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LA VISIÓN
FEMINISTA DEL INCESTO
Tras sacar a la luz pública la violación y los malos tratos a las esposas,
las feministas han empezado a ocuparse del incesto realizando varias
advertencias sobre él. En primer lugar, ponen en guardia contra la
posibilidad de culpar a la víctima, es decir, de sugerir que la hija inicia
el incesto con su padre merced a su conducta seductora, y que, en
consecuencia, no se puede hacer responsable al progenitor. Las pruebas
muestran que, por regla general, el padre comienza la relación; aunque la
iniciase la hija, no cabe duda de que el padre, por su edad y por su
posición de responsabilidad en la familia, debe rechazarla. La pauta más
corriente consiste en que el incesto comience cuando la hija tiene 8 o 9
años, edad a la que resulta difícil responsabilizarla. En segundo lugar, las
feministas indican que éste es otro caso en el que el hombre ejerce el peder
y el control sobre las mujeres; el padre utiliza su poder dentro de la
familia para obligar a su hija a realizar una actividad sexual con él. En
tercer lugar, las feministas quieren alertar al público con respecto a la
frecuencia del incesto y al daño psicológico que puede causar en la mujer.
Las terapeutas feministas manifiestan que hay mujeres que acuden a ellas
quejándose de cosas que, en apariencia, nada tienen que ver con el incesto,
pero que, durante la terapia, salen a la luz historias incestuosas que
habían estado reprimidas.
Se plantea aquí un conflicto entre distintos puntos de vista: las feministas
están alarmadas por el daño psicológico que provoca el incesto, pero los
sexólogos, atendiendo a otros estudios, concluyen que el incesto no siempre
es perjudicial. Creemos necesario resolver esta diferencia. La resolución
radica en el hecho de que cada uno de estos grupos se fija en distintas
clases de incesto. Los sexólogos, atendiendo a las cuestiones relativas a
las muestras de la población general, comprueban que el incesto entre
hermanos es la forma más corriente, lo analizan y descubren, en general,
consecuencias menos graves. Las feministas se centran en el incesto entre
padre e hija porque representa un caso evidente de abuso de poder del varón,
descubriendo que las consecuencias son graves. Una vez más, la conclusión
respecto al impacto psicológico del incesto sobre la víctima es que depende
de muchos factores. |
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