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Las consecuencias de mantener una práctica sexual de riesgo en la
adolescencia, es decir, sin tomar precauciones, pueden ser un embarazo no
deseado o sufrir el contagio de una enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Las ETS son todas aquellas enfermedades infecciosas que se transmiten a
través de las relaciones sexuales con una persona contaminada.
La infección por el VIH tiene importantes repercusiones en la vida de las
personas infectadas, puesto que éstas han de afrontar una serie de
estresores de naturaleza fisiológica, psicológica, social y económica.
Precisamente el llamado sida social, que se refiere al rechazo o
discriminación que padecen las personas infectadas por el VIH, por parte de
las no infectadas, debido al miedo de éstas a contraer la enfermedad
mediante comportamientos sociales tales como besar, estrechar la mano,
abrazar, toser..., constituye un factor importante que afecta emocionalmente
a aquéllas.
En general, este tipo de enfermedades se viven con vergüenza, sobre todo si
las padece un adolescente, ya que tiene que reconocer que se ha contagiado
por mantener relaciones sexuales.
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