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El cangrejo, el
león y la virgen
Cáncer, el cuarto signo del zodíaco,
presenta la imagen de un cangrejo, lo cual indica la naturaleza acuática de
este primer signo de agua. En un nivel de simbolismo más profundo, Cáncer
está vinculado con las aguas uterinas y, por lo tanto, con la matriz, el
nacimiento y la maternidad. Este simbolismo secreto se aplicó con muchas
finalidades diferentes; por ejemplo, en los horóscopos que simbolizaban la
creación del mundo -el así llamado thema mundi- Cáncer solía hallarse
en el ascendente (es decir, el que se eleva en el horizonte). Como los
astrólogos consideran al ascendente uno de los puntos más significativos de
un horóscopo, Cáncer era uno de los elementos más importante en las cartas
asociadas con el nacimiento de todas las cosas.
La vinculación de Cáncer con
el nacimiento tenía su raíz, además, en un antiguo punto de vista sobre la
naturaleza espiritual del mundo que, en la actualidad, nos resulta casi
totalmente ajeno. Se creía que alrededor de la Tierra se encontraban las
esferas celestiales, una serie de caparazones concéntricos. Se suponía que
cada esfera estaba habitada por seres espirituales y era "gobernada" por un
planeta. Y cada planeta, a su vez, estaba asociado con algunas de las
categorías de la jerarquía espiritual, denominadas popularmente ángeles,
arcángeles, etc.
Se creía, además, que cuando
un espíritu venía a alojarse en un cuerpo humano en el momento del
nacimiento, pasaba por cada una de estas esferas, absorbiendo, por así
decirlo, las fuerzas espirituales relacionadas con los planetas. La última
etapa de este descenso era la esfera de la Luna, que estaba encomendada al
arcángel Gabriel. La Luna rige a Cáncer; por eso el signo está íntimamente
vinculado con las experiencias prenatales.
En las curiosas imágenes
zodiacales que todavía se conservan en el baptisterio de la catedral de
Parma (Italia) y que datan del siglo XIII, pueden observarse algunos
vestigios de esta idea. Aquí Cáncer está representado por un cangrejo de río
-como en algunos otros zodíacos medievales- cuya cola cubre en parte el halo
del arcángel Gabriel. El simbolismo adquiere especial importancia aquí
porque se trata de un baptisterio, el lugar donde, por medio del acto del
bautizo, un niño recién nacido se vincula con el mundo espiritual. Esta
importante conexión entre Gabriel, el nacimiento y las experiencias
prenatales del alma en la esfera de la Luna explican sin duda por qué
Gabriel fue elegido para comunicar a María la noticia del próximo nacimiento
de Jesús.
El signo de Cáncer, es un
símbolo gráfico de la vacilación. La gente nacida bajo este signo se
distingue por su variabilidad -su carácter "lunático", como suele decirse-,
y la imagen del cangrejo se adapta muy bien a este aspecto de los Cáncer,
que bien puede dispararse primero hacia un lado y después hacia otro.
La mutabilidad de los Cáncer
suele limitarse a su vida emocional. En contraste, suelen apegarse a sus
hogares, posesiones materiales e hijos. Esta curiosa estabilidad en una
personalidad tan vacilante en otros aspectos se asocia con la tendencia de
Cáncer a aferrarse al pasado. La infancia es el reino del Cáncer, ya que él
o ella no olvidarán fácilmente el reino espiritual de la esfera lunar que
precedió inmediatamente a la vida terrenal. Gabriel nunca está muy lejos de
ellos, como sugiere el simbolismo de Parma.
Leo ha tenido la misma imagen
-la de un león- desde los tiempos más remotos. Leo es uno de los cuatro
signos fijos (los otros tres son Tauro, Escorpión y Acuario). No hay duda de
que están asociados con cualidades de "fijeza" en la personalidad, con la
testarudez y la perseverancia. Cuando en los primeros siglos de la era
cristiana el antiguo simbolismo del zodíaco fue adaptado a la nueva
religión, los cuatro signos fijos fueron adoptados para representar a los
cuatro evangelistas. Tauro representaba a Lucas, Escorpión a Juan, Acuario a
Mateo y Leo a Marcos.
Este importante simbolismo
aparece en muchas catedrales para expresar enseñanzas y tradiciones
vinculadas con el Sol, un símbolo de Cristo.
Como Leo es regido por el Sol,
el león es colocado con frecuencia dentro y fuera de las iglesias de manera
que sea el primero de los cuatro signos fijos que reciba la luz del Sol. En
la catedral de Chartres (Francia), por ejemplo, los cuatro símbolos de los
evangelistas rodean al Cristo en majestad; el león es la primera figura que
el Sol ilumina cada día.
A veces el simbolismo es aún
más profundo. En Orvieto, en la Italia central, los simbolos de los cuatro
evangelistas están dispuestos a lo ancho de la fachada de la catedral; el
toro de san Lucas está en el extremo sur, de modo que es el primero en
