas y los ríos que definen sus figuras, el zodíaco de Glastonbury
se extiende sobre el paisaje natural formando un gran círculo de 16 km de
diámetro. Los antiguos completaron los dibujos astrológicos con senderos,
canales y terraplenes. Este Templo de las Estrellas es una síntesis de
astrología, leyendas arturianas y filosofía de la Nueva Era. Se necesita
mucha paciencia e imaginación para captar su significado, basado en
asociaciones de nombres geográficos y leyendas más que en datos
históricos. Arturo es Sagitario, su esposa Ginebra es Virgo, el mago
Merlín es Capricornio, y sir Lanzarote, Leo. Glastonbury está situada en
Acuario, representado por un fénix la Nueva Era surgiendo de las cenizas
de la antigua. El Pozo del Cáliz se halla en el pico del ave, el toro es
su cabeza, y la abadía, el castillo del Grial.
La avanzadilla del zodíaco
La inglesa Mary
Caine, profesora de arte, es la principal especialista en el estudio del
zodíaco de Glastonbury. Es miembro de la orden de Druidas de Londres y ha
aportado gran cantidad de detalles al simbolismo del zodíaco, que ha
filmado desde el aire. Su principal contribución es el descubrimiento de
un rostro mesiánico en la figura de Géminis, entre las poblaciones de
Glastonbury y Somerton. Otra importante aportación de Mary Caine ha sido
el descubrimiento de un zodíaco similar en la zona de Kingston-on-Thames,
del condado inglés de Surrey. |
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