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Auto seguridad: el
problema de la seguridad
Los seres humanos necesitamos la seguridad como un estado imprescindible
para desenvolvernos y desarrollarnos integralmente.
Sin embargo, vivimos tiempos inseguros, la incertidumbre y la violencia
forman parte de la vida cotidiana. En Europa, afecta hasta el 26 % de la
población. En algunos países de América Latina la inseguridad alcanza a más
del 80 % de los ciudadanos. Esta realidad impone que cada individuo asuma
una conducta de prevención, reserva y cautela, porque es evidente que en
incontables comunidades, los gobiernos no se encuentran en capacidad de
atender y garantizar la seguridad, evitando los riesgos y peligros que
sufren los ciudadanos y sus bienes.
Todo ser se encuentra dotado de mecanismos biológicos que le permiten
enfrentar situaciones peligrosas, bien se usen para huir o para resistir una
agresión. Pero, además de la adrenalina que de forma automática nos provoca
el miedo o la amenaza, debemos aprender a usar un comportamiento de
precaución como principal medida preventiva: Prepararnos y disponernos
anticipadamente para evitar los riesgos.
Es fácil decir que uno es libre para ir sólo adonde quiera y vestir y
ostentar como se desea, pero lamentablemente hoy tenemos que pensar en ir
adonde se pueda y sea seguro, y vestir convenientemente.
Tanto en lo psicológico como en lo fisiológico, tenemos que estar dispuestos
para reducir los riesgos y actuar con serenidad ante las eventualidades
inciertas. Para ello, será necesario visualizar circunstancias indeseadas y
pensar primero como evitar que ocurran, para luego practicar simulacros en
caso de darse los acontecimientos. De esta manera impediremos que se
presenten, o minimizaremos las probabilidades de salir mal, en un escenario
comprometido.
Es obvio que lo natural sería que el Estado dotara de la seguridad para que
sus ciudadanos pudieran vivir tranquilos, pero esto no es el contexto
actual. Por ello, los ciudadanos deben practicar la cohesión social. En una
sociedad insegura, la comunidad no debe dejar en manos de las autoridades su
seguridad. La experiencia demuestra que los cuerpos policiales, en buena
medida, pueden llegar a conformar parte del problema. Los ciudadanos tienen
que organizarse con el objeto de mantener protegido y resguardado su
entorno. Cada comunidad conoce sus riesgos y peligros, y cuando sus
individuos se reúnen y los exponen, generalmente encuentran soluciones
apropiadas para hacer más seguro su medio ambiente. Lo cual incluye prevenir
y enfrentar el problema, así como exigir a las autoridades y policías un
proceder más acorde con los terribles momentos que se sufren. |
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