recibir la luz del Sol. Sin embargo, da la espalda al Sol, ya que sus ojos
miran a la Virgen y al Niño que se hallan en medio de las cuatro figuras, y
es el león el que primero recibe la luz del Sol en la cara.
En el simbolismo medieval, la
humanidad aparece con frecuencia dividida entre los poderes del Sol y de la
Luna. Entre las más notables de esas imágenes, por su sutil simbolismo,
figura un capitel tallado de la catedral de San Pedro de Ginebra (Suiza).
Melquisedec, el sumo sacerdote judío, sostiene la sagrada forma (el pan
transformado en el cuerpo de Cristo) en la mano derecha, y en la izquierda
el cáliz que contiene la sangre del Redentor. Su nombre, grabado en la
columna superior, fue ligeramente modificado para expresar una idea
astrológica. La "M" fue tallada como un símbolo de Leo, y se encuentra justo
encima de la hostia. La letra final, "c", separada del resto de la palabra,
está dibujada como un símbolo lunar y aparece encima del cáliz. El sacerdote
en un símbolo del hombre corriente, situado entre las fuerzas del Sol y de
la Luna. Está vinculado con el mundo espiritual por medio de su propia
sangre (el corazón de Leo) y de la sangre de Cristo (el líquido del cáliz).
El siguiente signo del
zodíaco, Virgo, está íntimamente vinculado, debido a la tradición cristiana,
con la Virgen María. Los primeros artistas cristianos vieron pronto la
posibilidad de adaptar la imagen de una joven (en el reino de las estrellas)
como imagen de la Virgen que dio a luz a un niño (en el mundo espiritual).
Los artistas bizantinos y renacentistas insistieron en colocar una estrella
en el hombro o en la cabeza de la Virgen María, hábito que sólo puede ser
entendido en relación con el signo zodiacal de Virgo. La estrella más
brillante de la constelación es La Espiga (Spica en latín), y por esta razón
muchas imágenes de Virgo muestran una doncella que sostiene una espiga en
las manos. Esta imagen es adecuada al simbolismo cristiano, que veía el
trigo como una imagen de Cristo, el "pan" que alimentaría al mundo. Y tal
como la Virgo de las constelaciones sostenía una espiga de trigo, la Virgen
sostuvo al niño Jesús. De hecho, muchas imágenes de la Virgen María la
representan con la espiga de trigo, o con muchas espigas cubriendo sus
vestiduras.
Otra veta de simbolismo
cristiano aparece en las imágenes de la Virgen en que está sosteniendo una
rueca. Ello hace referencia a uno de los evangelios apócrifos, según el cual
María estaba hilando lana cuando el arcángel Gabriel se le apareció para
comunicarle que iba a tener un hijo. Cuando los significados profundos de la
rueca y la espiga se perdieron, los pintores y escultores representaron a la
Virgen sosteniendo una flor, lo cual seguramente pretendía representar el
florecimiento de la virginidad juvenil.
La figura de Virgo en la
catedral de Amiens (Francia) sostiene algo que puede ser trigo. Pero esto no
importa mucho, ya que el simbolismo más profundo de esta talla reside en el
hecho de que la doncella se encuentra flanqueada por dos árboles: los
árboles por los que la humanidad cayó y fue redimida. En un árbol habita la
serpiente que tentó a Eva, y el otro representa el "árbol", la cruz en la
que murió Jesús. Esta Virgo es una imagen de María, la madre de Cristo,
situada como mediadora entre los dos árboles.
En la catedral de Chartres el
arreglo de las figuras zodiacales es sorprendentemente rico en simbolismos
y, además, la posición de la imagen de Virgo encierra una importancia
especial. La figura se halla situada en la parte más alta del arco, junto
con el arquero Sagitario, que es un símbolo militar. La catedral está
dedicada a la Virgen María y, según las tradiciones esotéricas, fue
financiada por la orden militar de los caballeros templarios. Así, esta
curiosa yuxtaposición de Virgo y Sagitario, muy separados en el zodíaco,
resume la fundación y advocación de la catedral.
En el símbolo de Virgo se ha
querido ver, con frecuencia, una deformación de las letras MV, que
significan María Virgen. Otros sugieren que deriva de una imagen de tres
espigas de trigo erguidas. Pero su verdadero significado no saltará a la
vista hasta que hallamos estudiado el simbolismo de Escorpión.

Esta decoración del
baptisterio de la catedral de Parma, muestra la cola del cangrejo de río
(Cáncer) por encima del halo del arcángel Gabriel.

Melquisedec, sumo
sacerdote judío. El sutil tallado de la "M" y de la "c" muestran el
simbolismo de Leo (el Sol) y la Luna.

Virgo y Sagitario
aparecen yuxtapuestos en el vértice del arco, en la catedral de Chartres; la
iglesia está dedicada a la Virgen, y el arquero representa a los templarios,
que la financiaron.
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