La práctica ordinaria de la unión sexual y de la experiencia del orgasmo
desaprovecha la energía de la vida. Los fluidos que están destinados a la
procreación llevan la más condensada y poderosa energía que pueda estar
disponible a nuestro alcance. La experiencia sexual "normal" occidental está
totalmente encaminada a arrojar esa energía fuera del cuerpo, dejando a los
amantes agotados y extenuados.
Pero si se lleva a cabo una
determinada práctica, que ha permanecido secreta a lo largo de los siglos,
la que muchos han llamado “la respiración cósmica”, la fuerza vital que se
encuentra en el esperma y en !as secreciones vaginales puede ser extraída,
distribuida y almacenada en el cuerpo, revitalizando y rejuveneciendo el
sistema, y puede ser proyectada al cerebro para despertar las dormidas
potencialidades.
Realizando adecuadamente esta
técnica sexual se pueden utilizar las secreciones sexuales de los cuerpos.
Por medio de esta práctica, a través de diversas posiciones sexuales, se
pueden extraer los líquidos filtrados, ricos en hormonas de la sangre, por
medio del ordeño psíquico de la humedad vaginal y del semen, atrayendo las
energías que dan vida al sistema cerebroespinal.
Una vez que esa energía se
extrae se puede experimentar el orgasmo sin perder ninguna fuerza vital.