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Aleister Crowley: La Gran Bestia
Aunque la estancia de Crowley dentro de la Golden Dawn sólo cubre un corto
período, los destinos de la Orden y del mago más temido de Inglaterra aún se
asocian y se entremezclan por el legado de extravagancia, locura y
controversia que acompañó la gestión del que alcanzó el título de Frater
Perdurabo dentro de la Golden Dawn. Hojeemos el Necronomicrón para chequear
algunos datos de la Gran Bestia.
Edward Alexander Crowley nació en Leamington, Warwickshire, el 12 de octubre
de 1875. Su padre murió a edad temprana y fue educado por un tío que lo puso
en manos de un tutor, que fue el que lo “inició en las carreras de caballos,
juegos de apuestas, billares, y mujeres”. Todo un aprendizaje. Su formación
adulta prosiguió en los claustros de la prestigiosa Cambridge, y a imitación
de su ídolo de juventud Oscar Wilde, se inició en la homosexualidad y en la
poesía, aunque en este terreno no alcanzó la misma gloria que su querido
idolatrado. De esa época queda como recuerdo una colección de poemas
pornográficos titulado White Satin, “crónica de un poeta que desciende a un
universo de necrofilia, bestialidad y muerte”. Y sólo tenía 21 años.
La
entrada de Crowley al mundo de la magia tiene lugar entre 1899 o 1900.
Enseguida demuestra un gran dominio en estos asuntos que le valen la
aceptación inmediata de los grandes maestros ocultistas de la época. La
irrupción de Crowley en la Golden Dawn es recibida con recelo, a pesar de
que fue el propio Mathers quién lo eligió como adepto y posible sucesor.
Pero poco después de estos hechos se produce la disolución de la Orden y
acto seguido Crowley se aleja de la Golden Dawn para iniciar su propia
Logia, el Astrum Argentinum. Trevor Ravenscroft brinda en uno de los
capítulos de Hitler: Conspiración de las Tinieblas, una descripción
aterradora acerca de las verdaderas intenciones de la Gran Bestia:
“... Pasó rápidamente por las técnicas de aficionado de culto y se dedicó en
serio a la práctica efectiva de la magia negra, de una forma nueva por
completo. En comparación con Crowley, puede decirse que todos los miembros
de Alba Dorada no eran más que muñecas durmientes jugando a las charadas
ceremoniales (...) Sus estudios se concentraban en todas las formas del
iluminismo sexual y, hacia 1912, había alcanzado el Noveno Grado de una
falsa y clandestina logia de Berlín, Ordo Templi Orientis, que se ocupaba
tan solo de la magia sexual. Ascendiendo a través de la magia autosexual,
una forma de masturbación mágica, llegó a los grados más altos, en los que
el acto sexual se convertía en el punto central de la ceremonia, en el que
los participantes tomaban el elixir de la vida, extraído de la mezcla de las
secreciones masculinas y femeninas...”
En otro párrafo Ravenscroft detalla “...En la época que Crowley había pasado
por la Abadía de Thelema (La Abadía de Thule), en Sicilia, se había
implicado en prácticas sexuales más perversas y sádicas en grado sumo. Sus
ritos incluían sacrificios animales, orgías heterosexuales, flagelaciones
cruentas, sodomía, ya que había descubierto que los excesos en los rituales
más sádicos despertaban la visión penetrante hacia los instrumentos de las
inteligencias malvadas, y además invocaba poderes mágicos fenomenales (...)
Crowley había invocado al Anticristo para que se manifestara, a la Bestia de
la revelación invocada por Ernest Pretzsche y Guido Von Lizt en Viena, el
mismo espíritu apocalíptico que se había aparecido a Dietrich Eckart y
Alfred Rosenberg en las sesiones espiritistas del grupo Thule, en Munich...”
Conexión Crowley-Alemania
Nada de lo que en este espacio hemos mencionado tendría algún interés sino
fuera porque Crowley influyó de manera efectiva en la Logia Thule Alemana,
que tuvo en el mago inglés un gran mentor. Pero a diferencia de Crowley,
quién nunca mató a nadie, la Thule, citando a Ravenscroft, era conocida en
varios círculos de la época como una “Sociedad de Asesinos”.
Sin embargo, los lazos de Crowley con Alemania no se redujeron a
intercambiar recetas mágicas, también hubo muestras concretas de parte de
Aleister hacia los germanos, sobre todo en le período de la Primera Guerra
Mundial, “ya que a instancias de un alemán residente en New York, George
Silvestre Viereck, acabó dirigiendo las revistas The Fatherland y The
International, sin olvidar su ya mencionada conexión con el grupo gnóstico
alemán O.T.O. (Ordo Templis Orientis), encabezado por cierto Theodore Reuss,
que lo nombró a cargo de la filial británica y le encargó la escritura de un
rito que Crowley bautizó La Misa Gnóstica”.
Crowley tuvo un final menos ruidoso del que provocó en vida, falleció en
soledad de afectos en 1947. Y se dijo que sus últimas palabras fueron: “A
veces me odio a mi mismo”. La Golden Dawn con su etapa Crowley incluía son
una acabada demostración de que existían lazos de comunicación entres las
Logias de Alemania e Inglaterra. Sin embargo los ocultistas alemanes no
fenecieron en Ordenes Secretas, y Círculos Mágicos, su prédica, alcanzó los
estratos más altos del engranaje nazi, que le permitió la entrada y le dio
su venia. |
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