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SABIDURÍA DE
LA INSEGURIDAD
Nada es permanente y todo est á
marcado por el inevitable signo de la inestabilidad. Cuando el ser humano
percibe clara y profundamente esta realidad, puede ver la manera en cómo
acaban todas las cosas y se libera de engaños
e ilusiones. Descubre que todo se encuentra en continuo movimiento y que la
idea de seguridad total es simplemente una idea.
Se desarrolla entonces una
sabidur ía
muy especial, la de la inseguridad, que no nos paraliza o apesadumbra, sino
que al contrario nos hace más abiertos, fluidos, desasidos, naturales y
vitales. Superamos con ella esa demanda excesiva e irracional de seguridad
y, sin asumir riesgos innecesarios, nos deslizamos por el imprevisible río
de la Vida con la sabiduría de la inseguridad, sin autodefensas que de nada
nos defienden, sin parapetos que lo único que hacen es limitar los propios
movimientos. Con este conocimiento se fortalece el sentimiento de la
grandeza del momento presente y se entiende que uno debe conocerse a sí
mismo y que no hay nada más seguro que la vida espiritual y la virtud que
uno permita dentro de sí, pues ésta le permitirá afrontar adecuadamente las
vicisitudes de la Vida. Y es entonces, sorprendentemente, cuando uno está y
se siente más
equilibrado, firme y seguro.
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