|
LOS ENAMORADOS
Carta número VI.
La carta nos habla de un precioso jardín. Dos figuras jóvenes aparecen en un
lado de la carta y una adulta (la madre del chico) aparece en el otro. Por
encima de ellos aparece un ser supremo, observándolos, incluso cobijándolos.
Un hermoso sol brilla por encima de todo provocando la sensación de un
ambiente cálido. No transmite dolor, penuria; simplemente transmite quietud.
La palabra clave es elección.
Nuestros caminos en
la vida no sólo no son de rosas a veces, sino que en otras ocasiones nos
encontramos metidos en un sin fin de encrucijadas. Amigos, ese ser supremo,
ese dios, nos ha dotado de libertad, de libre albedrío. No nos obliga a
realizar lo que él desea para nosotros, ni nos da mandatos (al contrario de
lo que muchas personas piensan), ni nos prohíbe cosas; y por lo tanto, por
increíble que te parezca, no te castiga.
Y ahora preguntarás,
¿entonces por qué me ocurren cosas malas en la vida, por qué me sale todo
mal? Eso que tu consideras desgracias, te ocurren por tu libre albedrío, por
el uso que le das a tu libertad. Recuerda siempre que no somos esclavos de
Dios (o como desees llamarlo), sino que somos sus hijos, sus hermanos, somos
parte de él. Por ello incluso antes de nacer tenemos derecho a escoger, y
así lo hacemos.
Es
importante no tomarse las elecciones a la ligera. Eso es lo que nos recuerda
esta carta. Pues tienes que pensar que el futuro, tu futuro, depende de
innumerables elecciones que vas haciendo en tu vida. Es lo que se denomina
ley de causa-efecto. Tu sabes que si tiras una piedrecilla en el agua ésta
se hundirá provocando una serie de ondas que serán más o menos fuertes según
la fuerza que le imprimas. Pues has de imaginarte que esa piedrecilla es tu
elección en un momento dado, según sea de grande esa elección, así se
transformará tu vida hacia una nueva meta, o así te costará más o menos
llegar a tu objetivo.
No hay cosa más
difícil para el hombre que tener que elegir. Cuando en tu vida hay algo que
no te gusta o por lo que sientas dolor, se debe siempre a una elección que
has hecho en tu pasado.
Y ahora dirás: pues
yo no recuerdo haber elegido esto. Ahí radica una de las grandes
dificultades de la libertad individual, y es que a veces hacemos las
elecciones inconscientemente, por ejemplo cuando decimos que estamos hartos
de nuestro trabajo, que es muy cansado, y estamos así casi todos los días,
estamos eligiendo, decretando que no nos gusta nuestro trabajo, y por lo
tanto que nos gustaría dejarlo y buscar otro que nos guste más. De ese modo
la vida nos ayuda en nuestra elección por ejemplo despidiéndonos de ese
trabajo, o llevando al garete nuestro negocio para que demos el paso que
hemos escogido hacia otro lugar.
Esto no significa que
nuestro destino esté completamente en nuestras manos, pues hay algunos
momentos u objetivos en los que escojas lo que escojas te llevarán a lo que
se ha decretado para ti, simplemente tus elecciones harán que el camino sea
más o menos difícil.
Bien, de este modo
cuando hacemos elecciones nos jugamos nuestro caminar, pero hay algo más que
también las hace muy difíciles en algunos momentos: el sacrificio, que
pronto aprenderemos en otro arcano. Simplemente decirte que a veces cuando
tomas una decisión o una elección tienes que sacrificar algún deseo, algún
sentimiento, lo que hace que pueda ser muy duro.
No te guíes por el
dolor, no decidas en función de lo que te duele más o menos, pues el dolor
es pasajero y casi siempre necesario, a veces lo más terrible del mundo
termina por convertirse en lo más maravilloso que te ha pasado, guíate por
tu mago, por tu sacerdotisa, por tu sacerdote, por todo tu instinto o tu
ser. Con las herramientas que de momento te hemos dado ya estás preparado
para tomar las elecciones de una manera más adecuada para ti.
Ahora bien, una
última cosa al respecto. Al igual que Dios no te obliga a elegir lo que él
desea para tu progreso, tu debes comportarte así con tus compañeros,
familiares. Cada cual tiene su derecho a escoger lo que desee, aunque desde
fuera del asunto tu sepas que se está equivocando, aunque eso te provoque
dolor (hasta que no comprendas qué es la libertad). Si quieres y lo crees
conveniente puedes aconsejar, pero jamás deberías interferir en el libre
albedrío porque piensa en la ley de causa-efecto.
Pues si tu elección
es interferir, obtendrás una consecuencia a raíz de ello, quizá te ocurra lo
mismo y alguien te obligue a elegir, o quizás te veas envuelto en una pelea
que no te correspondía sin darte cuenta, o... Ésta es por tanto otra de las
grandes lecciones que debe aprender el hombre: respetar las libertad de los
demás.
EJERCICIOS:
Prueba a elegir
sabiendo y siendo consciente de lo que eliges, observa que ocurre tras tu
elección y pregúntate porqué. Haz una lista con tus anhelos sinceros y
escríbela en tu libreta personal, comprueba a ver si alguno se cumple o se
ha cumplido y no te has dado cuenta.
Tu tienes poder para
conseguir todo lo que necesites en cada momento. Sólo tienes que confiar en
esa capacidad que posees innata, observar muy bien en todo momento como es
real todo esto. Quizá en tus comienzos no pueda ser a lo grande ni en todas
las ocasiones pues es probable que dudes y por lo tanto si no confías no lo
consigues, pero intenta practicarlo con cosas pequeñas. Por ejemplo, estás
tremendamente ocupado, y necesitas desesperadamente un café pero no
encuentras tiempo para ello. Por qué no intentas pararte un segundo y pedir
interiormente que necesitas un café y un respiro. Mira a ver que pasa, pero
ante todo intenta hacerlo con la mente abierta, y no en la negación absoluta
|
. |