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ALCOHOL, TABACO Y OTRAS DROGAS
Los padres y los adultos en general que están preocupados con respecto al
abuso de sustancias por parte de los adolescentes, habitualmente piensan en
términos de heroína, cocaína y otras drogas fuertes. Obviamente, dichas
drogas son dañinas pero su consumo por parte de los adolescentes es ínfimo
comparado con el de otras sustancias perjudiciales, como el tabaco, el
alcohol y la marihuana o mariguana (el popular porro).
El tabaco, por ejemplo, a largo plazo es responsable de más pérdidas de años
de vida que todas las otras drogas combinadas. El alcohol, sin ir más lejos,
se encuentra implicado en más de la mitad de los accidentes automovilísticos
fatales de los jóvenes. Y la marihuana interfiere con el aprendizaje y la
memoria.
Las diferenciaciones propuestas entre drogas lícitas e ilícitas, o entre
blandas y duras, ha provocado desorientación y confusión entre los adultos
responsables del cuidado de los adolescentes y en la propia población
juvenil. Asimismo, diferenciar la simple experimentación aislada de una
droga, del consumo frecuente, del abuso y de la adicción o
farmacodependencia, puede ser muy difícil tanto para los padres como para el
médico; pero es posible proponer varias generalizaciones:
- Primero, cuanto más joven es un adolescente cuando se inicia en el consumo
de una sustancia, mayor es la posibilidad de que progrese en la cantidad y
variedad del uso.
- Segundo, los adolescentes habitualmente serán menos capaces de limitar el
consumo que los adultos.
- Tercero, la experiencia con sustancias adictivas es muy diferente ahora de
lo que fue en el pasado. Así, por ejemplo, la introducción de nuevas
sustancias (productos "de diseño") es masiva y no hay un conocimiento previo
de ellas; también las sustancias ya conocidas son actualmente diferentes,
como en el caso de la marihuana, por ejemplo, que en los años setenta
contenía menos del 0,2 % del compuesto químico THC
(tetrahidro-cannabinol-delta-9) y 20 años después contiene un promedio del 2
al 6 %, llegando en algunos casos al 14 %.
- Cuarto, no hay que olvidar que, independientemente de la actitud de
algunos padres y educadores (por ejemplo, los que promueven el "uso
responsable"), el consumo de drogas ilegales, no importa dónde y por quién,
es siempre un delito. |
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