|
AMIGOS
PARA SIEMPRE
Los hay que duran y perduran cultivando al alimón el calor de la amistad.
Otros, por el contrario, entierran rápidamente sus lazos amistosos. Así, de
la misma manera que se ama con pasión al amigo, también, bruscamente, se le
puede dejar de amar. Esta contradicción entre la intensidad de los
sentimientos que pueden unir a dos jóvenes y su carácter inconstante y
pasajero está en la imagen de la personalidad inestable del adolescente.
La amistad, pues, por apasionada y exclusiva que sea, y quizá precisamente a
causa de ello, a veces no es duradera. Se dice que el adolescente se
inflama, pero son casi siempre llamas tan breves como violentas... Basta a
menudo que el amigo o la amiga cambie de escuela y hasta de clase para que
los vínculos se relajen. También, en el momento en que uno de los compañeros
se vuelve hacia el otro sexo, se trueca una amistad que parecía
indestructible.
Incluso hay quien dice que hacen falta circunstancias particularmente
favorables para que una amistad nacida antes de los 16 o 17 años sobreviva a
la adolescencia misma. Y se justifica esta vida efímera de la amistad
juvenil en los propios mecanismos de identificación y proyección. De tal
manera actúan, que la identificación, por ejemplo, suprime la distancia
entre dos seres: se apropia uno los sentimientos, las opiniones, las ideas
del otro al mismo tiempo que le presta sus propias reacciones, la relación
es tan íntima que impide aplicar' al otro un juicio objetivo, por falta de
distancia.
Asimismo, en la medida en que el adolescente proyecta en el amigo su Yo
idealizado, en la medida en que le ama menos por sí mismo que por la imagen
que se hace de él, la separación y la ruptura de la amistad, por
desgarradoras que puedan ser, encuentran fácilmente remedio: el amigo o la
amiga serán pronto sustituidos.
En cambio, a partir del momento en que el adolescente toma conciencia de lo
que es él en realidad y de lo que quiere ser, y se afirma de una manera cada
vez más personal, es decir, a partir del momento en que deja de
identificarse con otro para no identificarse más que consigo mismo, sus
relaciones de amistad van a ser más estables: el amigo será visto tal como
es, con sus virtudes y sus defectos, y se le querrá por lo que es en
realidad. Además, los sentimientos y emociones que empezó proyectando en su
amigo -no olvidemos que la amistad está al principio cerca del amor-, con la
intensificación de las pulsiones sexuales se dirigirán pronto al compañero
del otro sexo, despejando el halo pasional que incidía en la amistad, la
cual entonces se hará más serena y, por lo tanto, más duradera. Y ahora sí
que podrán ser amigos para siempre. |
|